Vamos a poner en marcha otra vez al señor Baudelaire y sus Flores del Mal. En este caso, con el poema número LXIX, titulado La musique. Un poema en el que nuestro poeta describe las sensaciones que le producen la música cuando la escucha, algo que tiene mucho que ver con el mar.
LA MUSIQUE
La musique souvent me prend comme une mer !
Vers ma pâle étoile,
Sous un plafond de brume ou dans un vaste éther,
Je mets à la voile ;
La poitrine en avant et les poumons gonflés
Comme de la toile,
J’escalade le dos des flots amoncelés
Que la nuit me voile ;
Je sens vibrer en moi toutes les passions
D’un vaisseau qui souffre ;
Le bon vent, la tempête et ses convulsions
Sur l’immense gouffre
Me bercent. D’autre fois, calme plat, grand miroir
De mon désespoir !
LA MÚSICA
La música, a menudo ¡me lleva como un mar!
hacia mi pálida estrella,
bajo un techo de bruma o dentro de un extenso firmamento,
me pongo a navergar;
el pecho por delante y los pulmones hinchados
como lienzo,
trepo por la espalda de las olas amontonadas
porque la noche me protege;
siento vibrar en mí todas las pasiones
de un navío que sufre;
el buen viento, la tempestad y sus convulsiones
sobre el inmenso abismo
me mecen. Otras veces, quietud, gran espejo
¡de mi desesperación!
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