Antes de que me atreviese a comentar series empecé, supongo, que como todo el mundo que ama las buenas tramas seriales y los personajes bien dibujados y sin prisas con The Sopranos, Lost (Perdidos), Six Feet Under (A Dos Metros Bajo Tierra), 30 Rock y, cómo no, Mad Men (The Wire se me quedó en el tintero en su momento).
Pero ‘ete aquí’ que con la ficción de los publicistas de Sterling & Cooper he tenido una relación muy irregular en aquellas dos primeras temporadas. ¿El error?, que entrase en tu vida dos series de embergadura supina como la mencionada The Wire y, como no, la intocable Breaking Bad que me hicieron arrinconarla y entrasen todas y cada una de las series que de vez en cuando veis reseñadas aquí. Ahora pienso que no debería haber hecho tal cosa…
Sacada del ostracismo a la que la había sometido, por fin me he puesto con la 3ª temporada y, bueno, he de decir que por fin me siento dentro de la serie, ya no siento la linealidad que sentía en las dos primeras temporadas en las que se incidía (necesariamente por otra parte) en el status, la estructura piramidal, el machismo y la competitividad. Y eso que, a un servidor, el rollo publicitario, la busqueda de ideas, la genialidad de un slogan, la imagen que se le quiere dar a un producto, etc,…es algo que tengo muy presente por ‘deformación profesional’.
Necesitaba una cierta evolución de personajes, más profundidad, menos frivolidad y glamour y más cercanía y dramas personales y por fin, a mi entender, es en esta tercera entrega cuando todo esto empieza a desencadenarse. La agencia Sterling Cooper empieza a estar en el punto de mira de intereses ocultos y más poderosos, se siente la competitividad sí, pero desde el que tiene el papel de perdedor y en donde todos empiezan a caer y, los que quedan, se tienen que poner las pilas desde su inmobilismo de ricachón y volver a currar de verdad por el bien de la empresa.
En cuanto a los personajes, chulísimos todos, pero hablando de los principales, Peggy (Elisabeth Moss) empieza a replantearse como nunca su papel en la empresa, se deja tentar en muchos sentidos por ‘agentes exernos’ y marca el territorio como nunca en la empresa sabedora de sus capacidades. Hasta tiene enfrentamientos directos con su mentor Don Draper (Jon Hamm). Me gusta mucho también cómo empiezan a desencadenarse los hechos en la casa de los Draper; Betty (January Jones) no puede aguantar más su situación como esposa abnegada y sabedora de las infidelidades, los ocultos secretos de Don y la poca atención de éste y flirtea como nunca hasta que encuentra al ‘candidato’ adecuado con el que no consuma pero sí se enamora. En el caso de Don, su vida no puede estar más inestable que nunca, le dan por todos lados, en la empresa, en su casa, su pasado oculto, sus privilegiados contactos le manipulan, etc,… y encuentra ‘refugio’ en una maestra que también tiene su propio drama personal con el que Mr. Draper acaba hasta sensibilizándose. No hablaré de todos pero sí me gustaría citar a Peter Dickman (Vincent Kartheiser) y a Joan Holloway (Christina Hendricks); el primero porque, a pesar de su fragilidad física y su carita de ‘teenager’ es el más emprendedor de todos pero el más incomprendido, tocando todos y cada uno de los palos que una sociedad tan rígida como la de los primeros sesenta todavía no acepta y que él, cual visionario anticipado a su tiempo, propone publicitariamente sin éxito. En cuanto a ‘Joannie’, qué decir, además de ser un bellezón, para mí es uno de los pilares indiscutibles de la serie, con su glamour, su timbre sensual y su visión ‘moderna’ y decidida ante el papel de la mujer en aquella sociedad. Un ejemplo para Peggy.
No me extenderé más allá que en seguir rindiéndome ante la rigurosa recreación de aquellos años tocando el dramático asesinato de JFK. Un capítulo que es una absoluta obra de arte del montaje y la recreación hasta el milímetro de lo que, en aquellos momentos de histeria, parecidos a los que vivimos ahora en presente, se nos propone con noticiarios, impresiones, histeria en masa y la sobrada clase de un reparto que parece que ha hecho un viaje en el tiempo desde los 60’s para traernos lo vivido en aquel acontecimiento que tambaleó el Imperio Yankee.
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