150 millones de dólares de presupuesto, un mítico trío de actores y un director considerado como un maestro. Con estas credenciales era lógico que hubiera mucha expectación por ver El Irlandés. Ahí está Netflix inyectando dinero cuando las grandes productoras tradicionales abandonaron el proyecto e invirtiendo en una ingente campaña de publicidad. Ahí están Al Pacino, Robert De Niro y Joe Pesci (amén de un excelente plantel de secundarios) dando vida una vez más a una historia de gánsters dirigida por Martin Scorsese. El autor de Taxi Driver parece cerrar su trilogía gansteril que inició con Uno de los nuestros, continuó con Casino y termina con El Irlandés. Menudo trío de ases por el que el 95% de los directores modernos venderían su madre a la mafia. Scorsese parece entonar, junto con sus compañeros de viaje, su particular canto del cisne con este film. El Irlandés es un film crepuscular, de ritmo pausado que rezuma nostalgia por un mundo que agonizó hace tiempo. Tanto sus creadores como sus protagonistas pertenecen ya a otro tiempo. Lo cierto es que casi todo en El irlandés huele dolorosamente a nostalgia.
Lejos del ritmo acelerado y el montaje endiablado que es habitual en Scorsese, El Irlandés es un film reposado, para disfrutar en pequeños sorbos (yo la vi en 3 partes) deleitándose de la excelente historia que narra. Una vez más la nostalgia es el eje central de un film de Scorsese, aunque nunca lo fue tanto como en éste. Sí que están otras constantes de su cine como esos geniales movimientos de cámara o esa música que acompaña a cada una de las escenas. No podemos negarle a El irlandés sus innegables virtudes cinematográficas. Pero todo resulta algo acartonado y menos logrado que en otras ocasiones.
Quizás se deba a ese error de intentar rejuvenecer a los actores con técnicas digitales. No es nada nuevo, sin embargo, no queda verosímil cuando se les ha rejuvenecido la cara digitalmente pero sus movimientos siguen siendo los de un señor mayor. Escenas como la de la tienda evidencian que el cuerpo de un hombre de 75 años no se mueve igual que cuando tenía 40. Amén de que no les han adelgazado digitalmente, por lo que parece que llevan varias capas de ropa. Ya se sabe, los mejores efectos digitales son aquellos que pasan desapercibidos. Y en este caso se notan. ¿Hubiera pasado algo si se hubieran elegido actores más jóvenes para interpretar a los personajes en su juventud? Pues no. Ya se ha hecho miles de veces y nunca nadie se ha rasgado las vestiduras por ello. ¿No interpretó Robert De Niro a un joven Vito Corleone en el Padrino II tras haberlo inmortalizado Marlon Brando en la primera entrega? Y no pasó nada. ¿No sirvió el maquillaje para envejecer a Al Pacino en El Padrino III? Estas licencias cinematográficas nunca son perfectas pero las prefiero a esta chapuza digital. Lo siento, maestro Scorsese. Estamos ante un cine antiguo, caduco, por y para viejos. Sí, lo admito. Las nuevas generaciones encontrarán excesivas y aburridas sus 3 horas y media (quizás tengan razón) pero a Scorsese ya poco le importa lo que digan de él. Tampoco tiene nada que demostrar a estas alturas. Como el personaje de Robert De Niro, es un irlandés en un mundo de italianos que sigue fiel a sus principios contra viento y marea.
Reconozco que El irlandés se hace pesada en su primera hora pero pasado este punto coge carrerilla y no para de mejorar. Por momentos, se acerca al mejor cine de gánsteres de Scorsese pero no llega a igualarlo. Por muy bien que este Al Pacino como el malogrado Jimmy Hoffa (cuya historia por estos lares es poco conocida) o dé gusto ver en pantalla a Joe Pesci, la fruta madura nunca reverdece.
Resumiendo, El irlandés es un buen film, debido a su duración y su ritmo será alabado por los amantes del cine clásico pero será incomprendido por las nuevas generaciones. El irlandés es el epitafio fílmico de un maestro del séptimo arte llamado Martin Scorsese.
Usted no se de que esta hablando. Todo es perfecto. Lo digital es una maravilla. Buen recurso.
A mi me encanto la pelicula. Las actuaciones son lo mejor que he visto en mucho tiempo.
Las actuaciones están a la altura de lo esperado de estos mitos de la interpretación, pero a mí lo de rejuvenecerlos digitalmente no me resultó creíble. Se nota algo extraño en las caras. No pierden expresividad pero se notan falsas, como de plástico. No corresponde la forma de moverse y la complexión física de un tipo de 75 con una cara de 40. Creo que es una tecnología a la que todavía le falta un poquito, reconozco que me chocó pero no me sacó de la película. Del azul de ojos que le han puesto digitalmente a Robert De Niro mejor no hablamos…