A veces, cuando desde ese patio de vecinos que son las redes sociales -no os confundáis, que la validez de lo que se dice en Twitter o Facebook, tiene la misma que cuando lo decías detrás de un café en la barra del bar, aunque ahora el altavoz sea más grande, que la difusión no convierte las cosas en realidad o dogma- o los jodidos grupos de Whatssap, ves que la gente habla una y otra vez de cierta banda, realzando sus virtudes, jurando sentirse emocionados y no se que historias más, que se nos escapan de la boca o los dedos cuando andamos metidos en harina, me termina picando la curiosidad por ver si es cierto o no. Yo, desconfiado por naturaleza, primo lejano de aquel que metió el dedo en la llaga, andaba con la mosca tras la oreja después del desecho de halagos y flores que están recibiendo desde distintos frentes los norteamericanos Greta Van Fleet.
Porque además ese momento parece haber pasado, ese fondo aséptico que tienen este tipo de bandas que han decidido heredar la sonoridad de los gigantes del rock pero no su peligrosidad asociada, ese peligro inherente que no flota en el ambiente. Me convierto en una especie de Jekyll y Hyde, disfruto de estas canciones pero no me llegan al alma, porque la sensación constante de esto ya lo he escuchado y de mejores maneras se repite una y otra vez en mi cabeza. Y estoy hablando de esta banda, pero podía recitar un buen puñado de memoria. Echo en falta esa personalidad propia del músico que vaya más allá de recitar lo aprendido, aunque lo haga con maestría. No me quiero cebar más de la cuenta con este «From the fires», a fin de cuenta, vuelvo a repetir y no pretendo justificar, el disco es bueno, las canciones también y los músicos de primera, pero termino el disco con una sensación agridulce. Una banda muy buena, un buen puñado de canciones, un gusto para los oídos, pero…
Lo que decís es verdad. Una de las causas de porque el rock fue muriendo es debido a que siempre era mas de lo mismo, hasta el punto en que termino aburriendo a casi todos.
Pero hay un limite. Y si te pones a pensar, tiene que haberlo.
Greta debe ser la única banda en los últimos 15 años que trae el sonido del rock clásico de los 70, y esta triunfando. En otras palabras, tenes al Rock de los 70 triunfando en un mundo liderado al casi 100% de Pop y Trap.
Yo pienso que hay que disfrutarlo y apoyarlos. Entre que el rock desapareció del mapa últimamente, si nos ponemos a condenar a cada banda que aparece para darle un poco de vida, no vamos a ver nunca un movimiento grande del Rock como en las décadas pasadas.
No me emocionan; creo que es una banda para coachelas y poco más.
Sugiero prestar atención a Youngblood Supercult y Road to Jerusalem.
«la sensación constante de esto ya lo he escuchado y de mejores maneras se repite una y otra vez en mi cabeza.»
Gracias por tu reseña, me hace sentir menos solo. Viendo la aclamacion general que suscitan estos tipos, por un momento crei haber despertado en «la invasión de los ultracuerpos».
Una bandita de instituto, a la que aplaudirias con condescendencia si tocasen en la fiesta de fin de curso, al menos si son tus sobrinos: «bah, los chicos se lo han currado, hay que reconocer que le han puesto horas a los riffs de J. Page… y el vocalista, aunque aun está muy verde, recuerda al primer Plant»: esto es lo mejor que puedo opinar de ellos. Cero carisma. Vocalista gritón (parece Justin Beaver- version RetroRock). Hasta el nombre de la banda augura una pretenciosidad, previsibilidad y falta de chispa…que llenará estadios.
Ahora que recuerdo, en la versíón años 70 de la Invasion de los Ultracuerpos (con D. Sutherland), las plantas usurpadoras adoraban la música…
¡¡socorro!!