El pasado jueves llegamos al desierto de Tabernas tras unas 5 horas de viaje a la cita con el festival de corte underground que estaba marcado en rojo en la casilla de mi calendario.

 

 

Antes de que todo comenzase, tenía la sensación de los asistentes de su edición anterior en 2019 ¿De verdad esto va a pasar? ¿Es esto un engaño? Pero en cuanto ves en las instalaciones de Fort Bravo a más gente como tú se disipan las dudas.

 

 

 

Recuerdo que estando en las puertas del salón principal comenté en tono de broma al grupo de amigos que venía conmigo «Eh, seguro que sale ahora Nick Oliveri fuera». Y como si tuviera algo de control sobre la película de mi vida, Nick Oliveri salió del salón principal. Una de las leyendas de Kyuss y Queens of The Stone Age, se puso a fumar justo delante del altar del ahorcado de uno de los decorados Western en Fort Bravo. La escena no podía ser más icónica e incluso poética. Desterrado de los Queens hace años y tras terminar la gira con su proyecto Stöner, uno de los currantes de la escena del desierto se ponía a descansar antes de su actuación. Era la primera fecha y principio de su Death Acoustic Tour en solitario. 
 
 
 
 
Su concierto y apertura de festival llevaba unos minutos de retraso, la verdad es que no sabíamos cuándo iba a tocar. Por lo que sin mucho aviso, decidió enfundarse su guitarra acústica y ponerse a tocar «Green Machine», en cuanto vimos que todo el mundo iba al salón principal en Fort Bravo corrimos para verle. Nick Oliveri no es un gran cantante, siempre ha sido una buena segunda voz para imprimir actitud además de dinamismo a cualquier banda donde ha estado, lo cual no eximió de que lo pasáramos bien a medida que desgranaba éxitos que tuvo con Queens of The Stone Age como «Auto Pilot», «Gonna Leave You», «Another Love Song y alternando con versiones de The Dwarves o GG Allin. Una vez terminó lo que parecía su concierto, estuvo muy comunicativo con el público y nos tocó la versión más amable del impredecible Nick Oliveri. Comentó al grupo con el que iba que la dinámica de su gira es básicamente que tras su gira con Stöner no se quiso quedar parado en casa y decidió girar por Europa la mayoría de sus fechas a cambio de alojamiento, comida y pagar su desplazamiento. Lo cual dice mucho de su actitud punk y valores como músico currante. Y bueno, volviendo a remarcar lo impredecible que tiene como músico y persona, tras unos minutos donde se puso a hablar con el público que estábamos allí, decidió volver a tocar unos cuantos temas más, además de subir a gente del público a cantar canciones con él como «Feel Good Hit of the Summer», lo cual fue un cierre de noche y fiesta del Tabernas por todo lo alto.
 
 
 
 
Una vez ya fuera del salón principal, hablando sobre el concierto y lo que nos esperaba los siguientes días, el viento del desierto cual elemento secundario empezó a sacudirnos y decidimos ir al hostal para recargar las pilas. 
 
 
 
Viernes, 30 de Septiembre
 
Llegaba el viernes y todos deseábamos ver a grupos en formato eléctrico en un paraje tan espectacular como el desierto. El hándicap de hacer un festival tan pequeño y al aire libre en un sitio arenoso no está exento de posibles problemas técnicos. Por lo que los alemanes Colour Haze, los cuales pude disfrutar en Londres dos veces, tuvieron un retraso en su concierto. Pero puedo decir que la experiencia que la banda causó en mí y resto del público fue hipnótica además de espiritual. Ver cómo la banda deshilaba mediante riffs y líneas de bajo su psicodelia a ritmo de una batería con claros tintes de jazz y un teclado que se mimetiza con todo ello es brutal. Y sobre todo si a eso juntamos lo que es escuchar temas tan famosos en su discografía como «Aquamarina» o «Labyrinthe» en pleno desierto es algo impagable bajo mi punto de vista. Una vez dejaron el escenario, ya nos empezamos a creer que el festival de Tabernas iba en serio. 
 
 
 
 
Y tan en serio que iba, la siguiente banda alemana llamada Rotor hizo su aparición y aunque también ya los había visto en una ocasión anterior. He de decir que el contexto era diferente, y mi recuerdo era una apisonadora de grooves y riffs que producía dolores de cuello al día siguiente. Y sí, recordaba bien. Los germanos ya tienen una trampa para el oyente muy bien estudiada. Empiezan a presentarte sus temas como pura improvisación en base a un riff de guitarra rítmico como si estuvieran en una jam session pero después te encuentras es una espiral sonora donde estás meneando la cabeza con el resto de almas que había contigo y eso es lo que hicieron en temas como «Oktagon» o «Vollast» donde mirase por donde mirase estaba todo el mundo meneando su cabeza como si esa maraña de guitarras los hubiera atrapado en un ritual sonoro del que no quieres escapar. 
 
 
 
 
Tras un descanso, ya que Colour Haze y Rotor compartían equipo. El trío alemán Wedge descargaron en el escenario con una propuesta llena de virtuosismo y más cercana al hard rock que a algún estilo desértico. Me gustaría tener algo que resaltar de ellos, pero a mí me dejaron algo frío. Aunque es de justicia que les tocó una papeleta fea, ya que tocaron después de dos monstruosas actuaciones. 
 
Aprovechando el final de la actuación de Wedge, fuimos a cenar algo y prepararnos para la última banda alemana del día, Daily Thompson, son una banda con una propuesta cuanto menos interesante. Su propuesta se encuentra en medio de dos vertientes, el stoner y el sonido más alternativo de los 90. Destacar el gran manejo de la guitarra cigar box en su actuación y el dinamismo de su bajista, la cual parece haber salido de alguna formación de las L7 o Bikini Kill. La crudeza de Nirvana al tocar la guitarra, la aspereza del sonido Kyuss y rabia punk a la hora de cantar hizo que lo pasáramos de lo lindo durante su actuación.  Si todo sale bien, puede que tengamos noticias de ellos en la revista. 
 
 
 
 
Tenía bastantes ganas de ver a The Dry Mouths, pero desafortunadamente por unos problemas de causa mayor no pudieron comparecer en el festival. La organización ni corta ni perezosa consiguió fichar a última hora a una banda joven llamada Palmeras Negras, no tenía ninguna expectativa con ellos y la verdad es que me sorprendieron como una de las bandas revelación del festival. Entiéndase banda revelación a unos perfectos desconocidos sin material discográfico. Unos chicos de unos 20 años se subían al escenario con uno de los miembros de The Dry Mouths a la batería y se encargaron de enchufarnos shoegaze en vena, cuando todo el mundo esperaba otro estilo de música y la verdad es que a un amante del estilo como yo le encantó escuchar eso como sorpresa y casi colofón del viernes. Melodías llenas de reverb y delay cuyo único pero fueron algunas líneas de bajo mejorables. Dejaron muy buen sabor de boca en general. 
 
 
 
 
Como culmen de la noche he de hacer unas cuantas consideraciones con respecto a los madrileños Krazark, tenían una situación complicada por ser los últimos y sobre todo teniendo en cuenta de que gran parte del público tenía cierto agotamiento por tratarse de la última banda del día. Son una banda a las que le falta quizás algo de oficio y se le notaron algunos vacíos en las partes con solos además de alguna batería desacompasada. Practican este stoner fronterizo entre la vertiente rock y metal, su cantante hacía uso y algunas veces abuso del megáfono cuando cantaba, pero quizás en unos años hayan evolucionado aún más hacía algún espectro sonoro más propio y reconocible. De momento puedo decir que estuvieron correctos y estuvieron bastante más comunicativos con el público que la frialdad germana en la mayoría de las bandas bávaras de ese día. 
 
 
 
Sábado, 1 de Octubre
 
Tras una buena primera jornada sin contar la fiesta inaugural, decidimos explorar los bares de Tabernas y puedo decir que a pesar de ser un pueblo pequeño tienen una buena filosofía de bueno, bonito y barato; además de que los taberneses son gente muy amable con el turista. De hecho, este festival pasó tan desapercibido para ellos, que no entendieron el porqué el pueblo acogió a más gente ese fin de semana. 
 
Una vez llegados al desierto en las instalaciones de Fort Bravo todos esperábamos ver a Unida, pero debido a unos problemas con su vehículo ya nos informaron de que iban a llegar tarde. Por lo que a los portugueses Miss Lava les tocó abrir el festival ese día. Recuerdo que los descubrí hace años en algún recopilatorio y aunque practican un stoner rock de manual, me pareció que dieron el callo o al menos su actuación me entretuvo bastante mientras sabíamos cuando venía Unida o no. Tocaron gran parte de sus discos como Doom Machine o Red Supergiant y se les vió encantados de tocar en un paraje como Tabernas. 
 
 
 
 
Con el siguiente round vinieron los holandeses Troy Torino con sus gorros de cowboy y totalmente mimetizados con el entorno. Pensamos que podían seguir con la línea de la banda anterior pero nada más lejos de la realidad. Decidieron que era momento de tocar hard rock con toques muy sureños casi rozando el metal, llegando a recordar en algunos temas a riffs que perfectamente podrían haber firmado unos Pantera o Black Label Society. Su música ya empezó a calentar a la gente y eso unido a que la cerveza nos empezaba a refrescar a más de uno pues sirvió para que estuviéramos preparados para una noche que en mi opinión sólo mejoró con cada banda que se subía al escenario. 
 
 
 
 
Al fin, cual profesor que llega tarde a dar su clase, aparecieron Unida. Es cierto que de la banda original de John Garcia queda poco y de hecho ellos vinieron sin él al micrófono pero con una excelente sustitución, Mark Sunshine. Y sí, llegaron tarde pero sentaron cátedra de banda más que consolidada en la escena underground. Empezaron con clásicos como «Thorn» y aunque Mark Sunshine aún se estaba aprendiendo las letras (las llevaba escritas en su zona del escenario) cuajó una gran actuación ya que su estilo a lo Robert Plant vitaminado encajaba como un guante con el estilo de la banda. Y toda su actuación fue una apisonadora sónica cuyos momentos álgidos fueron en temas como «Human Tornado» o «Black Woman». Creo que para aquel entonces estábamos todos atrapados en la dinámica del segundo día del festival y la espera a Unida mereció mucho la pena. 
 
 
 
 
Al irse Unida, también se fueron las últimas horas de luz de la tarde y con ello Rosy Finch supieron sobreponerse a varias cosas en contra, tocar detrás de Unida y la faringitis de su líder Mireia. En esos momentos es donde una banda crece o se queda donde está ¿Cuál fue el caso de Rosy Finch? Alzar la cabeza e imprimir su estilo oscuro y cañero donde puedes ver tintes de Hole, Melvins y L7. Han crecido y siguen creciendo desde aquella vez que los vi en el Spinda Fest en Sevilla. «Oxblood», «Lava», «Vermilion» o «Gin Fizz» fueron muestra del pedazo de disco que fue «Scarlet» además del «Miss Howls» de su disco anterior. A estas alturas del carnaval, Rosy Finch creo que ya tienen suficientes tablas como para luchar contra adversidades y creo que dejaron el pabellón bastante bien alto. Destacar que jugaron al despiste, ya que el 13 de Octubre lanzan single y tocaron la canción escondida del «Scarlet» y de la cual desconozco el nombre. 
 
 
 
 
Cualquiera pensaría que tras los grupos mencionados ya estaba todo el pescado vendido pero nada más lejos de la realidad ¿Pensáis que sólo con Colour Haze o Rotor se puede entrar en trance? No, llegaron los que fueron para mí la sorpresa del festival. El trío de holandeses Bismut, perfectos desconocidos para la mayoría del festival, se enfundaron sus instrumentos y no pararon toda su actuación de vomitar riffs juntos con ritmos hipnóticos en una tormenta de psicodelia con metal y progresivo. Según pude hablar brevemente con su batería, la forma de trabajar de la banda es muy sencilla, se reúnen todos en su garaje y hacen jam sessions de una hora o dos horas dónde escogen las partes que mejor les suenan y funcionan. Son adictos al ritmo y aunque son guitarras de corte heavy, pueden enfocar su música como si de una rave con instrumentos se tratase.
 
 
 
 
Una vez pasado el éxtasis de Bismut, quedaba una banda local del batería más pluriempleado del underground andaluz (Juanjo de The Dry Mouths, Grajo, Rosy Finch,…). Los Baläte a pesar de tocar los últimos aquella noche no presentaron una propuesta típica, ya que es una banda que a pesar de estar catalogados en el Stoner/Doom por ahí no tienen mucho que ver con estas etiquetas. Creo que tiene que ver en parte a su bajista/cantante Alba, ya que tiene un registro más suave que lo que se puede esperar en esos géneros, lo que aporta esa música que está entre medio de varios ambientes musicales sin poder decir con rotundidad si son más de aquí o allí. Las melodías que acompañan a sus canciones con la rotundidad de sus guitarras además de las líneas de bajo que se ejecutan con poco esfuerzo hicieron que su actuación pasase rápido porque su música entra con facilidad y con eso llegamos otro día de hermandad en el desierto tras disfrutar todo el mundo del lenguaje que es la música.
 
 
 
 
 
 
Domingo, 2 de Octubre
 
Último día, cierta nostalgia en el ambiente, varios asistentes se tuvieron que ir porque muchos no contaban con este tercer día y la mayoría tenemos trabajos que atender. Por suerte, yo pedí el lunes de vacaciones para lamerme posibles heridas de guerra y pude disfrutar del último día del festival.
 
El último día fue más relajado, no vamos a negar que los pesos pesados de anteriores días ya tocaron. Por lo cual el último día fue para bandas menos conocidas.
 
Inhale The Grey y Convoy empezaron el día, pongo estás bandas juntas porque son proyectos de Marco, el organizador del Tabernas (Y espero que futuro entrevistado en la revista), sus fórmulas a mí modo de ver son muy similares. Son bandas que van desde un hard rock clásico con tintes de heavy metal clásico a estilos más desérticos. De hecho, se veía y notaba una gran comunidad entre los miembros que conformaban ambas bandas. 
 
 
 
 
Tras este inicio, Elephant Riders comenzaban su actuación en el festival, tocandoles la peor suerte del mundo en su actuación. Sí, su nombre viene de un disco de Clutch y efectivamente tienen mucha influencia de esta banda añadiéndole un enfoque más cercano al stoner metal, pero cada dos o tres canciones tenían que parar por problemas con amplificadores o batería. Tienen dinamismo, su bajista tiene muchas poses metaleras y estoy seguro de que en un set ininterrumpido harían las delicias de mucha gente pero les jugó en contra las constantes interrupciones y fallos técnicos, desconozco si por su equipo o por alguna ecualización en la mesa de mezclas. Igualmente cumplieron ante toda la adversidad que sufrieron.
 
 
 
 
Otra de las bajas que hubo en el festival fue la banda Horizon, pero para ello contaron con un dúo de americanos bastante locos llamados Abstract Artim. No tenía ni idea de estos tipos y pensé que usarían a alguien local ante tal contratiempo pero mientras escribo estás líneas parece ser que andan de gira en tierras andaluzas y parece que vinieron a Fort Bravo a pegar tiros a ritmo de rockabily y rock al más puro estilo yanki. Durante el tiempo que estuvieron en el escenario, batería y guitarra, estos individuos se encargaron de escupir rock frenético con sus sombreros de cowboy e incluso casi al final de la actuación se pusieron a medio solear entre el público al bajarse del escenario.
 
Tras ellos sólo quedaban dos bandas y al menos de una de ellas ya sabía yo que se podía esperar algo grande, pero cuál fue la sorpresa que un trío murciano llamado Copper Age saltó al escenario y muchos pensaban que venían a rellenar el cartel y poco más. No, Copper Age vinieron a darlo todo y vaya si lo dieron. Su último disco es Buerismo de 2020, pero por lo visto es un disco bastante particular según nos comentaron las enciclopedias del stoner de Krazark (Se quedaron todo el fin de semana, no son músicos sino fans también), pero su setlist estuvo basado en sus discos anteriores. Stoner rock en español, puede sonar una definición básica pero no lo es, líneas de bajo pegajosas, riffs divertidos y sobre todo mucha actitud. Su canción «Monetes del espacio» es ya un himno de la BSO del Tabernas 2022. Acabaron su actuación con su guitarrista tocando el slide con el público y siendo aupado de vuelta al escenario mientras el bajista/cantante rompía las cuerdas ante el nirvana musical creado, lo cual no tuvo precio.
 
 
 
 
Y para finalizar ¿Alguien se imagina organizar un aquelarre a altas horas de la noche en el desierto? A los malagueños de Lunavieja les dió por hacerlo. Hasta el momento ningún grupo había traído la nota de ausencia de color, el negro, a través de su música. Ya los presencié hace unos meses en su tierra natal, pero se nota su crecimiento tras varios meses desde su lanzamiento de su disco homónimo. Incienso, guitarras con eco, una percusión inquietante y una puesta en escena digna de una banda que cuida lo que escuchas y lo que ves. No es sólo doom, es psicodelia, son tintes de música ancestral y elementos teatrales que te hacen entrar en trance. Cabe destacar la dimensión que alcanza ahora Javi Cereto (El druida de Lunavieja al que tuvimos la suerte de entrevistar en el festival) con su percusión extra, sintes y hechizos; además de la versatilidad de Steffy o Paco cuando intercambian roles para el tema «Unguentun Sabbati» o la agresividad de los riffs de Javi Luque cuando se ponen más contundentes como en «Desdoblamiento». El momento más intenso de su concierto era cuando estaban terminando con «La Güestia», en todo momento podías ver que la gente atendía a su relato o se dejaban llevar sus cabezas al ritmo de su ritual oscuro. Una vez terminaron el repaso de su disco, la gente les pidió más (25 más si ello fuera posible). Teniendo en cuenta que sólo tienen un disco y dejaron el pabellón bien alto, decidieron dejar al público con ganas de más ¿Quizás para una vuelta en una futura edición? Eso ya lo sabremos.
 
 
 
 
Como consideración final, a mí me ha encantado el festival, cierto es que algunos días el orden de los grupos se notaba descompensado, pero ha de tenerse en cuenta de que algunas bandas tocan en Tabernas por el paraje y por ser un festival real, o al menos así se siente, para fans de la música aunque sea este nicho musical tan concreto. Sí, los precios de la cerveza en el salón son algo elevados pero ¿En qué festival puedes llevar tu propia bebida y comida? Espero que Marco, ese germano loco que ha decidido traer este festival al desierto de Almería lo siga haciendo muchos años más. Allí estaremos si nada imprevisto ocurre.
by: alejandro

by: alejandro

Melómano con especial atracción al rock de los 90, aprendiz de dibujante en mis ratos libres y apasionado de coleccionar fetiches de corte musical como guitarras, amplificadores, pedales o la púa que tiró Chris Cornell en el 2012. Me encanta compartir sensaciones que me transmite una canción, lugar o concierto siempre que me es posible.

2 Comentarios

  1. javistone

    Gran reseña. Yo tuve la intención de ir pero realmente me queda muy lejos. Ojalá pueda animarme algún día, porque tiene pinta de estar genial. Lo de Unida sin Garcia se me hace raro, ciertamente. Y Bälate son una maravilla, una debilidad mia.
    Saludos!

    Responder
  2. FON

    Gracias por esta gran reseña de un festival, que al menos yo, voy a colocar como el más especial en el que he estado.

    Es difícil conseguir esta sensación en un festival de otras dimensiones. Lo que parecía un handicap en principio, a saber, la falta de información de la que disponíamos, la forma de adquirir las «entradas», el no conocer, en mi caso, a la mayoría de bandas, a excepción de ROTOR y UNIDA y un calvo de ojos inyectados en sangre que vociferó la primera noche, se convirtió sorprendentemente en pura comunión desértica a través de la música y la gente.

    Buen rollo, posibilidad de meter tus bebidas, descubrimientos musicales y ganas de repetir el año que viene.

    Resalto a ROTOR, COLOUR HAZE, COPPER AGE Y LUNAVIEJA.

    Fuego!!!

    Responder

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