La tercera jornada del Slap! estuvo más enfocada a actividades extra musicales como el servicio de masoterapia, la escuela de superhéroes y talleres para los niños.
Tras la sesión de piscina, ya por la tarde hubo pelea de gallos con micrófono a base de rap. No estuvo mal a pesar de que no es ni de lejos mi estilo predilecto. Más cómodo me sentí viendo y escuchando en el escenario Ambar al grupo zaragozano Bang! quienes nos ofrecieron una agradable velada a base de versiones del gran John Coltrane. La verdad es que fue altamente reconfortante escuchar sentados en la hierba maravillas como India, My favorite things o parte de la suite A love supreme ejecutadas con respeto y maestría a partes iguales. Un lujo. El Free jazz espiritual de Coltrane sirvió de perfecto acompañante mientras el sol empezaba lentamente a perder fuerza. Bang! aprovecharon para presentar un tema propio de su primer LP a punto de ver la luz. Un grupo de esta calidad y que tiene como referencia a Coltrane ya tiene mi atención de antemano.
Los 300 desde Granada nos ofrecieron lo mejor de su repertorio combinando estilos de lo más variado y de regalo nos ofrecieron una didáctica sesión del uso de los loops en la música en vivo. Reconozco que no los conocía pero resultaron una muy agradable sorpresa. Fue un acertado colofón a un festival que una vez más se cierra con un saldo muy positivo. ¿Cosas a mejorar de esta edición del Slap!? Pocas y ninguna importante. Por ponernos quisquillosos, yo eché de menos el toro mecánico de la anterior edición y el prometido globo. Es que mi hijo se quedó muy planchado con lo del globo, hasta lo había dibujado en el taller de dibujo. Supongo que sería cosa de permisos o licencias. Seguimos. El primer día hubo un poco de confusión con las pulseras y el tipo de entrada. Sin ir más lejos, a un señor que iba únicamente a la piscina le cobraron la entrada completa del festival (con acceso a los conciertos nocturnos a los que no tenía intención de acudir). Ya que estamos, eché de menos algo más de integración con el barrio, otros años se habían repartido invitaciones al festival de día para los residentes de las zonas cercanas. Siempre es bueno tener contentos a los vecinos.
Lo mejor: el cartel sigue siendo variado y de gran calidad, aúna artistas locales, nacionales e internacionales de diferentes estilos, los precios son asequibles y no hay que cambiar moneda. Todo ello sirve para configurar un festival heterogéneo como pocos en un entorno agradable y de fácil acceso.
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