Ver a Chris Robinson Brotherhood en directo tiene un efecto “Back to the Futur” más conseguido que cualquier película que lo pretenda. La banda consigue abstraerte de la realidad teletransportándote durante tres horas al Fillmore West de San Francisco de finales de los años sesenta y, es sólo una vez en la calle, cuando el frío de Madrid poco a poco te devuelve a la cruda realidad.
Increíbles conciertos lo que Chris y sus acólitos están ofreciendo en salas pequeñas, con una cercanía con el público que se convierte en espíritu de hermandad con el añadido del buen rollo que transmiten sobre el escenario. Se les nota felices, que están aquí para tocar, disfrutar, explorar, propagar y divulgar su música. Chris asume un papel de líder muy liviano, otorgando muchas veces el protagonismo a un Neal Casal increíble, un tipo que desde que se unió al antiguo cuervo ha sabido expandir su mente musical a unos niveles que creo que ni el mismo imaginaba. Es algo increíble el feeling que le saca a su seis cuerdas.
Dos sets de hora y media con un set list que cada noche es un incognito, es algo que pocas bandas ofrecen a día de hoy y si además esas tres horas pasan volando aún más difícil de ver y oír. Aquí nada del rollo Black Crowes salvo la voz de Chris que nos recuerda aquellos viejos tiempos, pero creo que hemos ganado en proximidad y en variedad con el cambio. A Robinson le ha sentado fenomenal haber anclado el barco para poder seguir los derroteros que le pedía el cuerpo desde hace tiempo. Empezando las festividades con la versión del tema “Hello L.A., Bye Bye Birmingham” de sus amados Delaney & Bonnie las cartas están echadas, y si alguien pensaba que se iba a amodorrar durante el concierto, pues estaba muy equivocado. La actuación de Madrid constó del setlist que contenía el mayor número de versiones hasta ahora en la gira Europea. Siete sin contar los dos temas rescatados de los discos de Chris junto a The New Earth Mud, que por cierto fuero para mi gusto dos de los momentos perfectos de la noche, increíble la relectura de “Ride”.
Se dio un repaso lisérgico a temas de los Brotherhood. Se colaron entre ellos magnificas revisiones de Dylan: “She Belongs to Me”; de Hoyt Axton la apropiada “Never Been To Spain”; dos brutalisimas versiones de Slim Harpo , “The Music’s Hot” y “Git Love if You Want It”, donde Chris toma la armónica y resurge su lado más cuervo negro durante este espectacular Blues. Además la ya conocida “Let’s Go, Let’s Go, Let’s Go” de Hank Ballard y una “Catfish John” de John Russell para terminar como se empezó; con el espíritu más setentero como estandarte. Volver a mencionar la espectacular prestación de Casal, además de desprender un buen rollo sobre las tablas que es de agradecer.
También alabar el excelente trabajo de un siempre discreto pero eficaz Mark Dutton al bajo, por poner alguna pega, diría que se abusa y se da demasiado cancha al teclado sonido de “tripas de gato” de Adam MacDougall. Un hammond abrasador seguro sería más del agrado del respetable, pero parece que a la banda el chirrido que extrae Adam del teclado les da buen rollo. En definitiva un conciertazo en toda regla y el que echó de menos a los Black Crowes que se vaya haciendo la idea que CRB tiene cuerda para rato, ya que en breve saldrá otro disco de la banda.
Setlist
Coincido con el autor del arículo: Conciertazo. Fillmore west o también east, el caso es que viajamos a regiones musicales maravillosas y lamentablemente ya olvidadas. Neal Casal es una especie de Jerry Garcia del siglo XXI. Unico ¡¡