Los increíbles (2004) se podría considerar como el paradigma del cine de Pixar: un film de animación familiar que combinaba ejemplarmente diversión y calidad. Las aventuras de esta familia de super héroes obligada a vivir camuflada entre la población civil me resultó de lo más estimulante en su día. Sin llegar a las cuotas de excelencia de Toy Story o Buscando a Nemo, Los increíbles se fue conviertiendo con el tiempo en uno de mis films favoritos de la factoría Pixar. Quizás influyera el hecho de haberla visto decenas de veces por petición de mis hijos y que nunca me llegara a cansar. No es que la trama fuera nada del otro mundo, pero sí era un film muy ameno cuyo efecto no se ha evaporado con el tiempo. Era lo suficientemente hábil como para atrapar a los niños y que los padres no nos sintiéramos insultados en nuestra inteligencia, todo lo contrario. La música de Michael Giacchino (abiertamente inspirada en los films de espías tipo 007), su imagen retro futurista y los guiños para adultos sumados a una asombrosa animación convirtieron a Los increíbles en un film muy disfrutable por toda la familia. Han pasado 14 años y en este tiempo tanto Marvel como DC han levantado sendos imperios cinematográficos a base de superhéroes. En ese sentido podríamos considerar a Los increíbles como la precursora del moderno cine de superhéroes.
Ahora nos ha llegado su secuela, se ha hecho esperar demasiado pero no olvidemos que inicialmente Pixar tenía la política de no hacer secuelas, siendo Toy Story la excepción que confirmaba la norma. Sin embargo, con la compra de Disney se hizo evidente un cambio en la política de estrenos. Las películas más rentables de Pixar tuvieron su pronta secuela aunque no estuvieran a la altura (Monstruos University, Buscando a Dory, Cars 2 y 3). Sin ser malas películas, Pixar estaba perdiendo parte de su esencia explotando personajes y situaciones que quizás no dieran para una saga. Incluso han anunciado una cuarta entrega de Toy Story para 2019, lo cual me parece algo totalmente innecesario y casi un sacrilegio. Habrá que ver los resultados pero, a priori, la cosa pinta mal.
En esta política de rentabilizar éxitos pretéritos le ha tocado el turno finalmente a Los increíbles 2. Sinceramente, opino que es una de las películas que más juego pueden dar a la hora de convertirse en franquicia. Esta segunda entrega conecta directamente con el final de la primera, continuando la acción justo donde lo dejó la original. Vemos finalmente en acción a ese Socavador que servía de cierre al film original. A partir de ahí, Los increíbles 2 sigue el esquema del film original y demuestra que esta super heroica familia nos puede dar todavía bastantes alegrías. Sin apartarse un ápice de lo ya visto en la primera entrega ni aportar grandes novedades, el film se ve con agrado y se pasa en un suspiro. No innova pero sí sabe sacarle partido a las distintas personalidades de los miembros de la familiar Parr. La relación de pareja entre Mr Increíble y Elastic girl sigue siendo el eje central del film. Cuando Elastic girl tiene que salir a trabajar y su marido debe hacerse cargo de la casa asistimos a las escenas más divertidas del film. Jack Jack gana bastante protagonismo, algo que los más pequeños agradecen. También se profundiza en los problemas de adolescente de Violet mientras que su hermano Dash se queda en un segundo plano. Por supuesto, Edna Moda tiene su momento de gloria. Hay algún personaje nuevo, que no aporta demasiado, y un villano misterioso bastante conseguido.
Esta Segunda parte vuelve a estar dirigida por Brad Brid (Ratatouille, Misión imposible 4) de forma más que satisfactoria. Las escenas tienen ritmo y el tono del film es muy adecuado para todas las edades. Disney/Pixar no ha arriesgado, ha ido a lo seguro y esta vez la cosa ha funcionado. Lo dicho, si te gustó la primera te gustará la segunda.
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