Mercury rev nunca ha sido una banda fácil de etiquetar. Además, su trayectoria está llena de mutaciones no siempre deseadas. Tal es así que la inestabilidad parece ser un miembro más de la banda. Y es precisamente entonces cuando algunos grupos dan lo mejor de sí. Su odisea mutante por el rock de los años 90 encontró finalmente la paz y el sosiego en esta maravilla que es Deserter’s songs, publicado en el ya lejano 1998.
Tras el fracaso comercial de su anterior LP, See you in the other side, el grupo neoyorkino decidió grabar un nuevo trabajo sin ninguna presión comercial y con la idea de separarse tras su grabación. Pintaban bastos y no había futuro para el grupo: el éxito les rehuía, su compañía de discos les había invitado a irse y se habían quedado sin manager. Además, y por si fuera poco, su líder Jonathan Donahue se había sumido por todo lo anterior en una depresión agudizada por el consumo de drogas. Donahue necesitaba un refugio en el que evadirse de la realidad y así volvió a escuchar discos de su infancia, sobre todo narraciones de cuentos infantiles. Algo que se sería definitivo en la futura evolución del sonido del grupo. Así pues, Deserter’s songs fue concebido como su despedida discográfica.
En Deserter’s songs los arreglos se hicieron etéreos y el grupo ganó en matices, multiplicando sus texturas. La guitarras distorsionadas ceden terreno a instrumentos orquestales como violines, flautas y trompetas. Así mismo, surgen la delicadeza y la fragilidad en la aguda voz de un Jonathan Donahue en estado de gracia. Solamente puedo adjetivar de perversas nanas infantiles a maravillas como la navideña «Endlessly» o “Tonite It Shows». La belleza hecha sonido. Pero la cosa no se queda en un par de temas gloriosos, todo el conjunto es soberbio. “Holes”, «Hudson Line» y “Opus 40″ son joyas pop incuestionables, tan adictivas y majestuosas como alejadas de todo lo que hayas escuchado en tu vida. Solamente puedo poner un pero a este disco, esos extraños interludios entre canciones que rompen un poco el ritmo. Nada serio realmente que amenace con estropear el conjunto. Sobre todo si en el otro lado de la balanza tienes gemas como “The funny bird”, «Goddess on a Hiway» y la enloquecida «Delta Sun Bottleneck Stomp» con la que se cierra este fascinante LP.
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Solo me queda recordaros que Mercury Rev estarán en breve sobre los escenarios celebrando el 20 aniversario de esta singular joya.
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