Ya que hablamos recientemente de Old boy, la original, no cuesta anda recordar su innecesario remake. Lo primero que a uno le llama la atención es que a cargo del proyecto está Spike Lee. El que fuera l’enfant terrible del cine norteamericano de finales de los años ochenta parece estar inmerso en una enorme crisis creativa. Lee ya sólo acepta encargos como si no tuviera nada nuevo que contar. La industria blanca lo ha fagocitado. Ya no hace joints, hace films. Es evidente que el tono reivindicativo de sus primeros tiempos ya no procede. Estar 30 años llamando racista a todo el mundo puede resultar aburrido aunque no te falte razón. Urge un cambio de discurso. Puede que Spike Lee esté dolido porque Tarantino le robara el puesto como el chico malo de Hollywood, pero yo opino que el otrora llamado Woody Allen negro debería dejar de mirarse el ombligo con encargos alimenticios y volver a escribir sus propias historias (suponiendo que todavía tenga algo interesante que contar). Me imagino que no hay nada menos apasionante para un director que hacer un remake. Puestos a ello, Spike Lee se atreve ni más ni menos que con Old boy, el film de culto de Park Chan-wook (Sympathy for Lady Vengeance, Thirst, Stoker) y una de las propuestas cinematográficas más radicales que recuerdo.
En este remake yanqui, se han modificado bastantes elementos del guión dejando a la historia original muy mermada en cuanto a su impacto sobre el espectador. Lee ha domesticado la historia para que sea digerible por buena parte del gran público, alejándose años luz de las extremas violencia y crueldad del film original. Al menos, no cae en la estupidez de muchos remakes ni toma al espectador por idiota pero, en comparación con la original, su Old boy sale perdiendo por goleada. Es la visceralidad del original la que la hizo única, el film de Spike Lee es uno más de venganzas con final inesperado. Ese sentido oriental de la venganza llevada a sus últimas consecuencias es una de las características del cine surcoreano, al trasladarlo a occidente la cosa no acaba de funcionar de igual modo. Es cierto que el original era demasiado excesivo en todos los sentidos pero por ello se ha convertido en un film de culto. Esta nueva versión no pasa de ser un entretenimiento aceptable. Me gustaron ciertas modificaciones, no se han limitado a volver a rodar plano a plano sino que se han introducido variaciones que no siempre surten el efecto esperado. El final pretende ser sorprendente (y puede que lo sea para algunos espectadores) pero nada puede igualar al final original. El listón estaba demasiado alto.
Los personajes no tiene ni el carisma ni la fuerza de los originales (la cosa estaba complicada), no están mal pero no dejan de ser meras fotocopias descafeinadas. Josh Brolin hace un buen papel y se nota que se trabajó el personaje en lo físico, pero queda muy lejos de la rabia contenida del personaje original. Tampoco el gran villano de la función está a la altura, si el original resultaba repulsivo, aquí el interpretado por Sharlto Copley resulta patético con ese vestuario ridículo y esos gestos impostados. Parece un villano de Austin powers. Otro que desentona bastante es un Samuel L. Jackson con cresta y vestido de mamarracho. Me gustó bastante más el personaje interpretado por Elizabeth Olsen, hermana pequeña de las insufribles gemelas Olsen y bastante mejor dotada que sus hermanas en todos los sentidos.
Se nota el saber hacer de Spike Lee tras la cámara, el tipo sabe rodar y su film tiene un ritmo trepidante que hace agradable su visionado. Sin embargo, el resultado desmerece bastante respecto del original. Me resultaron divertidos algunos guiños al film original (el pulpo) e introduce elementos orientales (el buda, la chica del paraguas, etc) sin venir a cuento, a modo de homenaje al cine oriental (digo yo). Sin embargo, es triste decir que las novedades que aporta sólo sirven para edulcorar la trama. No aporta nada de valor a la historia, sólo la hace más digerible para el público occidental.
Por cierto, un par de detalles que me hicieron daño a la vista mientras veía el film: Primero: el film está lleno de productos de Apple mostrados sin ningún pudor. Spike Lee ha caído de lleno en uno de los product replacement más evidentes y zafios de la historia reciente. Segundo: la famosa escena del martillo está resuelta de forma más que eficiente excepto por el detalle de que se nota demasiado que algunos extras se esperan a golpear y/o a ser golpeados.
Este Oldboy es otro remake innecesario más en el que la personalidad de su director se ha visto diluida en un buen puñado de dólares.
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