Vamos con un difícil poema de Sylvia Plath. En él se ve la delicadeza de esta poeta americana y cómo su ser omnipresente, abarca todo lo que acontece mientras pasea por el campo junto a su amante. Una maravilla de poema con el que se puede apreciar la sensibilidad femenina en su máximo esplendor.
SONG FOR A SUMMER’S DAY
With my own country love
I saw slow flocked cows move
White hulks on their day’s cruising;
Sweet grass sprang for their grazing.
Till the night mists came rising.
CANCIÓN PARA UN DÍA DE VERANO
Por el pantano y la finca paseando
con mi reconocido amor campestre
vi acudir despacio a las vacas
blancas moles en su día de paseo;
la dulce hierba brotando para su pastoreo.
La atmósfera resplandecía para lucirlas:
más lejos, azuladas, arriba,
las nubes avanzaban hacia un pulido dejarse llevar;
las alondras, reñidas, surgiendo
acudieron para alabanza de mi amor.
El brillo del mediodía, abrasador
se adhería a mi corazón como si
fuese una hoja de punta verde
encendida por mi complaciente amado
hasta convertirse en un apasionado fuego.
Y así, juntos, hablando,
a través del meloso ambiente de domingo
anduvimos (y aún caminábamos—
inconscientes de las magulladuras del sol)
hasta que la niebla nocturna apareció alzándose.
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