Todavía tengo clavada en mi mente las bandas sonoras de las películas basadas en cuentos épicos, en las que la animación se musicalizaba con grupos de Rock melódico, siendo en algunos momentos un contraste un tanto, como diría Frasier Crane, ecléctico. Es decir, una decoración que no pega entre ella para nada, pero que con el tiempo juegan un papel muy importante en su unión.
De aquí el grupo sueco Palace, formada por unos integrantes muy jóvenes, los cuales ya tienen un hueco dentro del sello Frontiers, gracias a sus numerosas colaboraciones, y que ahora materializan bajo el grupo del cantante y guitarrista Michael Palace. Junto a él, el grupo lo forman Rick Digorio a la Guitarra, Marcus Johansson a la batería, y Soufian Ma’Aoui al bajo. Los cuales ven aparecer su primer disco en estudio, con un repertorio de canciones que han sabido funcionar muy bien dentro de sus shows en directo.
Master of the Universe está formado por once canciones con un corte sumamente melódico, y en ocasiones sinfónico, todo al son de contundentes riffs de guitarra, siempre al viejo estilo de la década de los ochenta, en el cual saben encauzar ese estilo, llegando a recordar por momentos a las composiciones de Bob Catley, siendo el cantante y compositor de Magnum, una de las referencias más citadas, a la hora de mirar treinta años atrás. Junto a otro gran músico y compositor como es Gary Hughes, el cual para mí, hizo una de las óperas Rock atemporales más grandes de la historia del Rock, estoy hablando de Once and future King.
El álbum empieza directo y sin concesiones con el corte que le da título “Master of the Universe”; es el tema que más me ha llegado a recordar a la música que se ponía en varios films, con una entrada con un teclado y un estribillo hiperpegadizo, que se te mete en la cabeza, estoy seguro que tardaras mucho tiempo en quitarte disco estribillo de ésta misma. Si hay un músico muy importante dentro de sus composiciones, este es el papel que juega los teclados, los cuales aparecen como una base muy sólida, dando pie a los punteos y riffs del guitarrista. Con canciones como “Man behind the gun”, dejando una gran muestra de su hacer con la canción “Part of me”, es otro gran tema, donde vuelven a mostrar, que una de las partes más fundamentales del grupo está en sus amplios coros, los cuales hacen de estos grandes himnos para pequeños rockeros.
“Rules of the game” cabalga al son de una acústica, con la misma intensidad que está recogiendo el disco, dejando un medio tiempo, el cual se acercaría a lo que sería la balada del álbum. Terminando con la misma intensidad de como empieza, “Young, wild, free”, el tema en si muestra su estado, un grupo novel, del cual se oye hablar que tienen unos directos muy potentes. Estoy seguro que si lo trabajan como en el disco, no lo dudo en ningún momento de que eso sea así.
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