Después de traeros la última sorpresa en el mundillo desértico más genuino e iniciático con el proyecto bautizado como Stöner e integrado por dos pesos pesados como Brant Bjork y Nick Oliveri, es hora de viajar a la costa Este de Yankilandia para sacarle todo el jugo (una vez más) a una banda de Rochester, NY, a la que he cubierto siempre en la sección ‘Oleadas’ desde su disco debut. Esta banda no es otra que los más que interesantes KING BUFFALO. ¡¡¡¡A flotar!!!!…
Permite pasar al ‘Pececillo de Plata’ e instalarse en tus pabellones auditivos…
La evolución de esta banda desde sus inicios en 2015 es para quitarse el sombrero, tras un primer envite en larga duración con Orion (2016) que bebía claramente de Soundgarden, Truckfighters y Monster Magnet con ciertos escarceos progresivos cercanos a All Them Witches, su siguiente obra, Dead Star (2020), optó por la experimentación y el stoner prog, se hacen colegas de Nick Di Salvo (Elder) y superan con creces su debut haciéndose cada vez más atmosféricos y ambientales jugando (casi) ya en la liga de los mencionados All Them Witches, Elder y Mars Red Sky. Pues bien, poco más de un año después vuelven a hacernos flotar de lo lindo con su obra más ambiciosa y compleja, The Burden Of Restlessness (2021), que, ahora sí, los pone exactamente en la misma liga de las bandas antes citadas e incluso con aspiraciones al imaginario sónico de los mismísimos Tool. El tercer trabajo de los norteamericanos, a pesar de su complejidad y capacidad de riesgo, no se anda con composiciones extendidas hasta el infinito, los temas rondan los cinco minutos e incluso su pegadizo single, «Silverfish», no arriba a los cuatro. Hipnóticos punteos, desarrollos oníricos ‘flotantes’, voces prácticamente susurradas en todo momento y teclados perfectamente insertados en el viaje al espacio sideral es lo que van a sentir tus cinco sentidos, eso sí, no descuidan en ningún momento la intensidad stoner con momentos realmente densos y dando cancha al poderío del fuzz…
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