Ruben Östlund dirigió y escribió esta película que gustó mucho y ganó muchos premios, incluso ganó la palma de oro en Cannes y fue nominada al Oscar a mejor película extranjera el año pasado. Que me lo expliquen. Si no es como una ácida crítica al arte moderno, no entiendo qué le ven a esta película. Ya desde el inicio asistimos a una aburrida cháchara para justificar muchas de las tonterías que se encuadran dentro del arte moderno. Mucha teoría y poco fundamento. Desde que en 1917 Marcel Duchamp intentó exponer un urinario en una exposición en Nueva York, hay que ver la cantidad de basura que nos la han hecho pasar como arte. Siempre muy bien argumentada, eso sí. Para Duchamp, era el artista el que decidía qué era arte y qué no. En otras palabras, para Duchamp y buena parte del arte posterior, cualquier objeto expuesto en un museo es arte. Si en el espectador no provoca ninguna reacción no tiene ninguna importancia. Tampoco el talento parece ser necesario para crear una obra de arte. Dicho esto, siempre me ha parecido que, si para entender una (supuesta) obra de arte, hace falta teorizar sobre lo humano y lo divino, es que nos están tomando el pelo. Que le pregunten a Tàpies, Chillida, Miró o Yoko Ono.
Creo yo que algo así viene a ser The square. Una denuncia de estos snobs modernos que deben justificar su falta de talento en teorías ridículas sobre el lugar del ser humano en el universo (o cualquier otra estupidez parecida). Puedo entender que The square frivolice sobre la frontera entre el arte, la estupidez o la broma de mal gusto pero no le perdono a Ruben Östlund que me aburriera. A su film le sobran bastantes minutos y se hace pesado como una losa. Escenas que pueden tener su gracia inicial se alargan demasiado haciendo que la sonrisa se nos congele y acabe en un gesto de disgusto. Sirva como ejemplo la escena de la cena y la actuación, tiene un humor negro que acaba perdiendo todo el sentido al alargarlo innecesariamente. The square es el típico ejemplo de film al que un recorte de metraje le hubiera hecho mucho bien. Tampoco la supuesta crítica a los prejuicios y al racismo imperante en la sociedad actual me pareció bien llevada.
Ojo, si The Square ganó la palma de oro en Cannes ¿qué le vieron? Ni idea, pero el premio evidencia que Cannes también son unos snobs de cuidado capaces de elogiar cualquier estupidez pseudo intelectual que nadie (ni siquiera ellos) comprende. Quizás no haya nada que comprender. Quizás no haya mensaje que transmitir y todo sea una broma de mal gusto. O puede que el emperador vaya desnudo y nadie se atreva a decirlo para no parecer un inculto. Pues eso.
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