Este brillante documental nos presenta la figura de Mr. Jimmy, el imitador más fiel del brillante guitarrista de Led Zeppelin. A pesar de las evidentes diferencias entre el británico y su versión japonesa, imitar a Page con máxima fidelidad ha sido el trabajo de Akio Sakurai desde la adolescencia. Lo cierto es que la disciplina y la tenacidad japonesas de las que hace gala Sakurai en su empeño de ser Jimmy Page resultan tan admirables como absurdas, puesto que solo Jimmy Page puede ser Jimmy Page.
Este documental nos descubre no sólo la pasión del japonés por la música en directo de Zeppelin, sino la obsesiva y prácticamente enfermiza obsesión del nipón por sonar exactamente como el Jimmy Page del 70, del 73 o del 76… El empeño de Sakurai le lleva incluso a solicitar la reconstrucción de guitarras pieza a pieza para conseguir que su instrumento suene exactamente igual que la de Page en determinada época. De hecho, Akio incluso manda retocar sus amplificadores vintage para que suenen exactamente como las versiones en directo de Zeppelin. Resulta igualmente curioso ver a una experta en kimonos desarrollando la árdua tarea de satisfacer al nipón en cuanto a la recreación del vestuario de Page se refiere.
[divider]MR. JIMMY[/divider]
La cinta acompaña a Mr. Jimmy en sus good times y bad times, desde que es un asalariado vendedor de instrumentos que toca versiones de Led Zeppelin con su banda los fines de semana hasta que se marcha a Los Ángeles a tratar de cumplir su sueño de vivir recreando a la máxima fidelidad los directos de la banda británica. Por el camino nos encontramos con el abandono de la familia y la patria natal y, sobre todo, la soledad. El nipón no sólo desconoce el lugar y el idioma sino que en las diversas bandas tributo en las que acaba trabajando no encuentra la profesionalidad que cree que la música de Zeppelin merece e impone su visión no sólo a otros miembros sino también a managers y productores. Finalmente, Mr. Jimmy encuentra su camino en la banda tributo de Zeppelin formada por Jason Bonham, hijo del fallecido batería de los británicos. A pesar de que este acompañamiento a Mr. Jimmy se da de forma natural ante la cámara, es imposible que el documental se haya podido desarrollar durante tantos años, de modo que este trabajo se vale de la magia del cine para la recreación de la carrera profesional del japonés.
Mr. Jimmy se vale de poesía cinematográfica en magníficos planos en los que se entremezclan las figuras de Mr. Jimmy y Jimmy Page, la contraposición de paisajes urbanos y naturales de Japón y Estados Unidos y, ante todo, de mucha, muchísima música excelente de Led Zeppelin. Es en definitiva una pieza madura y exquisita, a la par que curiosa, que ningún fanático de los Zeppelin se debería perder.
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