Tras hablar de Following, ahora toca el turno del film que puso a Christopher Nolan en el candelero con esta auténtica película de culto: MEMENTO. Durante un largo viaje por carretera Christopher Nolan y su hermano Jonathan idearon una compleja historia sobre un agente de seguros incapaz de generar nuevos recuerdos desde que el intento frustrado de evitar el asesinato de su esposa. Dicho hecho es lo último que recuerda y debe ir tatuándose en el cuerpo las certezas a las que vas llegando para tenerlas siempre presentes. Las pesquisas para descubrir al asesino de su esposa se tornarán en un imposible ejercicio detectivesco en el que continuamente los nuevos recuerdos del protagonista se ponen a cero, siendo los tatuajes en su piel la única certeza con la que cuenta nuestro sufrido protagonista. Con esta historia, los hermanos Nolan se pasearon por los grandes estudios, siendo rechazados por todos. Finalmente fue aceptado por una pequeña productora independiente llamada Newmarket que decidió invertir en ella 9 millones de dólares. Debido a lo escueto del presupuesto hubo que descartar la participación del actor que Nolan tenían en mente para interpretar al protagonista: Alec Baldwin y conformarse con Guy Pearce. Memento se rodó solamente en 25 días pero la inversión salió redonda ya que recaudó 40 millones y supuso todo un éxito dentro del circuito del cine independiente y recibió no pocos premios y nominaciones..
No olvidemos que nuestra personalidad (nuestra relación con los demás) se basa principalmente en la capacidad de actuar frente a estímulos externos, capacidad que depende directamente de lo que hemos aprendido del mundo exterior. Sin embargo, si fuéramos incapaces de crear nuevos recuerdos, viviríamos anclados en el pasado y sin información ante los nuevos estímulos. La existencia de nuestro protagonista (Guy Pearce) es una completa tortura ya que no sabe cómo ha llegado hasta ahí o cómo ha conseguido la información que él mismo se tatúa en su cuerpo para tenerla siempre presente. Un curioso truco para tener a mano ciertos conceptos, aunque no sepa si realmente son ciertos, sólo sabe que una vez fueron considerados por sí mismo como certezas (aunque realmente algunos no lo sean). Cuestiones ya de por sí complicadas como en quién confiar o qué es verdad y qué es mentira se tornarán en verdaderos dilemas imposibles de resolver. Todo ello confiere un carácter de total dependencia y fragilidad a nuestro protagonista, un hombre sin memoria pero con un objetivo claro: vengar la muerte de su esposa. Una tarea titánica en su permanente estado de confusión. Es más, podríamos considerar al protagonista como un enfermo mental cuya enfermedad puede ser aprovechada por otros personajes en su propio beneficio. Por la trama circulan personajes ambiguos como el de Carrie-Anne Moss o John Pantoliano.
Christopher Nolan rizó el rizo ya en su segunda película mezclando magistralmente el cine negro con el thriller psicológico. Quizás sea mucho aventurar pero opino que a su compatriota Alfred Hitchcock le hubiera encantado realizar Memento. Nolan se sirvió de un elaborado guión escrito por él mismo en el que va soltando trozos sesgados de información y de un montaje en orden inverso (una constante sucesión de avances y retrocesos en el tiempo) que obligan al espectador a estar atento a cada detalle. A través de esta singular estructura narrativa inversa, Nolan sitúa siempre al espectador en un punto de la narración en el que se encuentra tan desorientado como el propio protagonista. He aquí el mayor logro del film: conseguir que la confusión del protagonista sea compartida por el espectador. Nolan demuestra que en el cine la forma de narrar una historia es tan importante como la historia misma. Es más, Nolan supone que el espectador es inteligente y le propone un complejo juego que le obliga a estar constantemente en alerta. Ojalá hubiera más directores como Nolan. Por cierto, ¿existe alguna manera de ver Memento en orden cronológico? pues sí, en el DVD que se puso a la venta se podía ver el film en orden cronológico si se respondía correctamente a ciertas preguntas sobre el film.
Si te gusta que te lo den todo mascado, no te gustará Memento, te parecerá excesivamente complicada y puede que no le veas el sentido. Pero si te gusta que te hagan pensar, Memento te puede resultar fascinante mientras intentas juntar todas las piezas de este enrevesado rompecabezas. Memento es todavía hoy una arriesgada pirueta narrativa difícilmente superable.
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