No es la primera vez que aquí se habla de Bill MacKay ,un guitarrista procedente de Chicago que suele siempre confeccionar obras cálidas donde la emoción es el leitmotiv ya sea bajo su nombre o con diferentes grupos con los que suele grabar como Darts & Arrows o con su amigo Ryley Walker. Todos reflejan sus diferentes facetas a la hora de abordar la música ya que su interés puede ir desde el noise al folk más etéreo.
Pero con “Esker” , su nuevo trabajo, Bill afronta la grabación como un pintor su lienzo, de manera que deja fluir sus sentimientos a través de sus dedos. Cada tema son pinceladas de diferentes aromas y atmósferas, pequeños retazos de paisajes y/o de sentimientos que brotan de su guitarra.
Tema tras tema tenemos la placentera sensación de estar viajando, con un efecto inmediato de percepción de desplazamiento sensorial. Aromas de los Apalaches, a largas carreteras desérticas, o a espacios naturales.
“Esker” es un poemario donde la expresión de su propia voz surge a partir de diez composiciones totalmente instrumentales ya que Bill no necesita cantar para expresar sus emociones ya que lo consigue plenamente con su instrumento. Y es que en cada corte no necesita extenderse, le basta con apenas unos minutos para generar belleza. Solo al final con “El regreso de escarlata” se deja llevar en un largo y sinuoso camino sin jamás perder el rumbo.
“Esker” es un disco de gran belleza, que nos recuerda que estamos vivos, es el disco perfecto para sentarse en la cima de un monte o debajo de un olivo y dejar que tu mente se libere y vuele plácidamente.
Me gustaría saber por qué Esker. Si se refiere a la formación glaciar, que me imagino que es así.
Lo digo porque la compañía para la que trabajo se llama Esker y como soy de Marketing estoy imaginando sinergias con la música de Laurent.
En breve lo sabras.Vamos a publicar una entrevista con el.