Con el aval del Globo de Oro a mejor actor para Will Smith nos llega este “biopic” sobre el padre de las dos celebridades tenísticas Venus y Serena Williams. Un hombre de esos con testarudez y seguro de sí mismos y del plan que tenía destinado para sus hijas. Un tipo de esos hechos a sí mismos que lucha contra viento y marea para conseguir sin poner un dólar que sus futuras estrellas pudiesen labrarse un futuro en un mundo tan competitivo y donde hay que desembolsar fuertes sumas de dinero para corregir y mejorar la técnica en los golpes.
La cinta en sus casi dos horas y cuarto de metraje nos narra los tormentosos inicios en el complicado barrio de Compton en el Los Ángeles de los noventa. Un “ghetto” negro dominado por la droga, la violencia y la delincuencia donde Richard Williams intenta sacar a su familia adelante, intentando salir de tan marginal lugar. El talento de sus hijas con la raqueta hará que pueda insistir con los mejores entrenadores y estos se vuelquen con las pequeñas, primero en California y más tarde en Florida. Si es cierto, que se echa de menos más historia de las tenistas y algo menos del padre pero en líneas generales en guion de Zach Bayllin cumple aunque peque de un cierto tono de hagiografía, evitando cualquier atisbo negativo en la personalidad de Richard Williams, tipo al que no hay que desmerecer su obra pero que resultó terriblemente controvertido. Lo que sí es interesante es esa estructura repetida donde el progenitor buscando el bien de su hija mayor incide en que no corra riesgos y no compita a nivel profesional hasta que esté preparada, algo que la emparenta con la idea que subyacía en el manager que interpretaba Clint Eastwood en la obra maestra que dirigió y que llevaba por título “Million dollar baby”.
En este caso, aunque la realización de Reinaldo Marcus Green es convincente queda lejos de la de Eastwood con una puesta en escena que intenta ser lo más fiel posible a las imágenes que se conservan de la familia Williams; su barrio, los lujosos clubs de campo, la escuela de tenis de Florida o la pista donde debuta como profesional perdiendo en segunda ronda con la entonces número 1 Arancha Sánchez- Vicario (que en la película vence con alguna estratagema). No es el único nombre que sonará a los amantes del tenis pues por “El método Williams” desfilan los John Mc Enroe, Pete Sampras o Jennifer Capriati.
En lo que no hay duda es el absoluto protagonismo de Will Smith, ya que con el largometraje se ha labrado un vehículo para su lucimiento (normal que también figure como productor, al igual que las hermanas Williams). Su interpretación es convincente y le sitúan como el favorito para el Oscar pues acapara casi todas las secuencias, dejando destellos para Aunjanue Ellis como su esposa, la joven Saniyya Sidnei como Venus Williams o el televisivo, e irreconocible, Jon Bernthal como Rick Macci. También aparece en una única escena Dylan Mc Dermott pero el reparto se supedita al trabajo de Will Smith.
Un “biopic” entretenido, con más cosas buenas que malas, con una historia de superación de esas que tanto gustan en los Estados Unidos.
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