El cine de robos suele ser entretenido. Un género que por norma general hace que el espectador se pueda creer lo imposible situándose del lado de los delincuentes por su inteligencia y brillantez y en contra de las fuerzas el orden, gente sin humor pero con medios y poder. “Way down” no cambia un ápice de las claves de este tipo de filmes pero a cambio nos ofrece algunas soluciones en su argumento que sí sorprenden por estas latitudes.
El cine anglosajón (tanto británico como estadounidense) han promocionado sus edificios gubernamentales y sus equipo de seguridad como infranqueables, con técnicos muy dotados a los que era casi imposible burlar, sea en bancos, casinos privados o en los oficiales. Por eso resulta curioso que en esta ocasión se venda el Banco de España como uno de los lugares más seguros de la tierra, con una caja de seguridad donde es prácticamente imposible entrar y menos salir. Además es un acierto ambientar la historia en el mayor logro deportivo que ha conocido la selección de fútbol, el deporte rey hispano, con la consecución del Mundial de fútbol de Sudáfrica en 2010, permitiéndose la broma de criticar la dureza de Holanda en ese partido (cosa que no sé qué tal habrá sentado en esas tierras). Sólo por lo extraño y vender las bondades del país merece nuestro aplauso pues en esta nación cainita, lo normal es la crítica destructiva.
Pero es que además la cinta resulta entretenida, dos horas que pasan en un suspiro y a las que podemos olvidar los mil y un “mc guffins” e inverosimilitudes. Da igual, estamos ante un espectáculo de acción y aventuras y de eso “Way down” ofrece bastante. La trama es sencilla: unos nuevos corsarios del siglo XXI se dedican a la práctica de robar tesoros de otros países en galeones hundidos. En busca de unas monedas del pirata Francis Drake, topan con la aduana española que les roba el tesoro siendo custodiado en el Banco de España, un lugar inexpugnable. Con la ayuda de un talento en ingeniería preparan el atraco en los prolegómenos del partido más importante de la Copa del Mundo, con una Cibeles repleta de aficionados que pueda servir de distracción.
El filme no esconde que beba de títulos como “Ocean´s eleven” o el más reciente éxito de la televisión con “La casa de papel” pero un especialista en el terror como Jaume Balagueró le da su toque personal, ofreciendo un entretenimiento ligero que no pretende trascender pero sí divertir. Y el guion escrito a cinco manos sortea las inexactitudes o algunas situaciones disparatadas con buena dosis de acción y soluciones imaginativas, sumado a un reparto donde aparecen nombres importantes del cine español como Luis Tósar, el brillante antagonista de José Coronado o Emilio Gutiérrez Caba junto a los internacionales con el televisivo Freddie Highmore (“The good doctor”, “Bates Motel”) encabezado el reparto junto a Liam Cunningham, Astrid Bergés- Frisbey, Sam Reily o una desconocida Famke Janssen, a las que las operaciones no han terminado de sentarle bien.
Parece claro que este tipo de películas vuelve a tener tirón comercial pues Amenábar también con su serie “La fortuna” se ha apuntado al carro de los robos de tesoros y la lucha entre naciones por apoderarse de ellos. Algo que ha sucedido desde siempre sobre todo por parte de países como Inglaterra o Alemania pues cualquiera que haya visitado el Museo Británico de Londres o el Museo de Pérgamo de Berlín puede observar como se ha arrasado parte del patrimonio de lugares como Grecia o Egipto (por citar dos ejemplos). A pesar de lo pernicioso e impunes de sus acciones todos acabamos visitando esos recintos. Y ese componente romántico del pirata o el ladrón no se borra tan fácilmente. “Way down” es un ejemplo de ello pero al espectador le hará pasar un buen rato, no aburre y tiene momentos donde se demuestra el talento en la puesta en escena de alguien como Jaume Balagueró.
0 comentarios