No vamos a andarnos con tonterías a estas alturas, Guardianes de la galaxia vol. 2 es exactamente lo que su nombre indica. El Segundo volumen de las aventuras de los personajes del universo Marvel que ya conocimos en la primera entrega. Ni más ni menos. Si te gustó la primera, disfrutarás de la segunda. Esta vez ya no hay que perder tiempo presentando personajes ni explicando cómo se conocen, ahora toca ir al grano y ahondar en las relaciones entre los protagonistas además de expendandir el universo Marvel. En este segundo volumen hay más humor, más música molona del siglo XX y se saca más partido a los elementos ya conocidos. Todo multiplicado por 2. Muchos dirán que no aporta nada, tienen razón pero tampoco era necesario. Si la fórmula funciona, mejor no tocarla, que le pregunten a AC/DC.
A mí el tono auto paródico me sigue pareciendo muy acertado, Marvel sigue sacando varios cuerpos de ventaja a sus competidores de DC. Sus películas son muy divertidas y consiguen formar un todo del cual cada película es una pequeña parte que encaja perfectamente con el resto. Obviamente, estamos hablando de cine palomitero ideado para reventar taquillas pero sin considerar idiota al espectador, sea cual sea su edad. ¿Que la trama resulta un poco forzada? ¿Y qué? Guardianes de la galaxia vol. 2 tiene los suficientes momentos de humor y evasión como para que no reparemos en lo endeble de la trama. Además, no es una simple repetición de esquemas, los personajes evolucionan, algunos incluso cambian de bando, y aparecen algunos nuevos que seguro nos van a dar muchas alegrías en el futuro. Que nadie dude que esta saga tiene cuerda para rato.
Tenemos a un Baby Groot ciertamente memorable, un Rocket cada vez más capullo y un Dax cada vez más encantadoramente simplón. Por si fuera poco, conocemos algo más del pasado de Star Lord y avanza la relación entre Gamora y su hermana Nebula (¿pero este chica no había muerto?). Todo ello con un ritmo muy acertado que logra que el interés no decaiga en ningún momento. Ni siquiera hace falta un McGuffin (ese objeto que todos buscan) ni un claro villano para que la película funcione. La inclusión de actores claves para entender el cine de los ochenta como Kurt Russell o Sylvester Stallone supone todo un guiño para el espectador de cierta edad. También aparece otro actor y cantante (penoso en ambos aspectos en mi opinión) de esa década cuyo nombre no voy a citar y que demuestra el tono desmitificador y cachondo de la película. James Gunn acierta nuevamente con el tono de la película, divierte y consigue que los efectos no se coman a los personajes. Incluso me gustó cuando la película se pone en plan sensiblera. Ni que decir tiene que los efectos especiales y el diseño de producción siguen siendo sobresalientes pero no son lo más destacado del film. Además, ya que estamos en Rock the best music, no puedo evitar nombrar algunos temazos de la banda sonora como Mr. Blue Sky de ELO, The Chain de Fleetwood Mac, My Sweet Lord de George Harrison, Father and Son de Cat Stevens o Surrender de Cheap Trick. Qué demonios, esos créditos finales con música de Parliament bien valen el precio de una entrada.
Estamos ante uno de los mejores blockbusters del año, que si bien pierde algo de la sorpresa de la primera, se mantiene fresca gracias a su falta de complejos. Ni que decir que os quedéis hasta el final de los títulos de crédito y que no falta el cameo de Stan Lee (y de los Vigilantes).
Yo he pasado un rato excelente en el cine. De eso se trata, ¿no?
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