Desde los inicios del cine, las innovaciones técnicas e invenciones estilísticas se produjeron por la creatividad desbordante de la gente que se dedicó a ello. Llegados a Estados Unidos encontramos un puñado de personalidades que convirtieron al 7º arte en la más grande recreación artística del siglo XX.

Los hitos marcados por Edwin S. Porter con la filmación de “Asalto y robo al tren” (1903), considerado el primer film de ficción de la historia con sus apenas 11 minutos de duración, o Cecil B. DeMille con “The squaw man” (1914) y “El virginiano” (1914) marcando los elementos fundamentales del género, marcan las bases del considerado como el auténtico género puramente norteamericano.

Su implicación en la historia y creación de los Estados Unidos, la guerra de secesión, la conquista del oeste, la fiebre del oro, las guerras indias, la construcción de los grandes ranchos y la conducción del ganado, la guerra con Méjico, la conquista de la última frontera, la llegada del ferrocarril, el biopic de los grandes personajes de la historia americana o las constantes dramáticas de sus tramas lo convierten en imprescindible, mucho más allá del denostado cine “de indios y vaqueros”.

Productoras como Lone Star, Mascot Studios o Monogram Pictures centraron su acción en el western. Seriales como los de “Hopa-long Cassidy” con William Boyd de protagonista o “The shadow” con John Wayne fueron algunas sagas que popularizaron el género. Iconos cómicos como Laurel y Hardy o los Hermanos Marx también metieron sus chanzas en el oeste. Pero la semilla venía del cine mudo.

Grandes directores surgidos del cine mudo ya llevaron sus miras hacia el western, casos de Henry King, Victor Fleming, William A. “Wild Bild” Wellman o Raoul Walsh, pero fue con la llegada del sonoro cuando se hizo muy popular y se inició la creación de un género cinematográfico propio.

 

 

Cintas como “La gran jornada” (1930) de Raoul Walsh, “Los conquistadores” (1932) de William A. Wellman, “Annie Oakley” (1935) de George Stevens o “Buffalo Bill (1936) de Cecil B. DeMille son resaltables, pero fue en 1939 cuando el western dio el paso definitivo. Las producciones de “Tierra de audaces” (1939) de Henry King, “Dodge, ciudad sin ley” (1939) de Michael Curtiz, “Unión Pacífico (1939) de Cecil B. DeMille o “Arizona” (1939) de George Marshall dan un salto de calidad muy significativo al western, pero es “La diligencia” (1939) de John Ford la que dotó al género de ese plus que daba el salto definitivo, tanto a nivel estilístico, visual, interpretativo y de guión. Ford dotó de trasfondo psicológico a una trama centrada en el oeste norteamericano. La primera obra maestra se había creado.

 

 

Los grandes personajes de la mística norteamericana servían de base para muchos de los guiones que forjaban a fuego el carácter estadounidense. Jesse James, Wyatt Earp, Billy “el niño” Munny, los jefes sioux Toro Sentado o Caballo Loco, Wild Bill Hickok, el General George A. Custer, el jefe apache Gerónimo, William “Buffalo Bill” Cody, Calamity Jane, Annie Oakley, Pat Garrett, el juez Roy Bean, cualquier biografía servía para asentar grandes historias sobre la creación de Estados Unidos. Wichita, Santa Fe, Dodge City, los estados de Oklahoma, Kansas, Wyoming o Dakota, las montañas rocosas o los amplios territorios que abarcaba la construcción del ferrocarril, cualquier lugar es bueno para localizar la acción.

Howard Hawks, Anthony Mann, John Sturges, Budd Boeticher, Henry Hathaway, Sam Peckinpah o Sergio Leone apuntalaron el western como algo más que películas de acción de la historia norteamericana. Pero es John Ford la personificación definitiva de un género cinematográfico que sobrepasa los típicos clichés que se le atribuyen gracias a  la maestría demostrada por ellos.

 

 

 

Desde su época muda mostró un talento especial para el western. Cintas como “El caballo de hierro” o “Tres hombres malos” demuestran su talento innato para el género. Llegado el sonoro no hizo más que aumentar poco a poco las armas que dotaron al western de su grandeza. Películas como “El juez Priest”, “Prisionero del odio” o “El joven Lincoln” lo demuestran, pero fue con “La diligencia” cuando le dio el impulso definitivo. Es con ella cuando comienza su edad de oro y la calidad da todos los integrantes de una filmación (director, reparto, director de fotografía, guionistas, música, etc…) se suman para estrenar un puñado de obras maestras indiscutibles.

“Pasión de los fuertes”, “Tres padrinos”, “Caravana de paz” y, especialmente, la llamada Trilogía de  la caballería, es decir, “Fort Apache”, “La legión invencible” y “Río Grande” dan un halo nostálgico, heroico y romántico a lo que nos cuenta. A ella podríamos sumar “Misión de audaces”, otro canto sentimental en la cruenta guerra civil americana. En 1956 estrena una de sus obras más icónicas, “Centauros del desierto”, con imágenes emblemáticas y poderosas, con la triste, rabiosa y cansada mirada de John Wayne enfrentada al racismo y al odio más recalcitrante.

Llegados los 60, con su genio al 100%, estrena obras tan notables como “El sargento negro”, “Dos cabalgan juntos” o “El gran combate”, además de participar en la conjunta “La conquista del oeste” junto a otros directores clásicos como Henry Hathaway o George Marshall. Pero es “El hombre que mató a Liberty Valance” la obra cumbre de un género que respira sus últimos suspiros. Repleta de matices, de detalles románticos y reflexiones políticas para componer un cuadro mayestático juntando a John Wayne, James Stewart, Lee Marvin, Woody Stroode, Strother Martin o Lee Van Cleef en su reparto.

 

 

Otro de los directores emblemáticos en el western es Howard Hawks. Cierto que no se explayó mucho en el género, pero sus aportaciones al mismo son sobresalientes. “Río de sangre” o su ocaso con “Río Lobo” son buenas, pero “Río Rojo”, “Río Bravo” o “El Dorado” son absolutamente imprescindibles para entender y concebir el western como un arte cinematográfico.

Llegados los 50 surge el nombre de Anthony Mann para rodar un conjunto de films indispensables. “La puerta del diablo”, “Cazador de forajidos” o “El hombre del oeste” son buena muestra de ello, pero es su unión con James Stewart la que nos muestra los mejores resultados con “Winchester ‘73”, “Horizontes lejanos”, “Colorado Jim”, “Tierras lejanas” y “El hombre de Laramie”. La versión amable que Jimi Stewart había mostrado hasta su alistamiento en el Ejército del Aire de los Estados Unidos que luchó en la IIGM, mudó en ira, rabia y dolor, dando una arista más a los personajes que interpretaba.

El otro director que encumbró el western en la década de los 50 es Delmer Daves, que nos entregó obras tan representativas como “Flecha rota”, “La ley del talión”, “El tren de las 3:10”, El cowboy” o “El árbol del ahorcado”, con Glenn Ford en casi todas ellas al frente. Henry Hathaway, Raoul Walsh o Budd Boetticher fueron algunos de los que aportaron su talento y visión única para afianzarlo.

Por último, hay que destacar la obra de John Stuges en esa época. Su aportación es importantísima, dejando films tan imperecederos como “Fort Bravo” (1953), “Conspiración de silencio” (1955), “El sexto fugitivo” (1956), “Duelo de titanes” (1957), “Desafío en la ciudad muerta” (1958) o dos de sus westerns más redondos “El último tren de Gun Hill” (1959) y “Los siete magníficos” (1960).

Los actores que interpretaban a los personajes de las naciones indias se impregnaban de pinturas de guerra, plumas de colores, montaban sus caballos a pelo y cazaban bisontes. Y por su parte los cowboys calzaban botas de montar con espuelas, sombreros Stetson de cowboy y pañuelo al cuello, ajustándose uno o dos revólveres a la cintura. Las disputas se solucionaban con las armas y los duelos eran la ley que imperaba en el salvaje oeste. La estética de los protagonistas pasó a ser icónica y, todavía hoy, sigue siendo característica principal de un modo de vida.

 

 

Gary Cooper, Jimi Stewart, Joel McCrea, Randolph Scott, Gregory Peck, Alan Ladd o Richard Widmark fueron protagonistas de un montón de obras maestras y clásicos imperecederos. Otros como Ward Bond, Lee Marvin, Lorne Green, Jack Palance, Victor McLaglen, Harry Carey jr., o el gran Walter Brennan dotaban a las películas de una profundidad y una entidad superior con sus potentes papeles secundarios.

Pero es John Wayne el primero que te viene a la cabeza y representa en sí mismo el género entero. Su contribución al cine del oeste es tan importante y profunda que a casi todo el mundo se le aparece su rostro cuando hablamos de ello. Su participación en los 30 en las producciones de serie B de Republic Picures, Lone Star o Monogram o su participación en la saga The Three Mesquiteers le dieron la experiencia y soltura que requería. Su amistad y camaradería con John Ford le otorgó sus mejores papeles. Ringo Kid en “La diligencia”, el Capitán Kirby York de “Fort Apache”, el Capitán Nathan C. Brittles de “La legión invencible”, Ethan Edwards en “Centauros del desierto” o Tom Doniphon en “El hombre que mató a Liberty Valance” son algunos de sus composiciones más destacadas junto al gran Jack. Podemos añadir roles tan significativos como el Thomas Dunson en “Río rojo” o John T. Chance en “Río Bravo”, ambos de la mano de H. Hawks, o el Davy Crockett que compuso para su debut tras las cámaras en “El Álamo”.

Con el paso de los años y las constantes mudas generacionales aparecieron nuevos rostros como los de Clint Eastwood, Steve McQueen o Kevin Costner para ocupar su legado, pero el western ya se ha convertido en algo minoritario, para amantes del pasado y cinéfilos románticos.

 

 

Las actrices, en su gran mayoría, apenas tenían protagonismo, pero muchas de las grandes participaron en mayor o menor medida. Maureen O’Hara, Rhonda Fleming, Vera Miles, Olivia de Havilland, Jennifer Jones, Jean Arthur,  y hasta Marlene Dietrich llenaron la pantalla con su talento y belleza. “Johnny Guitar” de Nicholas Ray y “Encubridora” de Fritz Lang son de las pocas obras en que un papel femenino es protagonista absoluto de la película, con Joan Crawford y Marlene Dietrich al frente de cada una de ellas. Aunque habría que destacar “Caravana de mujeres” de William A. Wellman, donde Robert Taylor guía a un montón de mujeres para cruzar más de 5.000 kilómetros desde Chicago hasta California, mostrando la dureza, valía e importancia del género femenino dentro del western. Y es obligado comentar el protagonismo que siempre dio la gran Barbara Stanwyck en sus roles femeninos dentro del western. Podemos destacar su trabajo en “Annie Oakley” (1935) de George Stevens, “Union Pacífico” (1939) de Cecil B. DeMille, “Las furias” (1950) de Anthony Mann, “Soplo salvaje” (1953) de Hugo Fregonese, “Hombres violentos” (1955) de Rudolph Maté o “40 pistolas” (1957) de Samuel Fuller.

 

En Hollywood, durante los años 60 y 70, devino la moda del llamado Western Crepuscular o Revisionista, donde nombres como Sam Peckinpah o Clint Eastwood brillan con especial lucidez. El primero dio un punto de visto especial, con la violencia en primer término y un juego de enfoques distinto al habitual, poniendo de moda la cámara lenta para determinadas escenas. Obras como “Duelo en la alta sierra”, “Mayor Dundee”, “Grupo salvaje”, “La balada de Cable Hogue”, “El rey del rodeo” o “Pat Garrett & Billy el niño” son una clara muestra de la obra de Peckinpah. “Infierno de cobardes”, “El fuera de la ley” o las posteriores “El jinete pálido” y “Sin perdón” son la inestimable aportación de Eastwood. Otras como “Las aventuras de Jeremiah Johnson” de Sydney Pollack, “Pequeño gran hombre” de Arthur Penn o “Un hombre llamado Caballo” de Elliot Silverstein plasman la distinta visión que estas obras nos dan sobre el clasicismo anterior. Inevitablemente, esos años, sucumbieron también a las modas del zoom, la partición de la pantalla, etc., dejando la marca de la época para el futuro pese a la tara que supone narrativamente visto hoy en día.

 

 

Los años 80, salvo algunas excepciones como “Forajidos de leyenda” de Walter Hill, “Silverado” de Lawrence Kasdan, “La puerta del cielo” de Michael Cimino o la ya mencionada “El jinete pálido” de Clint Eastwood que revisionaba el clásico de George Stevens “Raíces profundas”, fueron bastante deprimentes para el western. Hasta que en 1990 el absoluto triunfo de “Bailando con lobos” de Kevin Costner insufló un poco de oxígeno. A raíz de ese éxito nos llegan películas como “El último mohicano” de Michael Mann, “Tombstone, la leyenda de Wyatt Earp” de George Pann Cosmatos, “Deadman” de Jim Jarmusch, “Lone Star” de John Sayles o “Wyatt Earp” de  Lawrence Kasdan ponderando el valor clásico de los paisajes, tramas y personajes propios del género puesta al día.

La obra más completa, impactante y dura es, la ya comentada, “Sin perdón” de Clint Eastwood, donde el propio Eastwood da una lección de maestría tras la cámara. Acompañado por Morgan Freeman, Gene Hackman o Richard Harris frente a ella, nos regala la que, posiblemente, es la última obra maestra del cine del oeste. La impecable fotografía de Jack N. Green, el impoluto guión de David Webb Peoples o la música de Lennie Niehaus completan una película redonda, más allá del propio género.

El siglo XXI, aunque a cuentagotas, mantiene la llama y la ilusión por un cine tan autónomo y personal. Nuevas versiones de “El tren de las 3:10” o “El renacido”, y películas tan personales y poderosas como “Open range” de Kevin Costner o “Appaloosa” de Ed Harris o el dramático romanticismo de “Cold Mountain” de Anthony Minghella se unen a la personal revisión y exitosa visión que Quentin Tarantino aporta con “Django desencadenado” y “Los odiosos ocho”. La crítica y el público retomaron el gusto por el western y hasta los premios cayeron de su lado, con Oscar para Christoph Waltz por el primer homenaje que Tarantino le dedica, y para Ennio Morricone por el segundo. Hasta Leonardo Di Caprio consigue, por fin, su ansiado Oscar a Mejor Actor por su actuación en “El renacido” de Alejandro González Iñárritu.

 

LA MÚSICA:

 

Como ya hemos comentado, la música es parte indisoluble de las películas y, en el caso del western, un elemento más para mostrar toda la paleta de colores que las imágenes nos muestran. Nombres tan destacados con la batuta como Max Steiner (Centauros del desierto, Murieron con las botas puestas, Cimarrón, El árbol del ahorcado, El tesoro de Sierra Madre, El honor del capitán Lex, Una trompeta lejana), Elmer Bernstein (Los siete magníficos, Los cuatro hijos de Katie Elder, Los comancheros, La soga de la horca, Valor de ley, La batalla de las colinas de whisky, Cazador de forajidos, Hud el más salvaje entre mil), Ennio Morricone (Trilogía del dólar, Hasta que llegó su hora, Dos mulas y una mujer, Django desencadenado, Los odiosos ocho), Dimitri Tiomkin (Río Bravo, Solo ante el peligro, El álamo, Duelo de titanes, Río rojo, Duelo al sol, El último tren de Gun Hill, Los que no perdonan), Victor Young (Río Grande, Johnny Guitar, Raíces profundas), John Barry (Bailando con lobos), Frederick Loewe (La leyenda de la ciudad sin nombre), Burt Bacharach (2 hombres y un destino), Lennie Niehaus (Sin perdón, El jinete pálido), Jerome Moross (Horizontes de grandeza), Jerry Goldsmith (Río Lobo, Río Conchos, La balada de Cable Hogue), Maurice Jarre (Los profesionales, Sol rojo, El juez de la horca) o Alfred Newman (El pistolero, La conquista del oeste, Nevada Smith) que llegó a estar nominado al Oscar a mejor BSO hasta en 44 ocasiones (ganando 9), dotan a cada película de una personalidad superior.

 

 

Desde el Oscar ganado por la BSO de “La diligencia” son muchas las partituras que se han grabado a fuego en nuestra memoria. Destacan las inolvidables composiciones de Dimitri Tiomkin para “Solo ante el peligro”, Jerome Moross para “Horizontes de grandeza” o Elmer Bernstein para “Los siete magníficos”, pero su papel pasó a ser protagonista en muchas de ellas.

Mención aparte habría que dar a Ennio Morricone, un compositor que dotó al cine de sus mayores logros. Muy recordadas son sus bandas sonoras para películas como “La misión” o “Cinema Paradiso”, pero fue en el western donde marcó un hito dejando una huella imborrable. Sus trabajos para Sergio Leone en la celebrada Trilogía del dólar, así como en “Hasta que llegó su hora” y varios westerns más hasta que el homenaje de Tarantino “Los odiosos ocho” le permitió ganar el Oscar que ya merecía mucho tiempo atrás. Su contribución al cine es enorme, aunque siempre recordaremos sus obras dedicadas al género del oeste por encima de otras tan maravillosas como “Érase una vez en América”, “Los intocables de Eliot Ness” o “La cosa”.

Luego, hay músicos que, de manera excepcional, componen bandas sonoras. El caso más sonado es el de Bob Dylan, reciente Nobel de Literatura que nos regaló una partitura fantástica para “Pat Garret & Billy the Kid” de Sam Peckinpah. Otro de los casos destacados es el de Neil Young que, bajo el auspicio de Jim Jarmusch, compuso la banda sonora de su película “Dead Man”. Podemos sumarle casos como el de Nick Cave en “La propuesta” de John Hillcoat y “El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford” de Andrew Dominik, o Leonard Cohen para “Los vividores” de Robert Altman.

Podríamos dejar aparte algunas películas que son claramente musicales ambientados en el oeste. Las más reconocibles pueden ser “Las chicas de Harvey” y “Annie, la reina del circo”, ambas de George Sidney, “Siete novias para siete hermanos” de Stanley Donen, o “Oklahoma” de Fred Zinnemann, pero todas ellas recurren al western para la ambientación y localización del guión que, claramente, se centra en el aspecto musical.

Si seguimos ahondando en las partituras y nos centramos en las canciones hay que hacer memoria y darnos cuenta que temas míticos como “Do not forsake me, Oh my Darling” de Solo ante el peligro, “Raindrops keep fallin’ on my head” de Dos hombres y un destino, “The hanging tree” de El árbol del ahorcado, “The green leaves of summer” de El álamo o “True grift” de Valor de ley, se quedaron alojadas en nuestro cerebro por su indudable valía a  la hora de agrandar el rédito de películas que despliegan un valor total en cada uno de los aspectos que la componen.

 

EL SPAGUETTI WESTERN:

 

Los años 60 supusieron el último aliento del western. Las últimas y magistrales entregas de Ford, Hawks o Walsh se vieron acompañadas por el surgimiento de un movimiento proveniente de Italia que dio un nuevo aire al género. Hablamos del spaguetti western con Sergio Leone a la cabeza. Primero planos eternos, protagonistas sudorosos, rostros hieráticos, paisajes desérticos, el uso excesivo del zoom o la importancia suprema de la música encumbraron a directores como Sergio Corbucci, Sergio Sollima, Damiano Damiani, Enzo G. Castellari o Tonino Valerii. Aunque fue Sergio Leone el que alumbró las obras más conocidas y representativas como “Por un puñado de dólares”, “La muerte tenía un precio”, “El bueno, el feo y el malo”, “Hasta que llegó su hora” y “¡Agáchate, maldito!”, con actores norteamericanos como protagonistas, casos de Clint Eastwood, Lee Van Cleef, Eli Wallach, Charles Bronson, Henry Fonda, James Coburn o Rod Steiger. Por parte europea puede ser Franco Nero su representante más directo, con figuras reconocibles como Gian Maria Volonté, Giuliano Gemma o Klaus Kinski, aunque rostros conocidos del cine español como Jesus Puente, José Bódalo, Álvaro de Luna, Emma Cohen o Manuel Tejada también fueron parte de los repartos de sus películas más representativas.

 

La ausencia de moralidad y dureza de los protagonistas, la mentira y traición en sus tramas, la violencia expresa y la estética deliberadamente sucia le dieron un estilo propio. Rodadas en su mayoría en España lograron un trasfondo estético similar y las BSO, con Ennio Morricone como líder indiscutible, tomaron el poder como un elemento tan poderoso como los demás. El abuso de las producciones les hizo caer en su propia trampa y, salvo el aire cómico logrado por la saga protagonizada por Bud Spencer y Terence Hill, ya en los 70, cavaron su propia tumba.

 

“El halcón y la presa” o “Cara a cara” de Sergio Sollima, “Yo soy la revolución” de Damiano Damiani, “Django”, “Salario para matar”, “El gran silencio” y “Los compañeros” de Sergio Corbucci, o “El día de la ira” y “Mi nombre es ninguno” de Tonino Valerii son algunos de los spaguetti westerns más destacados, siempre al rebufo de la gran obra de Sergio Leone.

 

 

 

EL WESTERN EN ESPAÑA:

 

En nuestro país, el western, no es un género explotado, más allá de las producciones que se hacían en cadena en los míticos decorados de Almería. Rafael Romero Marchent puede ser uno de los directores que más films dedicó al género, con resultados bastante dispares. Pueden resaltarse cintas como “Dos cruces en Danger Pass”, “¿Quién grita venganza?”, “Garringo” o “Manos torpes”, aunque ninguna de ellas es muy notable. Quizás deberíamos llegar al siglo XXI para encontrar alguna película aceptable, como “800 balas” de Alex de la Iglesia, un claro homenaje a todas esas cintas rodadas en Almería, y sobre todo “Blackthorne, sin destino” de Mateo Gil que, en tono crepuscular, da otra visión al posible destino de Butch Cassidy en Sudamérica, con un reparto internacional encabezado por Sam Shepard y un talento visual poco habitual para el género en nuestro país.

 

LA COMEDIA Y EL WESTERN:

 

Uno de los aspectos que daba un aire fresco al western eran los semblantes cómicos que determinadas cintas introducían a sus rodajes. Ya hemos comentado la presencia de famosos cómicos que ambientaban su siguiente comedia en el oeste, casos de Laurel y Hardy, Bob Hope o los Hermanos Marx. Un género tan genuinamente americano servía perfectamente a las andanzas de los artistas más diversos dentro de la comedia. Películas como “Los hermanos Marx en el oeste” con Groucho, Harpo, Chico y compañía, “Rostro pálido” y “El hijo de rostro pálido” con Bob Hope o “Laurel y Hardy en el oeste” con el dúo formado por Oliver Hardy y Stan Laurel (conocidos como el Gordo y el Flaco en España) son significativos de la comedia entre cactus y arena. Pasaban los años y cambiaban los rostros cómicos, pero seguían recurriendo a ello para ambientar algunas de sus parodias. Cantinflas rodó “¡Por mis… pistolas!”, Mel Brooks casi lo borda en “Sillas de montar calientes”, la pareja formada por Terence Hill y Bud Spencer, a base de golpes, consiguieron un montón de risas con “Le llamaban Trinidad” y “Le seguían llamando Trinidad” de Enzo Barboni, incluso nuestro dúo más popular apeló a las botas y pistolas para grabar “Al este del oeste” de Mariano Ozores.

Quizás debamos recurrir a actores típicos del western que se adentraron en guiones repletos de comicidad para encontrar un par de títulos destacables, casos de “La ingenua explosiva” de Elliot Silverstein, con una pareja muy divertida formada por Lee Marvin y Jane Fonda, “El club social de Cheyene” de Gene Kelly, con clásicos del western como James Stewart o Henry Fonda rodeados de sentido del humor, hasta la intrusión de John Wayne en un proyecto repleto de ingenio irónico como “El gran McLintock” de Andrew V. McLaglen. “La batalla de las colinas del whisky” de John Sturges al son de Lee Remick y Burt Lancaster, “Camino de la venganza” de Sydney Pollack, de nuevo con Burt Lancaster, o mi favorita, que salió del maestro Joseph Leo Mankiewicz para juntar a Kirk Douglas y Henry Fonda en “El día de los tramposos”. Le añadimos un par de títulos entretenidos como “Látigo” de Burt Kennedy o “Maverick” de Richard Donner y podemos sacar un sub-género propio.

Si miramos más atrás y recurrimos a los más clásicos dentro del cine mudo surgen obras rompedoras, brillantes y deslumbrantes como “El maquinista de la general” de Buster Keaton o “La quimera del oro” de Charles Chaplin, donde la comedia alcanza su máximo nivel.

Pongamos punto y seguido porque este contexto daría para muchísimo más, pero dejo un puñado de películas que deberías ver o volver a ver para entender la grandeza del western.

 

25 IMPRESCINDIBLES:

 

1.- La diligencia, John Ford (1939)

2.- Pasión de los fuertes, John Ford (1946)

3.- El tesoro de Sierra Madre, John Huston (1948)

4.- Río Rojo, Howard Hawks (1948)

5.- Fort Apache, John Ford (1948)

6.- Winchester ’73, Anthony Mann (1950)

7.- Solo ante el peligro, Fred Zinnemann (1952)

8.- Colorado Jim, Anthony Mann (1953)

9.- Tierras lejanas, Anthony Mann (1954)

10.- Conspiración de silencio, John Sturges (1955)

11.- Centauros del desierto, John Ford (1956)

12.- Duelo de titanes, John Sturges (1957)

13.- El tren de las 3:10, Delmer Daves (1957)

14.- Río Bravo, Howard Hawks (1959)

15.- Los siete magníficos, John Sturges (1960)

16.- El hombre que mató a Liberty Valance, John Ford (1962)

17.- La muerte tenía un precio, Sergio Leone (1965)

18.- El Dorado, Howard Hawks (1966)

19.- El bueno, el feo y el malo, Sergio Leone (1966)

20.- Grupo salvaje, Sam Peckinpah (1969)

21.- La balada de Cable Hoghe, Sam Peckinpah (1970)

22.- Bailando con lobos, Kevin Costner (1990)

23.- Sin perdón, Clint Eastwood (1992)

24.- El renacido (The revenant), Alejandro González Iñárritu (2015)

25.- Comanchería, David Mackenzie (2016)

 

200 WESTERNS QUE NO DEBERÍAS PERDERTE:

 

1.- Annie Oakley, George Stevens (1935)

2.- La ciudad sin ley, Howard Hawks (1935)

3.- Buffalo Bill, Cecil B. DeMille (1936)

4.- Laurel y Hardy en el oeste, James W. Horne (1937)

5.- Arizona, George Marshall (1939)

6.- Tierra de audaces, Henry King (1939)

7.- El chico de Oklahoma, Lloyd Bacon (1939)

8.- Unión Pacífico, Cecil B. DeMille (1939)

9.- Dodge, ciudad sin ley, Michael Curtiz (1939)

10.- La venganza de Frank James, Fritz Lang (1940)

11.- Mando siniestro, Raoul Walsh (1940)

12.- Policía montada del Canadá, Cecil B. DeMille (1940)

13.- Camino de Santa Fe, Michael Curtiz (1940)

14.- Los hermanos Marx en el oeste, Edward Buzzell (1940)

15.- Paso al noroeste, King Vidor (1940)

16.- El forastero, William Wyler (1940)

17.- Oro, amor y sangre, Michael Curtiz (1940)

18.- El hombre de la frontera, Henry Hathaway (1940)

19.- Murieron con las botas puestas, Raoul Walsh (1941)

20.- Espíritu de conquista, Fritz Lang (1941)

21.- Una gran señora, William A. Wellman (1942)

22.- Los usurpadores, Ray Enright (1942)

23.- Incidente en Ox-Bow, William A. Wellman (1943)

24.- Él y su enemiga, Edwin L. Marin (1944)

25.- Las aventuras de Buffalo Bill, William A. Wellman (1944)

26.- Duelo al sol, King Vidor (1946)

27.- Tierra generosa, Jacques Tourneur (1946)

28.-  El ángel y el pistolero, James Edward Grant (1947)

29.- La mujer de fuego, André De Toth (1947)

30.- Perseguido, Raoul Walsh (1947)

31.- Cielo amarillo, William A. Wellman (1948)

32.- Cuatro caras del oeste, Alfred E. Green (1948)

33.- Tres padrinos, John Ford (1948)

34.- El hombre de Colorado, Henry Levin (1948)

35.- Juntos hasta la muerte, Raoul Walsh (1949)

36.- La legión invencible, John Ford (1949)

37.- Río Grande, John Ford (1950)

38.- El pistolero (Fiebre de sangre), Henry King (1950)

39.- Flecha rota, Delmer Daves (1950)

40.- La puerta del diablo, Anthony Mann (1950)

41.- Caravana de paz, John Ford (1950)

42- El correo del infierno, Henry Hathaway (1951)

43.- Marcado a fuego, Rudolph Maté (1950)

44.- Las furias, Anthony Mann (1950)

45.- Tambores lejanos, Raoul Walsh (1951)

46.- Caravana de mujeres, William A. Wellman (1951)

47.- Camino a la horca, Raoul Walsh (1951)

48.- Más allá del Missouri, William A. Wellman (1951)

49.- El honor del Capitán Lex, André De Toth (1952)

50.- Horizontes lejanos, Anthony Mann (1952)

51.- Río de sangre, Howard Hawks (1952)

52.- Encubridora, Fritz Lang (1952)

53.- ¡Viva Zapata!, Elia Kazan (1952)

54.- La ley de la fuerza, Felix E. Feist (1952)

55.- Los forasteros, Roy Huggins (1952)

56.- Hondo, John Farrow (1953)

57.- Fort Bravo, John Sturges (1953)

58.- Raíces profundas, George Stevens (1953)

59.- Johnny Guitar, Nicholas Ray (1954)

60.- Lanza rota, Edward Dmytryk (1954)

61.- Río sin retorno, Otto Preminger (1954)

62.- Veracruz, Robert Aldrich (1954)

63.- Filón de plata, Allan Dwan (1954)

64.- El jardín del diablo, Henry Hathaway (1954)

65.- Wichita, ciudad infernal, Jacques Tourneur (1955)

66.- Hombres violentos, Rudolph Maté (1955)

67.- Pacto de honor, André De Toth (1955)

68.- Los implacables, Raoul Walsh (1955)

69.- Con sus mismas armas, Richard Wilson (1955)

70.- El hombre de Laramie, Anthony Mann (1955)

71.- La pradera sin ley, King Vidor (1955)

72.- Tierra de violencia, Robert D. Webb (1956)

73.- Jubal, Delmer Daves (1956)

74.- La ley del talión, Delmer Daves (1956)

75.- El sexto fugitivo, John Sturges (1956)

76.- Rebeldes en la ciudad, Alfred L. Werker (1956)

77.- La gran prueba, William Wyler (1956)

78.- Los cautivos, Budd Boeticher (1957)

79.- El hombre del oeste, Anthony Mann (1957)

80.- El vengador sin piedad, Henry King (1958)

81.- Cita en Sundown, Budd Boeticher (1957)

82.- Yuma, Samuel Fuller (1957)

83.- Cazador de forajidos, Anthony Mann (1957)

84.- Furia en el valle, George Marshall (1958)

85.- Terror en una ciudad de Texas, Joseph H. Lewis (1958)

86.- Horizontes de grandeza, William Wyler (1958)

87.- Cuarenta pistolas, Samuel Fuller (1958)

88.- Desafío en la ciudad muerta, John Sturges (1958)

89.- Del infierno a Texas, Henry Hathaway (1958)

90.- El hombre de las pistolas de oro, Edward Dmytryk (1959)

91.- Misión de audaces, John Ford (1959)

92.- El día de los forajidos (El día del proscrito), André De Toth (1959)

93.-  El último tren de Gun Hill, John Sturges (1959)

94.- El árbol del ahorcado, Delmer Daves (1959)

95.- Llegaron a Cordura, Robert Rossen (1959)

96.- Nacida en el oeste, Budd Boetticher (1959)

97.- Cabalgar en solitario, Budd Boetticher (1959)

98.- Bala sin nombre, Jack Arnold (1959)

99.- El álamo, John Wayne (1960)

100.- Un pie en el infierno, James B. Clark (1960)

101.- El sargento negro, John Ford (1960)

102.- Cimarrón, Anthony Mann (1960)

103.- Los que no perdonan, John Huston (1960)

104.- Alaska, tierra de oro, Henry Hathaway (1960)

105.- Vidas rebeldes, John Huston (1961)

106.- El rostro impenetrable, Marlon Brando (1961)

107.- Dos cabalgan juntos, John Ford (1961)

108.- Los comancheros, Michael Curtiz (1961)

109.- La conquista del oeste, Henry Hathaway, George Marshall, John Ford (1962)

110.- Duelo en la alta sierra, Sam Peckinpah (1962)

111.- Los valientes andan solos, David Miller (1962)

112.- El gran McLintock, Andrew V. McLaglen (1963)

113.- Hud, el más salvaje entre mil, Martin Ritt (1963)

114.- Río Conchos, Gordon Douglas (1964)

115.- El gran combate, John Ford (1964)

116.- Por un puñado de dólares, Sergio Leone (1964)

117.- Una trompeta lejana, Raoul Walsh (1964)

118.- El valle de la violencia, Andrew V. McLaglen (1965)

119.- La batalla de las colinas del whisky, John Sturges (1965)

120.- Los cuatro hijos de Katie Elder, Henry Hathaway (1965)

121.- La ingenua explosiva, Elliot Silverstein (1965)

122.- Mayor Dundee, Sam Peckinpah (1965)

123.- Nevada Smith, Henry Hathaway (1966)

124.- Los profesionales, Richard Brooks (1966)

125.- Django, Sergio Corbucci (1966)

126.- El halcón y la presa Sergio Solima – (1966)

127.- Duelo a muerte en río Rojo, Richard Thorpe (1967)

128.- Cara a cara, Sergio Sollima (1967)

129.- Bandidos, Massimo Dallamano (1967)

130.- Noche de titanes, Arnold Laven (1967)

131.- De hombre a hombre, Giulio Petroni (1967)

132.- Un hombre, Martin Ritt (1967)

133.- El día de la ira, Tonino Valerii (1967)

134.- Hasta que llegó su hora, Sergio Leone (1968)

135.- Cometieron dos errores, Ted Post (1968)

136.- Salario para matar, Sergio Corbucci (1968)

137.- El más valiente entre mil, Tom Gries (1968)

138.- El camino de la venganza, Sydney Pollack (1968)

139.- La noche de los gigantes, Robert Mulligan (1968)

140.- La leyenda de la ciudad sin nombre, Joshua Logan (1969)

141.- Dos hombres y un destino, George Roy Hill (1969)

142.- Valor de ley, Henry Hathaway (1969)

143.- Chisum, Andrew V. McLaglen (1970)

144.- El día de los tramposos, Joseph Leo Mankiewicz (1970)

145.- Río Lobo, Howard Hawks (1970)

146.- Dos mulas y una mujer, Don Siegel (1970)

147.- Dos hombres contra el oeste, Blake Edwards (1971)

148.- Sol rojo, Terence Young (1971)

149.- Un hombre llamado caballo, Elliot Silverstein (1970)

150.- El club social de Cheyenne, Gene Kelly (1970)

151.- Pequeño gran hombre, Arthur Penn (1970)

152.- Le llamaban Trinidad, Enzo Barboni (1970)

153.- Soldado azul, Ralph Nelson (1970)

154.- Los vividores, Robert Altman (1971)

155.- Látigo, Burt Kennedy (1971)

156.- ¡Agáchate, maldito! de Sergio Leone (1971)

157.- El seductor, Don Siegel (1971)

158- Las aventuras de Jeremiah Johnson, Sydney Pollack (1972)

159.- El juez de la horca, John Huston (1972)

160.- Joe Kidd, John Sturges (1972)

161.- El rey del rodeo (Junior Bonner), Sam Peckinpah (1972)

162.- La venganza de Ulzana, Robert Aldrich (1972)

163.- El hombre de una tierra salvaje, Richard C. Sarafian (1972)

164.- Los cowboys, Mark Rydell (1972)

165.- Infierno de cobardes, Clint Eastwood (1973)

166.- Pat Garret y Billy the kid, Sam Peckinpah (1973)

167.- Quiero la cabeza de Alfredo García, Sam Peckinpah (1974)

168.- Sillas de montar calientes, Mel Brooks (1974)

169.- Muerde la bala, Richard Brooks, (1975)

170.- El último pistolero, Don Siegel (1976)

171.- El fuera de la ley, Clint Eastwood (1976)

172.- Forajidos de leyenda, Walter Hill (1980)

173.- La puerta del cielo, Michael Cimino (1980)

174.- Tom Horn, William Wiard (1980)

175.- El jinete pálido, Clint Eastwood (1985)

176.- Silverado, Lawrence Kasdan (1985)

177.- Arma joven, Christopher Cain (1988)

178.- Tombstone, George P. Cosmatos (1993)

179.- Geronimo, una leyenda, Walter Hill (1993)

180.- Maverick, Richard Donner (1994)

181.- Wyatt Earp, Lawrence Kasdan (1994)

182.- Los últimos guerreros, Tab Murphy (1995)

183.- Dead man, Jim Jarmusch (1995)

184.- Lone Star, John Sayles (1996)

185.-  Cabalga con el diablo, Ang Lee (1999)

186.-  Open range, Kevin Costner (2003)

187.- Cold Mountain, Anthony Minghella (2003)

188.- Los tres entierros de Melquíades Estrada, Tommy Lee Jones (2005)

189.- La propuesta, John Hillcoat (2005)

190.- El asesinato de Jesse James por el cobarde de Robert Ford, Andrew Dominik (2007)

191.- El tren de las 3:10, James Mangold (2007)

192.- Appaloosa, Ed Harris (2008)

193.- Valor de ley, Joel & Ethan Coen (2010)

194.- Rango, Gore Verbinski (2011)

195.- Blackthorne, sin destino, Mateo Gil (2011)

196.- Django desencadenado, Quentin Tarantino (2012)

197.- El valle oscuro, Andreas Prochaska (2014)

198.- Frontera, Michael Berry (2014)

199.- Deuda de honor, Tommy Lee Jones (2014)

200.- Los odiosos ocho, Quentin Tarantino (2015)

 

BONUS TRACK: LA TELEVISIÓN Y EL WESTERN

 

La televisión llegó a los hogares norteamericanos en la década de los 40, aunque no fue hasta después de la IIGM cuando empezó a adquirir la importancia que inundó las casas de todas las familias del país. A mediados de los 50 ya poseían televisor más del 50% de las familias norteamericanas, así que la mayoría de cadenas se apuntaban para ofrecer a sus clientes las mejores ofertas y, como no podía ser de otra manera, el western era algo típico que aseguraba el éxito.

Desde famosas series iniciáticas como “El llanero solitario” o “La ley del revólver” hasta auténticos iconos a nivel mundial como “Bonanza”, “El virginiano” o “La casa de la pradera”, el western entró de pleno en todos los domicilios, sentando frente al televisor a toda la familia.

Los temas tratados eran muy variados, desde héroes a sagas familiares, desde la historia nacional hasta seriales inacabables que enganchaban a todos. Algunos de ellos lanzaron la carrera de actores como Clint Eastwood o Steve McQueen, y otros daban cobijo a grandes iconos del pasado que encontraron en la televisión un mejor acomodo como Barbara Stanwyck.

Todas las cadenas grandes, CBS, NBC o ABC lanzaron multitud de proyectos basados en el western que, con mayor o menor éxito, llenaban las parrillas televisivas. Con la llegada del nuevo siglo son las plataformas digitales, casos de AMC, HBO o Netflix los que más se centran en producir material exclusivo para la televisión, ya sea en formato serial o miniserie, alcanzando un nivel de calidad sobresaliente. Desde la magistral “Deadwood” hasta la reciente “Godless” se han desarrollado un puñado de proyectos que han vuelto a colocar al western al frente de todos los televisores de Estados Unidos.

Os dejamos con un listado de 25 que podrían copar cualquier pódium histórico del género televisivo:

 

1.- El llanero solitario (1949-1957) – ABC

2.- The cisco kid (1950-1956) – BBC

3.- La ley del revólver (1955-1975) – CBS

4.- Cheyenne (1955-1963) – ABC

5.- Revólver a la orden (1957-1963) – CBS

6.- Maverick (1957-1962) – ABC

7.- El hombre del rifle (1958-1963) – ABC

8.- Randall, el justiciero (1958-1961) – CBS

9.- Bonanza (1959-1973) – NBC

10.- Látigo (1959-1965) – CBS

11.- El virginiano (1962-1971) – NBC

12.- Jim West (1965-1969) – CBS

13.- Valle de pasiones (1965-1969) – ABC

14.- El gran chaparral (1967-1971) – NBC

15.- Kung fu (1972-1975) – ABC

16.- La casa de la pradera (1974-1983) – NBC

17.- Jóvenes jinetes (1989-1992) – ABC

18.- Lonesome dove (1989) – CBS

19.- La Dra. Queen (1993-1998) – CBS

20.- Deadwood (2004-2006) – HBO

21.- Infierno sobre ruedas (2011-2016) – AMC

22.- Hatfields & McCoys (2012) – Canal Historia

23.- Los protectores (2012-2017) – AMC

24.- The son (2017) – AMC

25- Godless (2017) – NETFLIX

 

 

 

EL WESTERN – El VERDADERO CINE NORTEAMERICANO

by: Eduardo Garrido

by: Eduardo Garrido

Roquero, cinéfilo, lector empedernido que estudió Derecho para trabajar en una biblioteca y disponer de pelis, discos y libros a mano

5 Comentarios

  1. Mayte García

    Impresionante la cantidad de información y el manejo de ella. Muchas películas visionadas y analizadas. Dan ganas de volver a ver alguna de ellas y de retomar las películas ambientadas en el lejano oeste. Un 10.

    Responder
  2. Thanos

    Se ha omitido el director de Blackthorn, sin destino. El único que es español, Mateo Gil y que figura en la lista muy merecidamente.

    Responder
  3. María Muñoz Delhom

    Impresionante. Leyendo estos artículos me doy cuenta de cuánto me queda por ver y aprender. ¡Pero algunas sí he visto! Las listas me maravillan: se nota el trabajo, la dedicación y la pasión del autor del artículo. ¡Enhorabuena!

    Responder
  4. Pablo

    Gran trabajo del autor, imprescindible artículo para todos los aficionados al western.

    Responder
  5. Gabriel

    Magnífico artículo. Me ha servido para darme cuenta, agradablemente, de la inmensa cantidad de películas de western que he visto en esta vida, lo que me hace ver lo mayor que soy. Un relato estupendo que indica un conocimiento muy profundo del autor. Se agradecen mucho estos artículos.

    Responder

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