Bravo Lahoz presenta ‘La canción de la escalera’, segundo avance de su próximo álbum tras la publicación del single ‘Se abre paso’.
Bravo Lahoz dejó hace algún tiempo el centro de Madrid para refugiarse en su Sierra Norte. También se alejó de las baterías de bandas de Post-Punk y Hardcore para adentrarse en otros registros más pausados e intimistas.
Con ‘Se abre paso’, paseaba entre un ritmo festivo aunque con un mensaje donde primaba el valor de la naturaleza, una canción con doble fondo, como esas prohibidas y denunciadas no hace muchos años. Single con un trazo de folk, canción de autor o una nueva forma de música protesta.
El artista madrileño regresa con ‘La canción de la escalera’, originalmente escrita en inglés, compuesta hace más de 20 años influenciada por la escucha intensiva de bandas como Belle and Sebastian, Yo la tengo y Sparklehorse.
El single mantiene un mensaje sencillo. No necesita manual de instrucciones, no tiene líneas ocultas ni reivindicaciones. Describe derrotas de un protagonista quijotesco embarcado en proyectos imposibles; que sin mucho éxito ni apoyo de quienes le rodean, mantiene su voluntad para desplegar ideas románticas, que nunca terminan bien; sin importarle demasiado dejarse incluso los dientes en el intento.
El nuevo single de Bravo Lahoz no continúa las formas tradicionales en las que se encuadraba su anterior entrega, conserva la esencia y su condición de trovador canalla pero integrando un sonido más contundente.
La canción de la escalera’, fue grabada durante el mes de octubre en The Borderline Music (Granada), bajo la producción de Juan Antonio Salinas que también aporta guitarras, bajo y sintetizador, con la colaboración de Mónica Navarro de Alondra Galopa en los coros, y de Gonzalo Jiménez del grupo Bisagra en la batería.
El Video clip que acompaña al single, ha sido dirigido por Agustín Rubio que se encuentra promocionando el largometraje ‘La Desvida’. Refleja un compendio de acciones que ilustran la lucha contra objetivos más grandes que nosotros, pero no por ello imposibles, en el trayecto quedan los rasguños que provoca la contienda y alguna pequeña recompensa por el camino.
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