He de reconocer que entre el todo el basto e inabarcable material que poseo de ‘Stoner’ a veces el cuerpo me pide meterme en algo desconocido y logicamente es el nombre de la banda o un fragmento de algún tema el que me hace engancharme o ‘embarrarme’ y éste ha sido el caso de Conan. Con un nombre así, y siendo un antiguo fan del las correrías del famoso guerrero de las viñetas, tenía que meterme con esta banda para saber qué concepto musical le habían querido dar a un nombre tan significativo como el que defienden.
Ya con el clip de «Throne Of Fire» vas a saber a la perfección a lo que has querido atreverte amigo/a…
Formados en la localidad de Leeds, al norte de Londres, en 2006, por Jonathan Davies (vocals/guitar) – no confundir con el llorón de Korn...-, Chris Fielding (bass/vocals) y con la reciente y machacante aportación a los parches de Rich Lewis, cuentan con tres ‘masacres sónicas’ en su haber, siendo Revengeance (2016) la que celebra su 10º aniversario como banda y la que, al parecer, viene a pulir un poco (pero sólo un poco…) su angosta y carnicera propuesta rebosante de ‘Stoner/Doom’ absolutamente bestial e impenetrable.
Ya os comenté en el post anterior, el de la reseña de Sonic Debriss de Miss Lava, que los discos de ‘desert rock’ me gusta variados, con sorpresas y con cierto cuidado de la melodía, pues bueno… este Revengeance desde luego que no es el caso porque lo que tenemos entre manos son seis temas que ahondan, divagan y reptan por las oscuridades más inhóspitas del estilo, con unas guitarras saturadas al máximo y con unos riffs cavernícolas y sangrientos a más no poder con un juego de voces entre Jon y Chris que es como tener al mismísimo Billy Graziadei de Biohazard
El disco, he de reconocerlo, se me hace algo pesado y hasta aburrido por momentos con tanta densidad ríffica y es de agradecer que en temas como el que titula el disco, «Revengeance», haya algo de dinamismo sónico aunque ello conlleve algo de ‘grindcore’ para espabilar el tenebrismo ‘doom’ que supura el álbum, así como también en mis dos temas favoritos, «Every Man Is An Enemy» y el inicial y jodidamente virulento «Throne Of Fire» en donde el ‘Stoner’ se deja ver mucho más quitándole terreno a la reptante pesadez ‘doom’ y comprobando que el nuevo fichaje a las baquetas, Rich Lewis, es un auténtico monstruo aporreando todo lo que se le pone por delante…
Desde luego que no es una banda ‘para todos los públicos’ pero cuando se vuelven más directos y dinámicos tienen su punto…
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