Tras 2 cancelaciones por culpa de la pandemia y la caída del cartel de pesos pesados como Bunbury o Calamaro, el Vive latino finalmente se celebró en Zaragoza. Esta primera edición demostró que la tenacidad es siempre un punto a favor. Al ser una primera vez las cosas no salieron perfectas, hay puntos a mejorar pero el balance ha sido muy positivo. Dentro de los puntos mejorables debo incluir las filas para conseguir comida y para ir al baño. Son problemas habituales de todos festivales que siguen sin resolverse del todo. Otro tema a mejorar fue el excesivo precio de las bebidas. 4 euros por un refresco me parece excesivo y más con la que estaba cayendo. Tampoco veo lógico que se hiciera corto de cerveza. Dentro de lo positivo tengo que incluir que el sonido en general fue muy bueno (excepto lo cortes de sonido que sufrieron Love of Lesbian) y la puntualidad casi británica de las actuaciones. Aunque lo mejor, sin duda, fue la buena música y el mejor ambiente que se vivió durante todo el festival.
Esta primera edición del Vive Latino España comenzó para mí con Sidonie, quienes ofrecieron lo mejor de su repertorio a pesar del tremendo calor que asolaba el recinto Expo de Zaragoza. Marc, Jesús y Axel se mostraron divinos y encantados de triunfar ante un público entregado. En el escenario principal no faltaron sus mejores canciones ni clásicos del repertorio de los catalanes como Fascinado. A pesar el agobiante calor, salieron a hombros de una afición que lleva 25 años apoyándoles. Por algo será.
Del escenario principal me fui a ver a Babasónicos, con 36 grados la veterana banda argentina sufrió las inclemencias del verano zaragozano pero no por ello su concierto se vio mermado. Reconozco que lo pasé mal viendo a Adrián Dárgelos evolucionar sobre el escenario bajo la canícula pero su profesionalidad quedó fuera de toda duda. Su peculiar pop psicodélico mezcla de decenas de influencias me conquistó a pesar del sofocante calor.
Me escapé a ver a Silvana Estrada al escenario Vuse (el más pequeño), reconozco que no había oído apenas nada de esta artista que me conquistó a base de unas sentidas y emocionantes canciones. Silvana tiene una facilidad increíble para tocarle al espectador la fibra sensible. Me resultó un concierto muy íntimo e intenso gracias a canciones como Te guardo. Incluso su versión Clandestino de Manu Chao me emocionó. Para mí Silvana fue la revelación de este primer día. No sería la última vez que Silvana se subiera a un escenario en el Vive Latino. Al poco de acabar su actuación se subió para acompañar Mon Laferte en un momento mágico de la jornada.
En medio me fui pitando para ver a Coque Malla. Otro veterano que se mantiene en una forma envidiable. Coque nos deleitó con su vertiente más enérgica. Como si un hijo de Keith Richards se tratara, Coque Malla se mostró rockero y divertido en escena. No faltaron canciones de todas sus épocas como No puedo vivir sin ti, Adiós papá o Un lazo rojo, un agujero en la que subió al escenario Kase O en el que fue, sin duda, uno de los momentos de la jornada.
Otro momento estelar vino con la desgarradora actuación de Mon Laferte. La chilena se presentó con traje masculino y tales eran sus ademanes que por momentos me recordó a Raphael. Lo cierto es que Mon Laferte hizo vibrar al escenario Ambar a base de desgarrarse la voz y el alma. Lo cierto es que Mon Laferte tiene una presencia magnética sobre el escenario que te obliga a no dejar de mirarla. Si Silvana Estrada es un lago de aguas tranquilas, Mon Laferte es un volcán enfervorecido. Curiosamente el tema que cantaron juntas quedó bien padre.
De ahí me fui a ver a Aterciopelados, a los que hacía 15 años que no veía en directo. Por suerte, el combo colombiano formado por Andrea Echeverri y Héctor Buitrago continuan siendo un valor seguro. Pude constatar que siguen siendo muy versátiles y divertidos en directo. No fallaron hits como El estuche, Maligno, Baracunatana, Dúo, Piernas o La Culpable. Además Andrea nos divirtió con anécdotas e incluso nos confesó su amor platónico por un ilustre músico zaragozano.
Tocaba ver a uno de los platos fuertes de este día: León Benavente, quienes demostraron el motivo por el que son uno de los grupos punteros del indie nacional. Empezaron fuerte, con un sonido fantástico en Líbrames del mal pero pronto se olvidaron de Era, su último y excelente trabajo, del cual solamente atacaron el citado tema y Mítico. Del resto del setlist no tengo queja, la verdad, tanto la ejecución del grupo como la entrega de Abraham Boba son encomiables pero eché de menos más canciones de Era. Es lo que tienen los festivales, el tiempo es limitado y hay que seleccionar temas. Sí sonaron puntales del grupo como Amo tu nombre, Gloria, Ser brigada o Ayer salí que fueron muy celebrados por sus cientos de fieles allí congregados. Excelente show aunque no me acertaran con la selección de sus temas.
Era el turno de Love of lesbian, quienes sufrieron algunos breves cortes en el sonido durante su actuación. El grupo de Santi Balmes estuvo más que correcto desgranando una a una las canciones que sus fieles querían escuchar. Debo reconocer que no los había vuelto a ver desde que los descubrí como teloneros de The Cure hace 2 décadas. Entre un público entregado a sus pies se crecieron y ofrecieron un recital que ni los cortes de sonido pudieron arruinar. No fallaron Incendios de Nieve ni Donde solíamos gritar para conseguir la comunión con el público a base de coros y luces de móvil. Al final Santi Balmes acabó sin camisa (el calor ya había cedido algo) y hasta yo me convertí en fan de John Boy.
Molotov supusieron para mí la nota negativa del festival. No tanto por el grupo, que no son tampoco santos de mi devoción, sino por la actitud de cierta parte del público empeñado en lanzar cerveza hacia las primeras filas. Cuando se me mojó la cámara decidí irme de allí. Molotov siguen siendo unos macarras, algo que me gusta sobre un escenario, pero entre el respetable hay que saber comportarse para no coartar el derecho de los demás a ver un espectáculo.
Por suerte, los ánimos estaban mucho más calmados entre los fans de Vetusta Morla, decanos ya del indie patrio. ¿Realmente tiene sentido hablar de indie con grupos como Love of Lesbian, León Benavente o Vetusta Morla? Son grupos de éxito masivo (no hay más que ver el número de asistentes a sus shows) y sus montajes escénicos poco o nada tienen que envidiar a los de artistas consagrados. ¡Qué demonios! ¿No están estos tres grupos más que consagrados? ¿Se le llama indie porque no hacen reguetón? Da igual. Vetusta Morla dieron un señor concierto repleto de buenos temas interpretados con ganas y profesionalidad. Con un Pucho en plena forma y sin parar de bailar como un poseso, Vetusta salieron a hombros entre una afición entregada que coreó hasta la locura temas como Maldita dulzura, Golpe maestro o El hombre del saco. Creo que los fieles de Vetusta obtuvieron esa ansiada catarsis que buscaban.
Tras Vetusta la mayoría de los asistentes fuimos abandonando un recinto en el que los vasos de plástico se amontonaban entorno a unas papeleras que, obviamente, no habían dado a basto. Ya sé que actuaba Sho Hai pero en un festival tan maratoniano hay que hacer sacrificios y mis energía son limitadas. Y todavía nos quedaba el Sábado.
Vetusta Morla
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