Pues sí, así es, una de las series más encumbradas por la crítica y que se encuentra en boca de todo el mundo, a un servidor no le acaba de convencer. Y es que la segunda temporada de Westworld me parece pretenciosa a más no poder, sobrada de ego e intencionamente ininteligible en muchos momentos. Si bien en estos diez nuevos capítulos no he sufrido la modorra, los bostezos y las numerosaas cabezadas de la primera parte, es cierto que en muchos momentos he acabado exasperado y molesto ante una trama hinchada de existenciales diálogos imposibles y violencia gratuita a go go segundos después. Estos yankies están locos, como diría Asterix...
Y no todo me toca las pelotas, he de reconocer que la brutal evolución de Dolores (Evan Rachel Wood) es tan necesaria como el comer, que el personaje de Maeve (Thandie Newton) también se encuentra a un buen nivel, aunque se diluye hacia la mitad de la temporada con tanto instinto maternal (…), que la fotografía y la puesta en escena es exhuberante y sublime como de costumbre y que la historia avanza hacia un climax que no sorprende por esperado pero que es razonablemente adecuado.
Pero claro, todo esto queda velado por lo adelantado en el párrafo introductorio, esa pretenciosidad y ampulosidad innecesaria en un guión repleto de paradojas no-resueltas (o es que yo no las pillo…), esos diálogos interminables, aburridos hasta decir basta, sobre todo con un Bernard (Jeffrey Wright) que acaba sacándome de mis casillas por su languidez y su incapacidad resolutiva, ¡si hasta dan ganas de darle un ‘pescozón’ a ver si espabila!, y todo esto combinado con escenas de acción gratuitas y esa jodida manía yankie de estirar y estirar capítulos hasta exprimir al máximo la gallina de los huevos de oro me ENERVA, ¡coño!, ¡hasta me cabrea!
Va a haber una tercera temporada, ¡Jesús!, veremos si no se han hartado ya de tanto frase de relleno. Eso sí, la apertura de otros ‘Parques’ puede que arregle un poco la bola indigesta que se me produce casi siempre…
0 comentarios