El poema 84 de Las Flores del Mal se titula «Lo irremediable». En este caso, llegamos a un poema un tanto más complejo y lleno de metáforas en cascada, que describe la caída del ser en los abismos de la existencia.
LAS FLORES DEL MAL – CHARLES BAUDELAIRE
L’IRREMÉDIABLE
Une Idée, une Forme, un Être
Parti de l’azur et tombé
Dans un Styx bourbeux et plombé
Où nul œil du Ciel ne pénètre ;
Un Ange, imprudent voyageur
Qu’a tenté l’amour du difforme,
Au fond d’un cauchemar énorme
Se débattant comme un nageur,
Et luttant, angoisses funèbres !
Contre un gigantesque remous
Qui va chantant comme les fous
Et pirouettant dans les ténèbres ;
Un malheureux ensorcelé
Dans ses tâtonnements futiles,
Pour fuir d’un lieu plein de reptiles,
Cherchant la lumière et la clé ;
Un damné descendant sans lampe,
Au bord d’un gouffre dont l’odeur
Trahit l’humide profondeur,
D’éternels escaliers sans rampe,
Où veillent des monstres visqueux
Dont les larges yeux de phosphore
Font une nuit plus noire encore
Et ne rendent visible qu’eux ;
Un navire pris dans le pôle,
Comme en un piége de cristal,
Cherchant par quel détroit fatal
Il est tombé dans cette geôle ;
— Emblèmes nets, tableau parfait
D’une fortune irremédiable,
Qui donne à penser que le Diable
Fait toujours bien tout ce qu’il fait !
Tête-à-tête sombre et limpide
Qu’un cœur devenu son miroir !
Puits de Vérité, clair et noir,
Où tremble une étoile livide,
Un phare ironique, infernal,
Flambeau des grâces sataniques,
Soulagement et gloire uniques,
— La conscience dans le Mal
LO IRREMEDIABLE
I
Una Idea, una Forma, un Ser
salido del Firmamento y encontrado
en un Estigio cenagoso y plomizo
donde ningún ojo del Cielo penetra;
un Ángel, viajero incauto
que ha probado el amor del deforme,
al fondo de una tremenda pesadilla
pataleando como un nadador,
y luchando, ¡angustias fúnebres!
contra un gigantesco remolino
que va cantando como los locos
y danzando en las tinieblas;
un pobre hombre hechizado
entre sus inútiles titubeos,
para huir de un lugar lleno de serpientes,
buscando la luz y el momento clave;
un condenado que baja sin lámpara,
al borde de un abismo cuyo olor
delata a la húmeda profundidad,
interminables escaleras sin barandilla,
donde babosos monstruos vigilan
con grandes ojos fosforescentes
formando una noche más negra todavía
no haciéndose visibles más que ellos;
un barco atrapado en el polo,
como en una jungla de cristal,
buscando por qué estrecho fatal
cayó en esa prisión;
—Emblemas nítidos, cuadro perfecto
de una fortuna irrecuperable,
que sugiere que el Diablo
¡siempre hace bien todo lo que hace!
II
Cara a cara lo sombrío y lo diáfano
de un corazón ¡que se ha vuelto su espejo!
pozo de Verdad claro y oscuro,
donde tiembla una pálida estrella,
un faro irónico, infernal,
antorcha de los favores satánicos,
consuelo y gloria únicos,
—la conciencia en el Mal.
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