¿Qué es el Rock’N’Roll?. Gran pregunta. Al menos para quien suscribe algo excitante, ruidoso, rebelde, tremendamente adictivo y, obviamente, algo molesto para la gran mayoría de los mortales y para vecinos que no tienen ni idea de quienes son Chuck Berry, Hendrix, ‘La Iguana’, Sabbath, Slayer, Ratos de Porao, Hellacopters, Deadheads y tantos y tantos otros que viven por y para la ‘música del Diablo’, por y para las guitarras y los decibelios, por y para la emoción que de verdad se siente al escuchar un riff aplastante, un redoble brutal o un ‘solo’ apasionado y eléctrico….Y sí, cómo no, Lemmy y sus Motörhead serían un ejemplo obligado para responder a esa pregunta con la que empezaba el párrafo, porque Mr. Kilmister sigue molestando, tocando las pelotas como nadie y molestando a los vecinos con su visión electrificada y amplificada al ’11’ de lo que para él es el Rock & Roll.
Pero vayamos al grano con Bad Magic (2015). Lemmy no ha querido parar, su instinto de supervivencia le hace no quedarse quieto a pesar de los achaques de una vida plena de excesos y está encadenando una trilogía de auténtico lujo con el monstruoso The World Is Yours (2011), el brutalísimo Aftershock (2013) y el no menos atronador Bad Magic (2015). Le deseo muchos años todavía entre nosotros, ¡necesitamos iconos rockeros como él más que nunca! por lo que morirá con las botas puestas y encima de un escenario, ya lo veréis.
Y bien, el disco. Para empezar os diré que la producción es absolutamente demoledora, con los instrumentos al límite de su volumen y rendimiento sónico y esto amigos, esto es algo que me pone mucho de un tipo que ya no tiene que demostrar nada (de hecho creo que nunca ha sentido la necesidad de hacerlo…) y no se me ocurriría a estas alturas (y con un pié en el más allá) que evolucionase hacia un cancionero lleno de melodía e introspección cercano al ‘americana’ o al ‘southern rock’. Un disco de Motörhead es un disco de Motörhead. ¡Punto!. Al que no le guste que no lo escuche y que no me venga con milongas tipico/tópicas sobre que siempre están haciendo el mismo disco aunque los parámetros varíen muy poco álbum tras ábum. Vosotros os perdéis a una banda en un estado compositivo alucinante y a prueba de bombas.
Para empezar ¡y en toda la cara!, tenemos una cara ‘A’ de absoluto infarto, con Lemmy, Phil Campbell y Mikkey Dee dejándose la jodida piel y poniendo toda su alma en temazos frenéticos y potentísimos como el inicial «Victory or Die», los virulentos «Thunder & Lightning» y «Shoot Out of Your Lights», los chulescos y socarrones «Fire Storm Hotel» y «The Devil» con todo un Brian May aportando un ‘solo’…¡que no es aburrido! y el increible single, «Electricity», en donde Lemmy vuelve a demostrar en su letra que siempre ha sido un rebelde y que, con sus pros y sus contras, asume las consecuencias de una vida libertina y libertaria.
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A partir de «Evil Eye» no es que el nivel baje en calidad y en decibelios, ¡por Belcebú no! pero no es tan apabullante y redonda como los seis primeros cortes, aún así seguimos a piñón con la pateada de culo que es «Teach Them How To Bleed», el hostiazo crudísimo de «Tell Me Who To Kill» con el bajo de Lemmy peleándose con la guitarra de Campbell y esa provocación a la muerte que es «When The Sky Comes Looking For You». Curiosas me parecen la melancólica y crepuscular «Till The End» y la gutural y oscura «Chocken On Your Screams» para acabar con una explosiva versión del «Sympathy for the Devil» stoniano que les ha quedado la mar de bien y que llevan a su terreno sin problema, sodomizándola, metiéndole fuerza bruta y decibelios, adrenalina y testosterona. ¿Me ahorcaréis si os digo que me gusta más que el tema original?…
LEMMY RULES!!!…
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