Sinceramente, a pesar del paso del tiempo, me sigue sorprendiendo la capacidad que tienen los músicos del norte de Europa, para seguir sacando tantos discos buenos y tantas bandas buenas. Y puedes apuntar con tu objetivo a cualquier estilo o género, que consiguen destacar sin problemas. Ya no es solo que puedan facturar auténticas maravillas, es que además, el nivel general, o al menos lo que nos llega, es bastante alto. Ahora estoy con una de esas bandas nuevas, procedentes de Noruega, que apuestan por el rock melódico y el a.o.r., estados en los que desde hace ya bastante tiempo, prácticamente desde que el mercado norteamericano se desentendió de forma masiva del estilo, han conseguido reinar con soltura natural, hacia que la mayoría de las miradas de los fans de este tipo de música, se dirijan hacia aquellos países.
Outlasted son nuevos en el negocio, al menos en primera instancia. El reclamo se encuentra en los créditos de este fantástico «Into the night», en el que encontramos nada más y nada menos, que al canadiense Harry Hess que se ha encargado de las mezclas, y en la post producción, a cargo del teclista de Stage Dolls, Ronny Wikmark. El disco es una auténtica pasada, melodía a raudales, una producción estupenda, y unos grandes músicos, acorde a toda una forma de entender el rock. La inicial «Someone like you» muestra esa forma clásica de tocar a.o.r., unos teclados predominantes, una guitarra que se deja ver, llenando la canción, melodía a raudales en la estrofa y unos bien ejecutados coros en el estribillo. «Ghost of love», merece la misma definición que la anterior, porque no varía el concepto. La primera balada cae rápido, guiada por esa preciosa acústica y un gran trabajo vocal de Glenn Wikran, que hace que disfrutes de «Loving you ain`t easy».
«Live for today» es otra de esas canciones que dejas sonar una y otra vez sin cansarte de ella. «I want you to know», posee un estribillo grandioso, de los que te llenan de energía y terminas cantando (o intentándolo). En «Living a lie» la guitarra toma algo más de protagonismo, aunque las teclas de Odd-Børge Hansen siguen siendo el punto de partida para entender el sonido de estos noruegos. «Sacrifice» muestra la cara más potente de la banda pero sin perder de vista ese derroche melódico del que hacen gala. Una de las canciones que debe de dejarte pensando de donde han salido estos tipos, es «Anything for you», ¡vaya pedazo de canción!. «Writing on the wall» es otro fantástico medio tiempo, que te trae a la mente el mejor a.o.r. clásico de los States. «Unbroken» cierra un disco maravilloso, de esos que se te quedan grabado por mucho tiempo. Desde luego, en estos tiempos musicalmente inciertos, que bien sienta encontrar un disco así.
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