Nos han tenido una semana descontando los días que quedaban para conocer la ansiada continuación del devenir de Daryl y la más que anunciada entrada a lo grande de Negan, el encargado, según cuentan los mentideros, de hacernos olvidar la figura del Gobernador, hasta este momento el única y gran rival que ha tenido Rick a lo largo de estas temporadas de Walking Dead.
Y sí, un capitulo especial de ochenta minutos ha sido el encargado de situarnos en el punto de partida de la próxima partida de ajedrez, y la verdad que ahora, una vez los títulos de crédito han dado paso a ese confuso fundido en negro, es cuando nos damos cuenta de lo fácil que resulta cargarse el trabajo de toda una temporada, y no, la culpa no la tiene Negan, ya que sus diez minutos, justo antes de sacar a pasear a Lucille, no han defraudado y, si bien, y siempre mi particular punto de vista, a día de hoy todavía se queda lejos de la figura del Gobernador, su largo monologo delante de las huestes desarmadas de Rick , poco menos que ha sido antológico, pero, y aquí es cuando toca recordar como se las gastan los amigos de Juegos de Tronos, que no se andan con contemplaciones a la hora de cortar la cabeza, envenenar, crujir… etc, etc, personajes que a priori se nos antojaban principales, mostrando sin contemplación alguna todos los detalles, es cuando los responsables de Walking Dead, una de las series más consolidadas de la historia de la televisión, les tiembla el pulso y caen en errores destinados a series menores, y es que ese final (tranquilo el que no lo haya visto, que no va a haber spoliers), no es digno de un cierre de temporada, y menos teniendo en cuenta la expectación creada.
Sí, uno de los fuertes de Walking Dead, siempre han sido, incluso en los peores momentos de la serie, el final de temporada y el inicio de la siguiente junto con las correspondientes paradas intermedias, y aquí, en esta notable sexta temporada, hemos asistido a un capítulo que, si bien a lo largo de la primera hora, ha servido para situarnos en esa explanada y situar las piezas en el nuevo tablero de juego que se antoja apasionante, se ha ido debilitando a lo largo de ese viaje a ninguna parte, para caer estrepitosamente justo en el que tenía que ser uno de los momentos cumbre de la serie. Y eso sin tener en cuenta el lío que tienen a la hora de plantear el devenir de dos personajes que, curiosamente, tampoco estaban en la encerrona sufrida en La Terminal, y que uno de ellos fue clave en la resolución de esa situación límite, pero no adelantemos acontecimientos ya que por delante nos quedan uno cuantos meses para volver a ver en acción a Lucille, a la que, sin duda alguna, de tener vida en Juego de Tronos, hace unos momentos hubiera sido, con todos los detalles, la gran protagonista del último minuto de esta más que notable sexta temporada.
Ahh, por cierto, yo tengo claro, sólo hay que fijarse en los dos últimos capítulos de la temporada para saber quien se esconde tras el fundido en negro… sí, está bastante claro quien ha sucumbido al primer viaje de Lucille.
Es un gran final.
Sí que juegan con el público, pero han sabido dejarlo abierto y cerrar la puerta a cualquier spoiler.
Hagan sus apuestas!!!!
Ahora todo queda en cómo enfocarán el regreso de la nueva temporada.
Pues vaya decepción Perem!, ya he empezado a ver los capítulos 9 y 10 y me estaba gustando como en mucho tiempo pero, como siempre, tenían que cagarla de alguna forma u otra. Tan sólo espero que Negan esté a la altura de su personaje en el cómic y sea igual de sanguinaria y esquizoide como él porque si no…apaga y vámonos de una puta vez!!!