Pasan 13 años de la primera vez que vi al combo de Zakk, en su penoso concierto en la madrileña sala Macumba, quizás por desinterés, agotamiento o exceso de alcohol, aquello fue un despropósito, y cosas de la vida, sirve de baremo para medir todos los que después he podido presenciar.
El esta ocasión, demostró claramente que no seguir por la senda de los excesos le hace más que bien. Presentando su nuevo disco, “Grimmest Hits”, tiró de oficio y salió en tromba, con temas potentes, sonido saturado, con pegada heavy, casi sin respiro y comunicándose poco con el público, en un intento de arrollar al personal, y bien que lo hizo. Puede que en esta primera fase la mayor pega fuese que la voz quizás no estaba al volumen del conjunto, pero me temo que Mr Wylde ya no tiene su garganta como antes y esto ayuda a minimizar daños en el resultado. Pero nada grave, el resto, humo, un activísimo juego de luces y sus solos de rigor.
Por desgracia, sin ánimo de ser hiriente, Black Label Society no goza de una variedad notoria, y la propuesta en sus directos, se asemeja a la de los discos, sonido muy lineal, sin mucha variación, a excepción de un momento de relax hacia mitad de la actuación, donde tocó “Bridge To Cross”, “In This River”, en las que desplegaron una imágenes de Dimebag Darrel en homenaje al malogrado guitarrista, y “The Blessed Hellride”. De aquí al final, se vuelve al camino de principio de concierto, lanzando temas con su característico potente y denso sonido, que como “salida de la línea” destaco que durante el solo de “Fire It Up” cruzó entre el público la sala, que no es pequeña, permaneciendo unos instantes en el fondo de la misma, y sin inalámbrico, ¡El cable cruzando sobre el respetable!
Que nadie malinterprete mis palabras, el concierto impecable. Fuerza, sonido, actitud, tan solo que quizás algo “espeso” en sus cerca de dos horas de duración. Pero se agradece ver que ha dejado atrás las actuaciones cuestionables y presenta un show de nivel.
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