Tal como reza la nota oficial, en la que la organización responsabiliza directamente al alcalde y al ayuntamiento, el Alrumbo Festival queda cancelado cuando sólo quedaban dos días para su inicio, dejando a más de20 mil personas que habían adquirido sus entradas sin festival.
Aquí, sin tener conocimiento amplio de lo acontecido, y sólo conociendo las argumentaciones de una de las partes, ni entramos ni salimos, y nos limitamos a dar conocimiento de la nota, pero lo que si es cierto es que no es la primera vez que una promotora comenta las trabas administrativas con las que tienen que lidiar para tirar adelante un evento de estas características.
Lo dicho, os dejamos la nota publicada por la organización:
Como Organización de Alrumbo Festival nos vemos tristemente obligados a cancelar nuestra próxima edición en Chiclana de la Frontera, responsabilizando al Alcalde y al Ayuntamiento de la ciudad de la desgraciada situación actual.
A pesar de contar con todos los informes favorables de autoridades, instituciones, cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, así como con más de 20.000 entradas vendidas hasta el día de hoy, una inesperada notificación recibida ayer viernes nos paraliza durante los siguientes cinco días toda actividad y nos imposibilita abrir nuestras puertas en la fecha anunciada.
Tras siete ediciones juntos, y con la ilusión que suponía el regreso de Alrumbo a la ciudad que vio nacer a este festival, nos hemos encontrado en los últimos meses ante algunos de los hechos más insólitos y las situaciones más desagradables que hemos vivido como Organización.
A pesar de las promesas realizadas por José María Román, Alcalde del Ayuntamiento de Chiclana de la Frontera, facilitándonos la realización del Festival en la ciudad, e incluyendo incluso el mismo en su programa electoral de 2015, nuestra relación con el Consistorio ha sido en los últimos meses un auténtico infierno. ¿Las razones? Un sinfín de trabas administrativas, exigencias continuas de cambios en los proyectos y la documentación presentada, y errores insólitos en sus juicios y actuaciones, comenzando por las opiniones del propio Alcalde respecto a la parcela designada para la celebración del Festival, contradictorios desde el primer momento: mientras que la Delegación Territorial de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía aprobaba el uso de dicha finca para la celebración del evento, el Alcalde nos invitaba a realizar un cambio de recinto de manera incomprensible e inesperada.
Ése fue solo el comienzo de una serie de desafortunados desencuentros administrativos, que culminaron ayer viernes 7 de julio con un último revés que ha imposibilitado toda reacción posible por nuestra parte.
A las 16:16 horas de ayer, recibíamos la notificación de resolución favorable de todos los informes necesarios para otorgar las licencias pertinentes al Festival.
Pero tan solo un rato después, a las 16:35 horas, se nos notificaba también la apertura de un trámite de audiencia a instancia de terceros, de cinco días hábiles. Un trámite que paraliza durante una semana la concesión de la licencia de apertura del festival, y por tanto imposibilita conseguir el suministro de servicios básicos, como el agua, en nuestros plazos previstos.
Contábamos con todos los trámites y condiciones necesarias para ultimar el montaje del Festival y que, una vez realizada la inspección pertinente del mismo por los técnicos del Ayuntamiento, abrir puertas el lunes 10 de julio, tal y como estaba anunciado. Pero esta última notificación provoca que el Festival no pueda iniciar su actividad hasta el lunes 17 de julio.
Ante tal surrealista situación, durante toda la jornada y la madrugada del viernes al sábado, tanto nosotros organizadores como nuestros servicios técnicos y jurídicos hemos estado trabajando intensamente para solucionar este nuevo e inesperado problema. Y hemos encontrado nula colaboración y cero cooperación por parte del mismo Ayuntamiento que hace tan solo unos meses presentaba a nuestro lado a bombo y platillo la celebración del Festival. Hasta el punto de que 48 horas antes del inicio previsto del Festival y sumidos en una situación tan preocupante, la comunicación con el Ayuntamiento ha sido inexistente y ni siquiera hemos detectado síntoma alguno de preocupación por su parte.
Ésta no ha sido sino la última zancadilla sufrida en un interminable reguero de trabas administrativas insólitas en nuestras siete ediciones hasta la fecha, con el consiguiente tiempo perdido durante meses de trabajo y el gasto económico y anímico constante que cada una de ellas ha supuesto.
Por tanto, y a pesar de contar con un recinto habilitado para la realización del evento, todas las diligencias y trámites administrativos real
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