Toda belleza duerme, y he aquí donde yace Valeria, con su Destino. Está a punto de abrir los ojos después de la muerte y la realidad que vivirá, quizá sea esa que late en el fondo de un beso dormido, donde las mariposas 
no se atreven a volar por no mover el aire tan quieto como el amor, que diría el poeta con asombrosa exactitud.

Esa posición vertical del cadáver nos indica un resquicio de vida vital que ella es capaz de mantener a pesar de esa oscuridad que le abraza el cuello y le sujeta las manos para apoderarse de su alma de india apache.

Es posible que nuestra caperucita no llegase a casa de la abuelita, pero Valeria sabe que no hacer nada no es lo mismo que estar quieta. Y comprende que la única forma de resistirse sin resistirse es estar en calma, aprendiendo de ese abrazo, acechando, silenciosa en la espera, insomne.

Su palidez nos indica ese estado de la sangre que no fluye. Por lo que sospechamos que quizá ya no necesite de ese líquido tibio para vivir, aunque sí para alimentarse y vestir el rojo en su máximo esplendor.

Quizá Valeria vuelva a la vida para seguir como si nada, como si tal cosa, o para defendernos; pues al haber cruzado erguida por el misterio de la noche, sabe que su naturaleza es siempre bravía y límpida y libre.

 

 

 

 

by: Angel

by: Angel

Melómano desde antes de nacer, me divierto traduciendo canciones y poesía. Me gusta escribir. Soy un eterno aprendiz y bebo de casi todos estilos musicales, pero con el buen rock alternativo me derrito.

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Últimas entradas

Últimos comentarios

Te puede interesar

Merodeando al amor

Merodeando al amor

Vemos, en esta fotografía, al amor. Esas viejas manos evidencian su duración, que es mucho más allá de esta vida. Y el árbol, nos dice que este acto, el de amar, conlleva etapas, como pasa con sus anillos de veta. Sólo una pizca de eternidad nos separa de la bestia...

Merodeando la calle vacía

Merodeando la calle vacía

Tenemos delante una calle vacía. ¿Cuál es su color verdadero si nadie la mira? ¿De qué color es la vida si no vive el hombre? ¿Hemos mirado siempre hacia dentro? Estas precipitadas preguntas tienen la suficiente claridad y, también, la deliciosa oscuridad de la...

Merodeando al niño

Merodeando al niño

Vemos a un niño agachado, una postura sencilla, cuando tenemos esa edad. Una postura que algunos abandonan para siempre. Aunque lo bueno de esa posición, es que puedes encontrar cosas inesperadas, como un bancal de violetas amarillas, o un montón de insectos nacarados...

Meditaciones Africanas – Felwine Sarr | Editorial Filosafrica

Meditaciones Africanas – Felwine Sarr | Editorial Filosafrica

El título ya es de por sí transparente. Meditaciones Africanas es una ventana abierta a una cultura desconocida para muchos. Una ventana que nos muestra, nada más leer sus primeros párrafos, que estamos alejándonos despacio, de lo que son las verdaderas relaciones...

Merodeando a la anciana feliz

Merodeando a la anciana feliz

Lo primero que me llama la atención de esta anciana feliz es su estatura, que seguramente no tiene nada que ver con la pose agachada en la puerta de su humilde hogar. La anciana está feliz, que no es lo mismo que contenta. Al llegar a cierta edad se puede comprobar,...