Ha llegado la hora de hablar de uno de los discos más esperados esta temporada y de una de las frontwomans más rotundas en tanto en cuanto a Heavy Psych y Occult Rock, la inalcanzable Jillian Taylor. Hoy continuaré la estela que ya marcó en su momento Bernardo de Andrés en el ‘blog prohibido’, hoy toca volver a colocarse en algún espacio interplanetario con Ruby The Hatchet. JUMP!!!…
No me extenderé demasiado, tan sólo refrescaré algún dato de su carrera. Se forman en 2011 en New Yersey para trasladarse inmediatamente a Philadelphia en donde establecen su base de operaciones con la banda cohesionada y pulida en tiempo récord. Sus integrantes, liderados por el magnetismo ocultista y misterioso de Jillian Taylor (vocals), son la propia ‘sacerdotisa’ del invento, Johnny Scarps (guitar), Lake Muir (bass), Owen Steward (drums) y la protagónica presencia en los teclados de Sean Hur. Su discografía ya da generosos frutos con su primer álbum, Ouroboros (2012) al que le sigue el E.P. Eliminator en 2014 y el más árido y desértico Valley Of The Snake (2015) que los confirma como uno de los combos determinantes y cruciales en la escena Heavy Psych encabezando ya sus propias giras y dando espectaculares sensaciones encima de los escenarios de los festivales americanos y europeos.
Llegamos pues a 2017 en donde la banda ya avanzó un par de temas que nos tenían en vilo y en los que quedaba patente que este Planetary Space Child (2017) iba a tener algunas diferencias con Valley Of The Snake. El disco continua la senda del proto metal más psicodélico y oscuro, con canciones largas y muy bien desarrolladas pero esta vez prescinden del fuzz y del apego al Stoner para adentrarse en parajes siderales, dejando que la estela de Hawkwind se funda sideralmente con los acostumbrados sabores a Uriah Heep, Sabbath, Priest y Deep Purple que siempre han sido básicos en su sonido. Si hay algo que caracteriza a la banda, aquello que te hace identificarla desde el primer instante, esa es la combinación de la magnífica voz de la Taylor y la omnipresencia de los teclados de Sean Hur haciendo éste último un trabajo absolutamente espectacular desde «Planetary Space Child» pasando por las impresionantes odas que veneran el intervalo entre el 65′ y el 75′ tanto del ocultista y tenebroso «Pagan Ritual» como del contraste rítmico de «Symphony Of The Night». Los temas más directos, los más NWOBHM son «Killer» y «Gemini», dos carcasas sónicas venidas de otro espacio/tiempo que te van a poner a tono con riffs potentísimos, una base rítmica imponente y demoledora y una Jillian Taylor comodísima en su papel de Sacerdotisa del Mal. El disco se cierra con un majestuoso y progresivo «Lightning Comes Again» con dos partes muy bien diferenciadas y volviendo a comprobar cómo la banda trabaja los contrastes sonoros y los distintos parajes que van de la melodía sesentera más inquietante a la tormenta setentera cercana a las puertas del infierno. En definitiva, un tercer trabajo que consagra a Ruby The Hatchet y a Jillian Taylor como auténticos pesos pesados del estilo y no hay mejor excusa que la ‘BOLA EXTRA’ para demostrártelo…
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¡Qué gozada planetaria!!!…
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