Seguimos con el repaso a la filmografía de uno de los pocos directores actuales que saben fusionar espectáculo y calidad: Christopher Nolan. Inception no fue una adaptación de un cómic, ni un remake, es un guión original suyo. Vale que bebe de otras fuentes, ya nada es original del todo, pero su guión tiene una complejidad y una precisión muy poco usual en el cine comercial del siglo XXI. El mundo de los sueños ya había sido tratado otras veces en el cine, pero
Nolan consiguió con Inception un triple salto mortal sin red y caer de pie. La ovación del respetable no se hizo esperar.
El laberíntico guión de Nolan (esta vez en solitario, sin la colaboración acreditada de su hermano) funciona como un reloj suizo, dejando al espectador clavado en el asiento desde el minuto uno. Como si de un film de James Bond se tratara, Nolan nos sumerge de lleno en el remate de una misión previa a la que centrará la trama del film. Un truco nada nuevo, pero que sigue funcionando a pleno rendimiento. Por cierto, las referencias al agente 007 no acaban ahí, la escena de la nieve es un claro homenaje a Al servicio secreto de su majestad (el film de James Bond favorito de Christopher Nolan y un servidor). Una vez atrapado e incapaz de cerrar los ojos, el espectador asiste atónito al mundo que Nolan ha creado en su cabeza y plasmado magistralmente en pantalla. Por una vez, la tecnología está al servicio de la historia y no al revés. Como es de esperar en todo thriller, Nolan hace trampas, se guarda ases en la manga y nos los va mostrando con milimétrica precisión, pero nunca engaña vilmente al espectador ni busca la previsible sorpresa final tan común en estos días. Juega siempre con las cartas sobre la mesa, sin aburrir en ningún momento de las dos horas y media que dura Inception, demostrando ser un tipo inteligente y sobre todo muy valiente. El cine actual necesita gente así.
La presentación de personajes no deja de ser bastante clásica (en el buen sentido de la palabra), la película se toma su tiempo mientras vamos descubriendo los entresijos de un plan simplemente inverosímil. El fascinante mundo de los sueños que presenta el film es uno de los mayores logros del cine de ciencia ficción de lo que llevamos de siglo. Si a un guión inteligente y cautivador le sumamos una factura técnica impecable, unos efectos digitales asombrosos y la estupenda partitura del siempre eficiente Hans Zimmer, tenemos un magnífico film de ciencia ficción. ¿El mejor desde Matrix como dicen algunos? NO, Inception es mejor que Matrix (de sus lamentables secuelas no hablemos que me da la risa) aunque no resultó tan innovadora. Mientras Matrix demostró ser un mero artificio de efectos especiales sin ninguna sustancia detrás, Inception demostró se mucho más compleja. Esa manera de manejar el tiempo narrativo y hacerlo encajar dentro de la acción me parece todo un prodigio.
Cierto que quizás lo de crear un concepto dentro de la mente de un personaje puede resultar un McGuffin un tanto rebuscado y poco interesante, a priori. Pero en las manos adecuadas cualquier pretexto puede resultar apasionante. Al final, Inception nos habla de cómo las grandes compañías nos controlan e intentan crearnos necesidades con fines empresariales. Nada que no supiéramos ya, pero nunca se había mostrado en pantalla de una forma tan sublime.
Que Leonardo DiCapro es un gran actor (y mira que le pillé yo manía a este chaval en Titanic) ya lo había demostrado sobradamente en films como Shutter Island o Revolutionary road. Aquí DiCaprio cumplió sobradamente en su ya frecuente papel de hombre atormentado por su pasado. Me gustó mucho Marion Cotillard y su enigmático personaje, supongo que la incursión de canciones de Edith Piaf no habrá sido casual. También me gustaron Ellen Page (Juno, Hard candy) y Joseph Gordon-Levitt (500 días juntos) que siguieron afianzando sus carreras hacia el estrellato.
Imprescindible.
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