Hace ya seis meses largos que se fue para siempre una persona clave en mi vida para poder entender mi paso por la música. Un padre musical, que hizo que apreciara cada nota sin tener que hacer distinciones entre los diferentes estilos musicales. Y si bien esta persona ha sido catalogada en el cliché de los músicos de Southern, es el propio Gregg Allman quien siempre dijo que nunca le gustó esa etiqueta. Eso sí, le servía para que pudieran poner sus discos en un sitio fijo dentro de las estanterías de las tiendas.
Me he quedado sin palabras, pues hoy, no concibo la idea de no volver a poder disfrutar nuevos temas suyos o la posibilidad de que volviera a Europa. Todavía hay una parte de mi mente que no asimila el hecho de que se haya ido para siempre. El caballero de la media noche nos dejó huérfanos. El padre Tiempo, siempre fiel a sí mismo, hizo valer el dicho de: «A cada uno el tiempo lo pondrá en su lugar». Todo esto sin miramientos ni algo que se entienda como personal, pues a todos nosotros nos llegará esa hora algún día.
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Gregg Allman quisó llegar más allá del Blues, de la música americana; y aunque los años ochenta para muchos fueron un retroceso, él supo salir airoso tanto en su carrera en solitario, como dentro de la banda madre, a la que llegaría en último momento y en la que guarda los mejores años musicales junto a su hermano, el cual se despidió prematuramente hace más de 40 años.
Ya a principios de año, nos despedimos de Butch Trucks. Su enfermedad le hizo mella hasta el punto de no poder concebir el hecho de seguir, sin tocar su batería, dejando así a The Allman brothers band – en el recuerdo de los amantes de la música americana – como un legado imperecedero que el tiempo nunca borrará, una leyenda que supo definir su música a finales de los años sesenta y que, con idas y venidas, perduró hasta el 2014. Año en el que ni tan siquiera ellos pudieron llegar a pensar que era un adiós para siempre, cuando la idea de volver a llegar a reunirse en un concierto más, era más que factible.
En el entierro de su hermano Duane, Gregg cantó esta canción a capela…
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Tal día como hoy Gregg Allman hubiera cumplido 70 años. Su música, es el legado que siempre quedará entre nosotros, el cual espero no se borre en futuras generaciones. Quedarán Duane y Gregg Allman como dos confesos admiradores de los Beatles que quisieron ser como B.B. King, y que llegaron a ser la mejor versión de Taj Mahal.
Con la repentina muerte de Duane, la familia Allman tuvo que sortear varias idas y venidas, ir contra modas efímeras, y así, establecerse como una de las grandes bandas del Blues que asomaban en esos pocos días primaverales del Teatro Beacon (New York). En pocos años, hemos visto cómo varios antiguos componentes de la familia de los hermanos nos dejaban. De la misma manera, este mismo año ha sido el adiós tan repentino de Butch, pilar básico de la banda, por lo que ya no tendría sentido una nueva reunificación. Aunque, como se suele decir, nunca se sabe…
Que la tierra le sea leve, querido Gregg Allman.
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