Viendo la cantidad de discos que se editan, todo indica que la salud del blues rock, goza de un momento álgido, no solo a nivel internacional, donde siempre se ha mantenido una escena, que con la frescura de nueva gente aportando su magia, se ha ido haciendo cada vez más grande, dentro de los límites que dicha música es capaz de abarcar, también dentro de nuestras fronteras, se va afianzando cada día más, con gente con ganas y sobre todo calidad, poniendo discos en circulación capaces de sacarte de orbita y dejandose la piel en directo. Como es lógico, cada uno tendrá sus favoritos, y una opinión concreta sobre cada banda, cada disco, cada canción, porque gracias a Dios, la música no es una recta fórmula matemática, donde la verdad cabe dentro de una operación aritmética. O para gustos colores, que queda más llano y nuestro, para que nos vayamos entendiendo mucho mejor, aunque a la hora de la verdad, quien debe de hablar, para acercar posturas, son los instrumentos musicales.
Susan Santos se está ganando un nombre dentro del mundillo a base de esfuerzo y buenas canciones. Pateandose cada escenario donde hay lugar para su música, ahora presenta su nuevo disco, «Skin & Bones», en el que el blues, es su filosofía de vida, y sus distintos conceptos para comprenderlo. Y puro blues rock es lo que abre este disco, de la mano de «Rattlesnake», con una magnífica guitarra y una base rítmica, que valga la redundancia, le aporta un ritmo hipnótico. Susan también se atreve con momentos country, como «Goin’ down south», con ese bajo que te guia durante la canción. Emociones más rockeras nos rodean en «Red lips», devolviendo protagonismo a la guitarra y por supuesto la voz de Susan, plena de melodía. «Susent’s glaze» es un intenso medio tiempo, que da paso a «Dusty road», blues de carretera, garitos polvorientos y bourbon a la media noche.
«Let your light shine» es muy Clapton, o al menos, a mi me lo parece, con esa calma que Mano Lenta es capaz de transmitir desde su guitarra. «Skin & Bones», es puro rock and roll añejo, con una batería tremenda, y ese ritmo en el cuerpo. Baladón de esos que te ponen piel de gallina, es lo que se marca con «Stop drivin’ my crazy», emociones en todo lo alto. Demasiado pronto llega el final, de la mano de «Right on time», que te deja con la sensación de querer volver a escuchar este disco de nuevo y disfrutarlo sin parar. «Skin & Bones» es de esos discos que imaginas sonando a todo volumen en tu coche, mientras recorre cualquier carretera pegada a la costa y tus gafas de sol te protegen del calor de fuera, para que tus sentidos se fundan con el que desprenden los altavoces.
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