Michael Winterbottom saltó a la palestra a mediados y finales de la década de los noventa del siglo pasado con sus primeras producciones como “Besos de mariposa” o “Jude” que culminaron en su obra maestra “Wonderland”. Tras ello siguió cosechando éxitos como la extraordinaria “24 hours party people”, “Código 46” o la inclasificable “9 canciones”. Desde entonces su estrella había empezado a declinar, salvo por la interesante pero irregular saga de «The trip» que lleva la friolera de cuatro filmes.
En esta ocasión Winterbottom firma el guion de todos los episodios y dirige el piloto, dejando el grueso de la dirección a Julian Jarrold, un especialista en cine de época con títulos como “Kinky boots”, “La joven jane Austen” o la desafortunada versión de “Retorno a Brideshead” y el novel Anthony Wilcox, narrándonos la cuestionable crisis del Covid por parte de la administración de Boris Johnson en el Reino Unido.
Lo mejor, sin duda, es el montaje de la serie, en la línea del de “24 hours party people” o “Tristam Shandy”. Híper dinámico, a toda velocidad e intercalando imágenes que en principio nada tiene que ver con la trama principal pero que nos sitúan y nos acercan a los acontecimientos narrados. Ejemplo claro es las imágenes de bandadas de murciélagos o mercados asiáticos intercalados mientras los “tories” disfrutan de su éxito con el triunfo del “brexit”. Ahí se nota la mano del talentoso Winterbottom que consigue que su narración fluya de forma notable aunque hay que reconocer que tan rápidos y apabullantes mensajes y diálogos pueden llegar a confundir, pues, por otro lado, tenemos unos protagonistas más o menos claros pero una pléyade de secundarios y sub tramas de hospitalizados que pueden resultar desconcertantes en algún momento.
Si bien es verdad que Boris Johnson es representado como un culto dirigente (lejos de la idea que mucha gente puede tener en España) obsesionado con Churchill y declamando en griego o a Shakespeare a la mínima ocasión (de hecho el título de “This England” viene de un pasaje de “Ricardo II”) también nos ofrecen la idea de un pusilánime más empeñado en contentar a su joven y embarazada esposa, un desastre con sus anteriores hijos y dominado por unos asesores taimados y sin escrúpulos. Un gobierno que sólo se preocupa por maquillar estadísticas sin pensar en la población que está muriendo en los hospitales. Algo maniqueísta pero Winterbottom nunca ha ocultado sus ideas laboristas.
Y a pesar de la competente dirección y puesta en escena, la crítica parece demasiado obvia, cosa que ha sucedido en todos los países. De hecho para afirmar el retraso en el hospital de campaña londinense se ofrecen imágenes del IFEMA de Madrid como ejemplo de algo bien hecho. Todos sabemos la crítica que existió en España sobre el mismo tema, con gobierno y oposición arrojándose a la cara los muertos y la toma de decisiones. Al final, tras ver esa impúdica exhibición de demagogia parece claro que a pocos les importan las víctimas y más reafirmar su ideología que en intentar solucionar los problemas. No importa el qué sino el quién, cosa que, para desgracia nuestra, vemos en los partidos políticos (es verdad que en unos más que en otros) con sus medios de comunicación y periodistas- comisarios convertidos en correa de trasmisión de consignas y soflamas.
En ese momento, empatizamos con Boris Johnson, un intelectual con buenas intenciones pero con un equipo de intrigantes y pérfidos como en una obra de teatro del admirado Shakespeare. “This england” no es ni mucho menos perfecta pero sí es una digna miniserie que vuelve a llevar al foco de actualidad a un cineasta de prestigio como Michael Winterbottom y un tema que, supongo, todavía no hemos superado.
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