La fiebre por el “revival” ochentero, más bien noventero en este caso, está llegando a cotas inimaginables pues conlleva reuniones de bandas que jamás pensamos que se volverían a reunir. El caso de Shalom es uno de ellos pues su separación fue hace más de veinticinco años tras haber abanderado junto a bandas como Sangre Azul el hard rock patrio en su vertiente glam.
Y su regreso tuvo “tirón” en la capital de España pues la coqueta Revi Live, uno de los locales donde mejor cuidan el sonido en sus conciertos, presentaba un excelente aspecto tiempo antes de la apertura de puertas con numerosas personas con camisetas de la formación algecireña. Colgaron el “no hay billetes” pues mientras el ayuntamiento les otorga el permiso para la ampliación de aforo, La Revi tiene que limitar la presencia de público pero la estampa de anoche era de día importante.
Antes para calentar aparecía un tributo a Santa, con el divertido nombre de Satán, capitaneado por Eva García, estupenda vocalista y front woman que emuló a la Azucena original de forma magnífica, repasando el cancionero de la mítica banda creada por Jero Ramiro. Una fabulosa vuelta a los ochenta a ritmo de “Desertor”, “Cuestión de honor”, “Héroe de papel” o “Huérfanos de la tormenta”, con el añadido de la aparición de la última cantante de Santa, una Leonor Marchesi que se mostró agradecida a formación y público, acometiendo en solitario “Corazón loco” (única muestra del “Templario”) y en formato dueto, con Eva García “Reencarnación”. Grupo solvente que homenajearon a Santa de manera admirable, con respeto y actitud finalizando su actuación con “Al lado del diablo”.
Y pasadas las diez y cuarto de la noche aparecían por el escenario de la Revi los protagonistas de la noche a ritmo de “Shalom”, presentación de su mítica primer álbum que, por cierto, se vendía reeditado en la zona de merchandising. Un repaso que continuaba con “Noches” y “No me olvidarás” que sonaban compactas y donde Sebas Guerrero ha perdido su melena cardada pero ni un ápice la voz, prácticamente igual que hace treinta y cinco años. Mención aparte para el otro miembro original como es el bajista Rubén Tamayo con un imposible conjunto flamenco de camisa abierta negra con lunares blancos, pañuelo anudado a juego, botas de tacón y sombrero cordobés aunque sin parar un segundo quieto, animando al respetable y sacando lo mejor de las cuatro cuerdas de su Rickenbaker.
La noche continuaba con otras dos píldoras más del disco homónimo como son “Scherezade” y “Que es mejor” interpretadas con fuerza y pasión, gritos entre un grupo de seguidores coreando “-Shalom, Shalom son de Algeciras-“ y una banda de buenos músicos con Koto Bermúdez y Carlos Armesto a las seis cuerdas, Chico Palenzuela a la batería y Javi Santana a las teclas. Una fusión del “Campo de Gibraltar”, Canarias y Ceuta.
Tras “El lunes aquel” y la vuelta al pasado con “Solo en la niebla” llegó el momento de explicar que para este especial concierto contaron con dos invitados de excepción como son David Valera (ex de Bella Bestia) y para el final con Fran Vázquez (ex de Nova Era o bella bestia antes de su retiro y en la actualidad con proyectos como Cherokee o Alejandría, el tributo a Sangre Azul) pero antes de la conclusión llegaban “Amargo sabe” o “Gente sin fe” para llegar al paroxismo con “Buscando rollo” y, sobre todo, con “Cógeme”, su gran éxito, por lo que interpretaron casi en su totalidad ese Lp que les otorgó su momento de fama. Un reverdecer viejos laureles con una propuesta más que digna, sin perder calidad y con un directo solvente que encandiló a los que buscaban regresar a tiempos si no mejores por lo menos más sencillos, una generación ávida por escuchar lo que no vivieron por temas de edad y los nuevos fans. Una amalgama que en comunión hizo de la nostalgia un sentimiento y de la revi Rock una pequeña “máquina del tiempo”.
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