Tengo que decir que he ido retrasando la reseña de este trabajo de los almerienses The Dry Mouths a conciencia. Necesitaba que mi estado de ánimo fuese el propicio. 2019 ha sido un año muy complicado para la banda. De esos que se graban a fuego. Su bajista, Andy Reyes fallecía. Un duro golpe. No tuve la fortuna de conocerle en persona. Pero me sentí impactado. A veces desarrollas un hilo afectivo con ciertas bandas motivado por las sensaciones que te crea su música. Ese cordón umbilical en la distancia me une a The Dry Mouths. Pero aunque el cuerpo abandone para siempre nuestra compañía, es el espíritu en forma de recuerdos quien mora para siempre entre nosotros. Por eso desde el primer día he concebido este “Lo-Fi Sounds for Hi-Fi People” como una exaltación de vida, de que Andy siempre estará con su banda y por ende con los que adoramos la música de The Dry Mouths cada vez que suenen las canciones que conforman este disco. Y ojalá la banda entienda mi necesidad de apartar “Lo-Fi Sounds for Hi-Fi People” del frío de un invierno que exige dosis de tristeza como derecho propio adquirido. Y que sea ahora que el sol parece imponer su fuerza de vida, aunque no sepamos si solo será un alto en el camino, cuando decida plasmar mis impresiones a través de este puñado de letras que se amontonan en la pantalla de mi ordenador.
Comienza el disco. “L.P. Lie too” es la encargada.Ese sonido desértico es inconfundible. Como una tormenta de arena que se nos viene encima pero nos parece maravillosa. “Limoncello” encubre furia a través del riff revestido de aromas tan propios de los noventa como ya asiduos en el devenir de The Dry Mouths. “Los pollos hermanos” conjuga perfectamente ese rollo alternativo americano heredero del punk melódico con la fiereza stoner de las guitarras. “Ellis Lahmn” presume de atmósferas en primera persona con ese in crescendo permanente durante la canción. “Psychomental V Code: Rosaura” ese ese tipo de jams de las que tanto gustan en las que se dejan llevar por un perceptible feeling que casi te va meciendo. “La mascotta” sube las revoluciones mostrando su faceta mas rockera sin perder de vista unos noventa que vocalmente se podrían emparentar con los Smashing Pumpkins más inspirados.
“Toe motion” es la clara representación de ese doom a la manera The Dry Mouths con pasajes oscuros y densos. “A farewell for the princess” que casi duele con esa belleza encerrada que va dejando salir, mostrarse al oyente, cierra este disco, segundo editado por The Dry Mouths en 2019. Compañero inseparable de “Memories from Pines Bridge” cierra un año exultante respecto a composiciones, doloroso en cuanto a experiencias. El espíritu de Andy mora en cada canción, cada acorde. The Dry Mouths deben seguir adelante, cambiar las lágrimas por composiciones que harían feliz al bajista allá donde esté. Un maravilloso disco en todos los aspectos.
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