Os puedo asegurar que no ha sido nada buscado y, ni mucho menos, premeditado este ‘cambio de roles’, pero es que las Criaturas que os vengo a traer hoy podrían ser perfectamente habitantes del Tocadiscos Dual de mi camarada por muchas razones, os hablo de las noruegas Katzenjammer de las que ando enamoradísimo desde hace dos años y que, extrañamente, mi compañero y amigo Bernardo no había planteado todavía en su blog (o eso creo) al igual que a mí podría pasarme con Year Of The Cobra. Así que, bienvenidos a la propuesta por mi parte más diferencial y alejada del concepto ‘Criaturas Salvajes’ en tanto en cuanto a agresividad y sonido crudo y extremo se refiere porque esto va de otro palo, bueno no!, va de muchas palos, estilos, géneros y musicalidades tan dispares como irresistiblemente divertidas. ¡¡¡Pasen y escuchen a los ‘lamentos de gato’!!!…
No ocurrió en ‘un bar de Amsterdam’ pero las ‘gatas’ se reunieron allí…
Y ¿a qué viene hablar tanto de semejante felino gatuno?, bueno, en realidad el motivo principal por el que las noruegas de Oslo, Marit Berghein, Solveid Heylo, Marianne Sveen y Turid Jorgensen se pusieron el nombre tan curioso de Katzenjammer viene de las tiras cómicas americanas, ‘Katzenjammer Kids’ pues, según nuestras protagonistas de hoy algunos de los personajes se parecían mucho a los caracteres que ellas adoptan en el escenario. En términos musicales, ‘Katzen Music’ se utiliza en Alemania y los países escandinavos como ‘lamento de gatos/música hecha por gatos’ para definir la música creada con baja calidad e instrumentación precaria. Curioso contraste con la música propuesta en este post, ¿verdad?.
Hechas las aclaraciones pertinentes, nuestras Criaturas se conocieron en 2005 en una escuela privada que no les aportaba demasiado más allá de academicismos y limitándolas demasiado a nivel creativo. Fue entonces en una clase cuando vieron tocar el piano a Marit Bergheim que surgió la magia y las musas inundaron las mentes de las chicas con pajarillos, duendes y gatos traviesos creando una comunidad musical todavía sin intenciones de formar una carrera. Tres años después y con varios premios ya bajo el brazo sacan su espectacular debut, Le Pop (2008) conteniendo ya sus primeros clásicos, caso del mencionado «A Bar In Amsterdam», «Mother Superior» o «Ain’t No Thang». La música ofrecida por las ‘gatas’ se antojaba llena de sorpresas, con una cocktelera musical muy rica y variada, sin complejos estilísticos mezclando sin rubor (y sí con un desparpajo desbordante) estilos como el folk y el pop, el cabaret con la música balkánica, el country con sonidos circenses….
Un debutazo en toda regla que se confirma tres años después con su disco más complejo conceptualmente hablando, A Kiss Before You Go (2011) basado en la ficción francesa, La ciudad de los niños perdidos, de Jean-Pierre Jeunet. A Kiss… es su álbum más elaborado y dramático, una Musical en toda regla, muy cinematográfico en definitiva, pero que sigue ampliando, todavía más si cabe, la paleta de sonidos con momentos también para el blues, el doo woop, incluso meten electricidad rock con algunas guitarras y bajos potentes como en «Land Of Confusion» o «Loathsome M» con ciertos fraseos y energía punkoide. De este disco la lista de clásicos ya es acojonante con el exitoso en listas alemanas, noruegas y holandesas, «I Will Dance (When I Walk Away)», el divertido dixie pop de «Cherry Pie», las épicas y cabareteras «Lady Marlene» y «Soviet Trumpeteer» o la fuerza tirolesa de su apabullante «Gipsy Flee».
Cuatro años después lanzan Rockland (2015), un disco que conceptualmente es mucho más ligero con una colección de canciones con el sonido más americano que hayan tenido nunca (su título creo que lo dice todo) acercándose al bluegrass, el delta blues y el honky tonk sin dejar su amalgama de sonidos habitual pero, ¡ojo! las melodías se vuelven más accesibles y las armonías vocales más pegadizas encontrándonos claramente ante el disco Pop de las Katzenjammer con ciertas pinceladas ‘grungy’ en alguna que otra melodía. El disco comienza muy enraizado en pleno delta del Mississippi con «Old The Spain» y «Curvaceous Needs» en donde no pararás de taconear con tus botas, viene el pop 90’s de corte folk con «Oh My God» para explotar el filón ‘naive pop’ de composiciones tan sencillas como efectivas caso de «Lady Grey»/»My Dear» y grunge pop con «Shine Like Neon Rays». Tenemos también gospel soul en la sensual «Driving After You», delta blues & western en la maliciosa «Bad Girl» y «Ouch» y…..bufff podría seguir y seguir confesándoos mi pasión por estas cuatro imponentes compositoras, instrumentistas que lo mismo te tocan una trompeta, que una batería, que un banjo y un contrabajo sin despeinarse…por no hablar de la energía que desprenden sus enérgicos directos que en realidad han sido los que me han llevado a incluirlas en ‘CxS’ por la entrega y la explosividad sonora de su propuesta sobre un escenario.
La actualidad de la banda pasa por el desafortunado abandono en 2016 de la carismática Marianne Sveen que tiene a la banda de momento en hibernación (que no en parón indefinido), lo positivo de todo esto es que Sol Heylo acaba de sacar a finales de octubre disco en solitario, Skinhorse Playground (2017) decantándose por un pop más moderno y adulto alejado de las raices e instrumentación ‘tradicional’ con la artista cantando en un registro más grave. Termino ya, aquí tenéis una ‘BOLA EXTRA’ tan excesiva como divertida, tan espontánea como energética y fresca. Que disfruten de los arañazos y los lamentos de nuestras ‘gatitas’ favoritas…
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¡Y lo que nadie puede perderse!, el perfecto documento sonoro y visual por el cual deberías enamorarte de Katzenjammer desde los primeros compases de su Live In Hamburg de 2012…
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