Dos años después de su impactante y sorprendente debut con Gun Shovel Alibi (2016) ya están aquí los suecos de Malmö, Liar, Thief, Bandit, con su disco de consagración en la escena high energy rock’n’roll y hard rock. En estos dos años muchos han presenciado por toda Europa los movimientos en directo de la banda formada por Mike Jacobson (vocals, guitar), William Grube (bass, vocals) y Felix Illi (drums) con su despliegue de Action Rock de ínfulas hardrockeras y melodías trabajadas y muchos también esperábamos para comprobar si el difícil segundo disco estaría a la altura de su Opera Prima. Puedo decir en estos momentos, en donde ya son varias las escuchas acumuladas, que no puedo decantarme por ninguno de los dos pues la banda no ha querido repetir esquemas. Salta y te cuento…
Enciende tu lado más Action Rock y ‘Préndelo’!!!…
¿Podría ser Straight Ahead (2018) el disco de la discordia entre sus fans?… Lo cierto es que ya se generó el pasado jueves en El Behringer del Capi un pequeño debate en pleno programa sobre si estaba a la altura de Gun Shovel… o no, las opiniones son dispares, como los culos, cada uno tiene uno, pero lo que me queda claro es que quizás el factor sorpresa se ha perdido… y mucha gente tenía sus expectativas demasiado altas.
Un servidor se queda con un ‘lo han vuelto a hacer‘, sí, pero de una manera diferente y distintiva, más hard rocker y menos high energy, no suenan tan sucios, no se mimetizan tanto con Hellacopters e Imperial State Electric y esto, en mi opinión, es lo que les va a llevar lejos y no encasillarse. Las composiciones son intencionadamente más largas (en unas aciertan, en otras no tanto), más trabajadas y con una producción acojonantemente limpia a la par que potente como la distintiva «I Stand Corrected», la catchy «Heal My Wounds», «Everybody All The Time» o su tema-cierre, el oscurillo y cercano en melodía a Foo Fighters, «The Good Ones». Trallazos enérgicos a la yugular los sigue habiendo, no se han pasado al powerpop ni mucho menos (Fire It Up, Head Down, Lingering Sir o Liquor and Poker, que pasa por ser un tributo encubierto a Lemmy), así como incursiones en el hard y el glam como los tracks «Straight Ahead» o «On My Way» muy cercanos a los parámetros de I.S.E. cuando se ponen hardrockeros.
En definitiva, mojándome diría que Straight Ahead está medio peldaño por debajo del apabullante Gun Shovel Alibi pero es de agradecer su intención evolutiva y el no querer sonar una y otra vez a cualquiera de las dos bandas de Nicke Andersson.
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