Esta nueva versión de It se ha convertido ya en la película de terror más taquillera de la historia. Solamente es superada por El exorcista si tenemos en cuenta la inflación desde 1973, pero es muy posible que en breve la acabe superando. Obviamente, It no le llega a El exorcista ni a la suela de los zapatos, pero no es un film exento de méritos.
Reconozco que soy fan del cine de terror, un género que no pasa por su mejor momento desde hace décadas. De vez en cuando sale alguna película que rompe esquemas (El sexto sentido o Seven) pero en general es un género bastante anclado en el reciclaje a base de sustos fáciles y efectos de sonido. Como consecuencia de la falta de de imaginación e ideas propia del cine actual, tenemos esa estúpida fiebre por los remakes. Si faltan ideas, lo mejor parece ser ir sobre seguro con nuevas adaptaciones de ficciones que ya funcionaron en el pasado. En este caso, It adapta nuevamente la novela de Stephen King. Reconozco que la novela se me atragantó en su día y aquella primera versión para televisión no me entusiasmó, sus 190 minutos me parecieron excesivos.
Por suerte, esta nueva versión se centra en la primera parte de la novela, la de la infancia/adolescencia. Los niños y el terror son una combinación perfecta que sigue dando resultados. Lo más estimulante de esta nueva versión es esa pandilla de chavales que emparenta directamente con films de los 8o como E.T., Los Goonies o Cuenta conmigo (también basada en un relato de Stephen King). Ese revival no exento de nostalgia del cine de los 80 ya fue todo un éxito en Stranger things, con el que comparte incluso al actor Finn Wolfhard. Por cierto, Wolfhard se lleva quizás las mejores líneas de diálogo pero todo el grupo de perdedores está muy bien representado, cada uno con sus propios miedos y miserias. Tenemos a una pandilla de perdedores en la que no falta de nada: un traumatizado, un judío hipocondríaco, un gordo, un negro, una chica y un gafotas. Auténticos perdedores convertidos en carnaza para los abusones. Quizás hay demasiado estereotipo pero funciona gracias a unos diálogos fluidos. Todos los actores cumplen y resultan creíbles. Personalmente, lo confieso, me quedé prendado de Sophia Lillis. Las relaciones que se establecen entre la pandilla protagonista creo que es lo que más disfruté del film. Lo olvidemos que yo soy coetáneo de los protagonistas. Sí amigos, crecí en los 80. Toda la ambientación en los años 80 me pareció muy conseguida, desde el vestuario o los peinados pasando por carteles de cine anunciando Arma Letal 2 o Batman hasta llegar a una banda sonora con canciones de The Cult, New kids on the block, Anthrax, Anvil o The Cure. Es innegable, aceptémoslo, los 80 están de moda.
La pareja de hermanos Muschietti, responsables de Mamá, aciertan a la hora de conjugar cine de aventuras infantil/adolescente y cine de terror. El film funciona, divierte y aterra a partes iguales a pesar de sus más de dos horas de metraje. Incluso es un acierto el incremento de apariciones del payaso Pennywise respecto a la primera versión. El Pennywise de Bill Skarsgård consigue que nos olvidemos del encarnado por Tim Curry, este resulta mucho más aterrador con su voz aniñada y sus movimientos. También los efectos especiales y de sonido ayudan lo suyo. Obviamente, no estamos ante una obra maestra del género, ni It aporta nada nuevo que no hayamos visto ya. Pero sí es capaz de presentar un producto de entretenimiento digno que equilibra la parte de los adolescentes con el terror, algo que la primera versión no consiguió. Además, algo me dice que este Pennywise va a calar mucho más hondo en el imaginario colectivo. Seguro que va a ser el disfraz más solicitado para el Halloween de los próximos años.
Yo pasé un buen rato con It, me entretuve de lo lindo con las aventuras de este grupo de jóvenes. Habrá que ver si con el segundo capítulo la cosa sigue manteniendo el interés 27 años después.
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