Vía Frontiers Music SRL nos llega otro pelotazo de ‘Hard Rock’ del S. XXI para dejarnos temblando (¡y babeando!), os hablo de Nova (2016), el disco debut de los ingleses RavenEye con el reconocido y multi-premiado Oli Brown al frente, haciéndose acompañar por el bajista australiano Aaron Spiers y el recientemente incorporado Adam Breeze a los parches tras la marcha de Kev Hickman.
No os puedo negar que sólo conocía a la banda de oídas, de hecho hasta tengo pendiente su debut discográfico en formato E.P., Breaking Out (2015), y debo aprovechar el tiempo perdido porque no me esperaba que Mr. Brown se fuese a desmarcar tanto y tan bien de ese estilo blues rock que le caracteriza y define todos estos años con cuatro discos más que recomendables.
Pero no nos andemos por las ramas y veamos al ‘guitar-hero’ hardrockeando como Diosss!!!…
Formados en 2014 con la intención de meter mucha tralla ‘Hard’, la combinación de estos tres elementos no pudo ser más explosiva porque, desde la publicación del E.P. mencionado, se los están rifando en todos los festivales habidos y por haber (Aftershock Festival, Hellfest, Download Festival, Azkena, etc…) además de haber girado con Slash w/Miles Kennedy & The Conspirators, Deep Purple, The Darkness, haber compartido gira y protagonismo con los mismísimos Blues Pills para, actualmente, estar girando en un triple cartel de auténtico infarto con Zodiac y los Honeymoon Disease repasándose toda Europa, excepto España, a la que llegarán en diciembre en estas fechas:
– 7 de diciembre, miércoles, Sala Sidecar (Barcelona)
– 8 de diciembre, jueves, Kafe Antzokia, (Bilbao)
– 9 de diciembre, viernes, Espacio Santander (Santander)
– 10 de diciembre, sábado, Sala Moby Dick (Madrid)
Con todos estos argumentos y con una agenda que hecha humo, no me explico cómo se han sacado un disco de debut tan compacto, musculoso y repleto de temas tan potentes como epatadores porque Nova (2016) es pura energía eléctrica, con unos riffs duros, ¡muy duros! de afinación ‘stoner’ y una base rítmica explosiva, que va como una jodida locomotora, pero claro, ¿Qué es lo que hace de este disco algo tan sumamente bueno?, ¡joder! que las melodías se han cuidado muy mucho y todas y cada una de las canciones, a pesar de su hostilidad y pegada, tienen unos estribillos infalibles y unas melodías perfectamente insertadas caso de «Come To Me», las virulentas «Inside» y «Madeline», la ‘Cornelliana’ «Supernova» o la bella épica final de «Eternity» (muy The Cranberries) con esa primera parte en acústico.
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La banda se mueve en unos parámetros ciertamente reconocibles, se nota que Alter Bridge y los Black Stone Cherry les han marcado, pero la influencia 90’s se palpa a la legua con Soundgarden (se nota que Oli venera al ‘Dios Cornell’) y Silverchair a la cabeza en la inicial «Wanna Feel You», la sensual «Oh My Lord» (¿un mini-«Slaves & Bulldozers»?) y «Out Of The Rain», pero también se intuyen ciertas sonoridades a Muse en «Walls». Dicho esto y a pesar de tanta referencia, tengo que advertiros que el trío no es un impostado refrito de nada, todo suena muy natural y tienen un sonido propio que apabulla, que te deja K.O. desde la primera escucha y que te hace ‘headbanguear’ sin remedio en todos y cada uno de sus once cortes.
Me despido con la ‘delicadeza’ de «Madeline» que me pone brutísimo…
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