Vamos con una serie. ¿Estais viendo Hap & Leonard?. Pinta bien de momento, y el paisaje donde ocurre la historia, reconozco que me puede, esos pasajes sureños, esa sensación de humedad pantanosa y esa pinta de perdedores empedernidos de sus personajes, me ha llegado. Sumalé una banda sonora cojonuda, que también puede presumir de ella.
La verdad, es que tras ver el tercer episodio de la temporada, ha corrido hacia los discos, y he buscado algo con lo que seguir la sensación. Y a pesar de que Vaudeville Etiquette son de Seattle, que nadie busque paralelismos obvios entre música y ciudad de origen. Su música se encuadra en lo que ando buscando en este momento, esos sonidos tan arraigados en la música americana, country borracho de rock, rock borracho de country, aderezado con el juego que da, ese dúo de voces masculino, femenino, que hacen aún más grande lo que se traen entre manos esta gente, en este su segundo disco, Aura vista motel, un disco que se escurre entre tus oídos, quedándose a pernoctar cada vez que vuelves a pulsar el play.
Diez canciones con alma, que no te van a salvar la vida, pero se pueden compartir en certeras compañeras de viajes, sin consigues conectar con la sensibilidad de una canción como «»Damn lovely», o las raíces de «Aura vista», por poner tan solo dos ejemplos. Que escuchan entre salto y salto a Petty, lo deja claro «Bridges». Me engancho a «Room 417» y su guitarra, y sus juegos vocales. Se pueden reconocer las influencias de los 90, que dejaron huella en su ciudad, en «Tipping point». Sentados alrededor del fuego, podemos disfrutar de historias hechas canciones, como «Set it on fire», en el que esa combinación de ambas voces atrapa junto a la música. La lenta «Helpless heart» deja escapar emociones, mientras «Empty hands» vuelve a instarte a no dejar de moverte a su ritmo.»Til the wheels unwind» pone las espadas en alto , hasta acompañarnos suavemente al final del disco con «Leaving song» y su intimismo acusado, donde de nuevo se vuelve a retraer hacia ese sonido propio. Un muy buen disco, del que personalmente, estoy disfrutando muchísimo.
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