Este e.p. debut de Marc Rockenberg, batería de Fuzz Forward es la calma que eliges como bálsamo para el espíritu. Este «E.P.» nos ofrece siete canciones de guitarra y voz, sonidos acústicos con mucha influencia de aquel rock que en los 90 parió Seattle y al que se afiliaron unos y otros cuando se convirtió en moda, pero que con el paso del tiempo ha dejado un poso de influencia en muchísima gente a la que caló como senda que seguir y forja de su personalidad musical, algo que escuchando las canciones que nos trae Marc, seguramente podría aplicarle. Siete canciones impregnadas de fuerza pero no desde la distorsión sino desde el mensaje intenso que nos ofrecen en bandeja como sacrificio con el que purgar penas para convertirlas en hazañas.
El disco lo abre «There is always someone more fucked up than you», donde personalmente se me aparecen Pearl Jam en primera plana, tal vez porque los de Eddie Vedder son la banda de aquella generación que más me marcó y eso siempre se instala como referencia a la hora de identificar y relacionar. Olvida los devaneos desérticos con su banda Fuzz Forward, aquí Marc Rockenberg navega por fluidos ríos emocionales construidos con melodías de voz y una omnipresente acústica que crea magníficos y bellos pasajes. «Wrong words» destaca con ese estribillo que terminas cantando y coreando. «Telephone» es la primera de las dos instrumentales que nos encontramos en el disco, una progresión de acordes reconocibles. «Heavy fog» deja entrever guiños al sonido americano de nuevo cuño, Americana o como querías llamarlo sin perder en ningún momento el tono característico que Marc imprime y se hace presente en el estribillo.
Este tipo de discos donde el hilo conductor es tan conciso tienden a veces a convertirse en lineales, excesivamente planos pero Rockenberg consigue superar ese escollo con nota. El que cada canción rápidamente seas capaz de identificar con su creador y que sin embargo cada una tenga su personalidad propia no es sencillo. «How Can I» se distingue de las anteriores, con un ritmo marcado que se impregna al paladar como un buen vino. Algo que destaca mucho de este «E.P.» es el gran trabajo de Marc con los estribillos. «Morning milkshake» es la otra instrumental, corta y precisa, sin abusar de minutos no necesarios. De nuevo se me aparece aquel sonido Seattle en la canción que cierra el disco, «Worst of my kind», plena de fuerza que se traduce en esa guitarra que contrasta con la melodía más intimista de voz. Un fantástico disco.
0 comentarios