Siempre por costumbre hemos acusado a los franceses de chovinismo. No me pregunte porque. En este país somos más aficionados a encasillar en tópicos que en conocer a las personas. Y así nos va. En la música pasa un poco igual. Preferimos fijarnos en el de lejos que en el de al lado porque quizás esa confianza o vecindad quita importancia o relevancia a un trabajo hecho con esfuerzo y en algunos casos con grandes visos de calidad. Eso es algo que se da en la música mucho, tanto desde el lado del público como de las bandas o los propios medios en la interacción de unos con otros. La memoria demasiadas veces es frágil pero otras es la iniciativa la que se dirige por varaderos diferentes y diferenciales. Y aquí el que más y el que menos que entone el mea culpa oye, aunque a veces es preferible ser reo por ignorancia que no por omisión o desgana. Así que yo de una parte a este tiempo también he decidido apuntarme el defecto adquirido del chovinismo y debo decir en mi recargo que la cantidad de bandas que están saliendo del Sur del Sur con un potencial admirable me dan la razón y me rebajan la carga de de pecado. Uno de esos casos sin lugar a duda o equivocación es el de The Electric Alley.
Los gaditanos van de victoria en victoria hasta el triunfo total tanto en estudio como en directo. Hace poco tuve la fortuna de volver a verles en vivo y el momento de forma que viven es simplemente indescriptible. Llega la hora de comprobar si siguen escalando igual de rápido en ese otro habitat natural de una banda de rock que es el estudio de grabación. La primera patada en la puerta de este «Turning Wheels», digno heredero del grandioso «Get electrified!» viene de la mano de «Celebration». Sonido sleaze con un Jaime Moreno que está imbatible en las voces y ese descaro y frescura tan propio del mejor hard rock. «Keep the beat on the highway» vuela alto. Momento más calmado para lucimiento vocal y unas guitarras de vértigo junto a un estribillo que tira de espaldas. «I’ve been taught» muestra sus influencias más clásicas. Una gran melodía vocal, ritmo marcado y un giro brutal a mitad del tema que muestra a las claras que estos tipos están ya por derecho propio en una autopista sin retorno hacia ese largo viaje que es el rock and roll.
«Super blood blue moon» refresca la más pura esencia de la banda con ese aire southern que saben prenderle de manera tan magistral. Hard rock con «Wildfire»quen suena espectacular, coros dando más color aún a la canción y la guitarra de Nando Perfumo que merece ser distinguido porque realiza durante todo el disco un trabajo simplemente genial. Ojo con «Rusty». ¡Que balada amigos!. Desde la voz de Moreno, con todo el feeling que es capaz de abrazar las melodías, esa musicalidad perfecta. ¡Y vaya solo de guitarra!. ¿Quereis rock and roll de verdad?. «You give me something» es la respuesta a vuestras plegarias. Vicioso y pegadizo. «Thunderbird o vulture» nos lleva de nuevo a los aires sureños, mostrando lo bien que se mueven en varios registros estos tipos. «In the name» resuena por los pasillos del hard rock de los 80, riff furioso, melodía entrelazada, clase magistral. Maravillosa «Find the key» que nos lleva hasta la otra balada del disco «Goodbye», emotividad a flor de piel que pone punto y final a este enorme «Turning Wheels». Sin lugar a dudas The Electric Alley han facturado uno de los discos del año y además en directo están en un momento de forma envidiable. ¿Qué más hay que pedir para que entren por derecho propio en este estado reservado para las bandas grandes?. Motivos no les faltan.
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