“Ahora que el polvo de la consulta ha empezado a asentarse, vemos que el Brexit no solo dividió a la sociedad británica en dos, sino que además mostró sus fracturas y divisiones, su profunda crisis sistemática.” Así resume Víctor Terrazas la situación post Brexit, sirviendo ilustración y situando al lector en lo que va a encontrar en este ensayo escrito a ocho manos.
En un recorrido desde los años pre Brexit, y tomando como cabezas de un tótem punk del que heredan los músico y bandas actuales (The Clash, Sex Pistols y Joy Division), los autores tratan esta nueva eclosión de bandas británicas (aquí matizar que se incluyen a Gilla Band y Fountains D.C., irlandeses, que se cuelan en el ensayo. Si bien operan en la zona británica, quizá falta el por qué de su presencia en el volumen) desde lo global a lo local que muestran los autores, un acertado contexto extrapolable fuera del Reino Unido, aunque quizá sea más difícil encontrar una escena de bandas que compartan la desidia de una generación.
Pese a tomar como partida el «No Future» y enlazar el eslogan, casi mantra, a bandas de punk británico, en ocasiones las más llamativas o polémicas, por el libro circulan nombres de grupos que, si bien puede albergar la temática o el sentimiento de dicho género, sonoramente se alejan. O que muestran una implicación política. El libro se desarrolla realizando una alternancia entre el contexto sociopolítico actual, la herencia de las políticas thatcherianas, retomadas a lo largo del texto, por su persistencia y sus consecuencias, y el análisis de bandas representativas con cada uno de los subpuntos expuestos en el índice.
La estafa estructural del capitalismo no es el pilar sobre el que sustentar el desencanto y la “revolución punk” tenía una base artificial, que se crea, por lo que no puede desligarse lo que ocurre en Gran Bretaña con lo que ocurre en USA. Por lo que dentro de la radiografía social que se expone, pueden compartir el desencanto, pero ni las movilizaciones ni el conjunto social que aglutinaba el movimiento en 1979 es el mismo. La agresividad del noeliberalismo promovido por el gobierno de Thatcher, no resulta de un impacto y no permea entre la clase social trabajadora de igual manera (uno de los motivos es el haber convertido a la clase trabajadora en una clase media aspiracional –Daniel Bernabé– y el que este calificativo sea sinónimo de vergüenza y pobreza en el imaginario), lo que devienen un contexto menos violento.
Ya no es la lucha contra el capitalismo o la redistribución de la riqueza o la defensa del estado del bienestar, en este nuevo contexto, las bandas defienden la vida cotidiana y los derechos de sus paisanos, enalteciendo la diversión como forma de resistencia. Es esta la diferencia de esta nueva escena musical, con el final de la década de 1970 es que la rabia se diluye y el odio es superficial. No hay unidad para una lucha.
Hijos Del Brexit es un ensayo de lectura ágil, con una muy interesante banda sonora asociada en el libro y que puede servir como punto de partida y/o asociativo con otros libros que tratan la misma temática (Un Lugar Sin Límites de Alberto Santamaría), complementando a estos con la lista de bandas aportadas.
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