Así de simple y así de directo es el titular de este post y, lo más importante, así es exactamente el disco que os vengo a proponer hoy. Nunca he sido de ocultar mi venazo Glam AOR 80’s, y no sólo con los popes del género, uno se lo pasa en grande escuchando a H.E.A.T., Kissin’ Dynamite, Eclipse, Animal Drive, etc,… ¡pero antes llegaron Steel Panther, Hardcore Superstar y Reckless Love! y sólo por eso ya les tengo un cariño especial porque volví a creer en una escena que creía fenecida y anclada únicamente en el pasado…
Ponte el ‘Turbo-Jinete’ entre oreja y oreja y hablamos…
La banda finlandesa formada por Olli Hermann (vocals), el inmenso hacha ‘Pepe’ (guitar), Jalle Verne (bass) y Hessu Maxx (drums) ya tienen en la calle su flamante quinto disco titulado Turborider (2022) y, como podría esperarse, es un nuevo ejercicio bombástico y excesivo de Glam AOR a la escandinava, eso sí, virando y experimentando claramente y más que nunca con teclados y sintetizadores 80’s. ¿Cómo?, ¿Qué?,… ¡pues sí!, nos encontramos delante de una especie de híbrido imposible entre el Retrowave más ochentero y el Hard Rock/Cock Rock de pelos crepados y spandex ajustados de leopardo. Con estos mimbres, en fin, podríamos estar delante de un gran despropósito… ¡¡¡pero no!!!, lo cierto es que Turborider no va a revolucionar la escena Glam metal pero es un buen ejercicio ochentero con todos sus tics y con una pugna constante entre baterías electrónicas y sintes junto con la parte más ‘hard’ en la que Pepe sigue demostrando su imponente trabajo en riffs, punteos y ‘solos’ para seguir recordándonos que estamos delante de una banda de rock y no de una Synth Pop, tanto es así, que un servidor se queda con los cortes más hard rockers, caso del inicial «Turborider», la aceptable cover de «Bark At The Moon» de Ozzy y «Prodigal Sons». No quiero desmerecer los temas más ‘azucarados’, «Outrun», «Kids of the Arcane» o «Eyes of a Maniac» también te van a hacer esbozar una sonrisilla cómplice. En definitiva, no me desagrada esta experimentación y el riesgo que acometen, disfruto mucho del buenrollismo y de la nostalgia implícita en él. Lo que no sé es cuanto me durará…
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