Décima edición ya del Slap!, un festival que hemos visto crecer y mejorar edición tras edición. Este año presenta novedades como la no existencia de programas de mano para ahorrar papel (siempre se puede descargar la aplicación con toda la información) y el pago con un chip en las pulseras (mucho más ágil que el engorroso cambio de moneda habitual en otros festivales). El Slap! Se ha modernizado este año. Se han reducido escenarios ( yo echo de menos el escenario del bosque) y hay más opciones de comida. El Slap! Sigue siendo un festival ideal para toda la familia por la calidad de sus propuestas y por su tamaño, amén de un emplazamiento idóneo (lo de la piscina es un puntazo).
La calurosa tarde de ayer se inició con talleres para los más pequeños de la casa. Luego nos acercamos al campeonato de baile All styles amenizado por Lady Funk. La tarde pedía un baño y desde la piscina pude ver y escuchar a The white coven, grupo zaragozano de raíces bien ancladas en el rock de los años 70. La verdad es que me sorprendieron gratamente y nos hicieron pasar un buen rato desde el agua. Una parada para cenar me obligo a no poder disfrutar entera de la actuación de los canadienses Battle of Santiago y su peculiar fusión de ritmos latinos y africanos, lo que pude ver me resultó bastante refrescante, quizás la puesta de sol y los rociadores de agua tuvieran algo que ver. Luego le tocó el turno a Sho Hai (violadores del verso) y su selección de cds. Como no podía ser de otra manera, hubo rap de los años 80 a raudales, dejando lo más actual del género para su segunda sesión.
A la medianoche Moonlight Benjamin desplegó toda su magia negra para hechizar al personal con voz profunda. Sería cosa del vudú pero su peculiar mezcla de tradición haitiana y rock se apoderó pronto del personal. Enfundada en un traje de ceremonia y secundada por unos músicos jóvenes pero diestros, la haitiana desgranó lo más florido de su más reciente LP, Siltane, con temas tan contagiosos como Papa Legba o Moso moso. Sin duda, Moonlight Benjamin fue una de las triunfadoras de esta primera noche.
Tras la segunda sesión de Isho hai, a las 2 de la madrugada saltaron al escenario Ámbar los esperadísimos Hot 8 brass band. Los de Nueva Orleans vinieron a no hacer prisioneros con su explosiva mezcla de funk, R&B, reggae y rap. A pesar de que el calor ya había cedido bastante, sudaron la camiseta de lo lindo en su poco menos de una hora de actuación. La verdad es que me supo a poco, yo hubiera esperado algún tema más. Supongo que los tiempos estarían pactados, pero un par de temas más hubieran sido un broche de lujo a una actuación soberbia (pero breve). Eso sí, hicieron un acertado repaso de los cañonazos más destacados de sus más de 20 años de historia, no faltaron Rasta Funk ni el Sexual Healing de Marvin Gaye. Hasta hubo tiempo para intercalar el Remember The time de Michael Jackson.
Reconozco que a las 3 de la mañana me pudo el cansancio y no me quedé al set de R de rumba (otro de Violadores del verso), ya lo siento, pero todavía me quedan dos días de festival.
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