Hay cosas que uno siempre anda pensando que debe hacer y aproveché que el otro día fue festivo para acometer esa locura de ordenar los discos por orden alfabético, principalmente porque había llegado el momento que había alguno que otro que era incapaz de encontrar por mucho que mirase. Seguramente, la mayoría de vosotros sabréis la odisea en la que se termina convirtiendo el sacar y amontonar discos, aunarlos por letra o incluso por el mismo artista. ¡Coño, si hasta he dado con discos que ni recordaba ya que tenía, e incluso con alguno que resulta que me he comprado dos veces! .Montones de cds por el suelo (ya ordenaremos los vinilos otro día) del salón y mis hijos repartiéndose discos, ¡esperad a que la palme, cabrones!. El caso es que cuando hemos llegado a la M, ¡hostia!, ¡menudo mogollón de discos de Motorhead que tengo!, os juro por Lemmy y sus botellas de Jack Daniels que no recordaba tener tantas, oficiales, recopilatas de esos de tenderetes… en fin, toda una vida de pasión por la música de uno de mis ídolos. Es lo que hay, cada uno con su pasta y sus oídas hace lo que le da la puta gana.
Lamenté enormemente la muerte de Lemmy. Hay artistas que llevas marcados en el alma más que otros, eso es así, y los sabéis de sobra. Lemmy y sus Motorhead no solo compusieron un puñado de canciones que amo hasta los huesos, también representan ese rock and roll way of life que me enamoró hace muchísimos años y que ha marcado mi forma de entender la vida, de deambular por este valle de sombras como dicen en otros templos donde los decibelios no se adoran sobre los altares. Es lógico que vayan saliendo grabaciones de Motorhead, la industria musical o lo que queda de ella es así de caníbal y los fans estamos ávidos siempre de rememorar aquello que nos da la vida. Ya de Motorhead saboreamos y disfrutamos el directo «Clean your clock». ¿Habeis llorado escuchando algún disco?, seguro que conocéis esa jodida emoción.
Pues entre tanto recuerdo, emoción y demás historias, he recordado que no había hablado aún de este disco que se han sacado de la manga con un buen puñado de covers que Lemmy y sus huestes se han ido marcado durante todos estos años, y que no deja de ser un disco anecdótico pero que a mi me sabe a gloria ¡que cojones!. ¿Que posiblemente no sea más que un saca cuartos?, puede ser, pero ni va a ser el primero ni el último de tantos y tantos artistas. Aquí lo que encontramos son canciones grabadas para discos tributos e historias varias. ¿El valor añadido?, ese cover del «Heroes» de Bowie que a mi me lleva al cielo (o infierno) donde estén ahora los dos vaciando botellas. Covers de todos colores, Stones, Judas Priest, Sex Pistols, Ted Nugent… un no parar de clásicos con la omnipresente voz de Lemmy como hilo conductor. Haced lo que os de la gana, faltaría más, pero yo lo tengo claro, este disco también va a estar en mi estantería y ya me ocuparé de que mis hijos no me lo roben, de momento.
Me encantan especialmente la mencionada versión de Heores y la de Sympathy for the devil. Le pega que ni pintada a Lemmy.